Algunos de ellos se llaman renovables pues, como lo dice su nombre, pueden ser renovados constantemente o que son prácticamente inagotables, siempre que su utilización sea racional. Otros son no renovables, pues una vez utilizados ya no pueden ser renovados, porque los fenómenos naturales que les dieron origen en el planeta tardan miles y millones de años en su formación.

Combustible orgánico

Desde el hombre primitivo y hasta ahora, la biomasa (materia orgánica viva, como la leña y los desechos orgánicos) es utilizada para la producción de calor.

El agua dulce o continental

Desde el origen de su existencia el hombre ha dependido del agua para beber, en sus necesidades cotidianas, para su alimentación, como medio de transporte. En la actualidad, produce la mayor cantidad de energía eléctrica utilizada en el planeta, a través de centrales hidroeléctricas.

Suelo

El problema de la producción de alimentos ha llevado al hombre a una sobreexplotación del suelo, que pierde sus nutrientes y se empobrece. Se han echado abajo millones de hectáreas de selva y bosque para crear tierras de cultivo.

El viento y su energía, llamada eólica ya fue utilizada para impulsar los barcos o veleros en la civilización de los egipcios, los fenicios y más tarde los romanos. Luego aparecieron los molinos de viento que, en principio, sirvieron para moler grano y hoy para generar electricidad, pero siempre para usos limitados a pequeñas granjas. La dirección y potencia muy inestable del viento lo han descartado por un recurso de utilización constante.

El petróleo y el gas natural

El petróleo y sus derivados se emplean para fabricar medicinas, fertilizantes, productos alimenticios, plástico, materiales de construcción, pinturas y textiles, y para generar electricidad. Es impensable hasta ahora que este recurso sea reemplazado.

Rocas y minerales

Las rocas para la construcción y los minerales para la industria y la joyería son recursos muy valiosos, pero agotables.