San Miguel conserva sus costumbres y tradición

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SAN MIGUEL, Misiones (Rafael Marcial Montiel, corresponsal). Esta ciudad situada sobre la Ruta I Mariscal Francisco Solano López en el kilómetro 178 es una población que se dedica a la artesanía de lana y de hilo. San Miguel se estableció en el siglo XVII como una de las compañías de la reducción de San Ignacio Guasu y formó parte de los 30 pueblos de los jesuitas.

La artesanía de lana comenzó en esta localidad durante el gobierno del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, quien impuso el aislamiento del Paraguay con la férrea idea de defender la independencia del país y evitar la penetración extranjera.

La población sanmiguelina optó por el tejido de lana para los abrigos de invierno. Así, los miembros de la familia comenzaron a tejer prendas como el tradicional poncho, frazada, vichú, jerga, chalecos, polainas y cojinillos (ovecha pire) que utilizan los jinetes de establecimientos sobre su montura.

La tradición histórica recuerda que el trabajo artesanal siguió durante la época de don Carlos Antonio López y tras la Guerra contra la Triple Alianza. Esta actividad que involucra a toda la familia, hasta hoy se constituye en la principal fuente de ingreso económico del distrito.

La materia prima es proporcionada por los productores de oveja de los establecimientos ganaderos de la zona. Los artesanos absorben casi toda la producción lanar para el tejido.

San Miguel de las Misiones también tiene riqueza cultural como el templo antiguo situado detrás de la iglesia y que fue construido durante el gobierno de Carlos Antonio López. Es un patrimonio tangible que se conserva a pesar de los años, pero que necesita una restauración a fin de conservar la estructura antigua que es todo un símbolo de la ciudad.

La plaza San Miguel Arcángel, rodeada de antiguas viviendas, refleja el casco histórico que permanece en el tiempo y que forma parte del patrimonio de los sanmiguelinos.

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