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FILADELFIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). El Dr. Albrecht Glatzle está convencido de que el insecticida DDT, por sus características, podría ayudar a restringir la epidemia del dengue. Afirma que contrariamente a su mala fama, no es peligroso para el ser humano y en varios países está siendo reutilizado contra la malaria y el dengue, enfermedades transmitidas por mosquitos.
El agrobiólogo alemán residente en el Chaco, Dr. Albrecht Glatzle, sostiene que el insecticida Dicloro Difenil Tricloroetano (DDT) podría ayudar a reducir la epidemia del dengue, sobre todo por su alta actividad contra todas especies de mosquitos, incluyendo al mosquito transmisor Aedes aegypti, efecto a largo plazo y función de repelente, una combinación de características normalmente inexistente en otros.
Detalló que el uso del DDT se tendría que limitar a poblaciones humanas, quizás con fumigaciones aéreas. Dijo que experiencias pasadas dan cuenta que la aplicación del insecticida en espacios interiores de hogares también tenían especial eficiencia contra la malaria.
Señalándole que al solo escuchar el nombre DDT uno puede recibir piel de gallina, sobre todo por la prolongada toxicidad que tiene y si esto no le preocupa, respondió que la prohibición del veneno en los Estados Unidos y Europa en el año 1972 fue uno de los primeros grandes éxitos de los ambientalistas internacionales, pero entendible también, porque hasta aquel entonces el DDT fue aplicado en forma excesiva, afectando a ecosistemas, sobre todo en cuanto a populaciones de insectos. "Pero para el ser humano y todos los vertebrados a pesar de exposiciones masivas al veneno no se ha podido demostrar efectos negativos. El DDT no es cancerígeno, mutagénico (sustancia que produce mutaciones) ni teratógeno (provocador de malformaciones del embrión). Informes contrarios no se ha podido confirmar. Y en la opinión pública muchas veces se olvida que el DDT liberó de malaria a países y regiones como Rusia, Estados Unidos, Australia, el mar Mediterráneo y otros, mientras que en África, Sudamérica y el sureste asiático fue reprimido", explicó.
Uso limitado en Paraguay
En cuanto a nuestro país, Glatzle remarcó que "contra el uso limitado del DDT en el Paraguay, solo en poblaciones humanas y a la época de alto riesgo del dengue, no tengo reparos".
Agregó que los países miembros de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC, por sus siglas en inglés) informaron el año pasado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) que en el marco del combate contra la malaria producirán y aplicarán nuevamente el DDT, bajo su propia responsabilidad, siguiendo el ejemplo de India y Malasia, que lo usan hace varios años.
En este último país, donde el dengue prosperó a pesar de esfuerzos grandes, similares a aquellos que se hacen en Paraguay, han obtenido primeros resultados muy promisorios en la lucha contra el flagelo con fumigaciones de concentraciones extremadamente bajas de DDT en las zonas urbanas afectadas, dijo el agrobiólogo Glatzle.
El agrobiólogo alemán residente en el Chaco, Dr. Albrecht Glatzle, sostiene que el insecticida Dicloro Difenil Tricloroetano (DDT) podría ayudar a reducir la epidemia del dengue, sobre todo por su alta actividad contra todas especies de mosquitos, incluyendo al mosquito transmisor Aedes aegypti, efecto a largo plazo y función de repelente, una combinación de características normalmente inexistente en otros.
Detalló que el uso del DDT se tendría que limitar a poblaciones humanas, quizás con fumigaciones aéreas. Dijo que experiencias pasadas dan cuenta que la aplicación del insecticida en espacios interiores de hogares también tenían especial eficiencia contra la malaria.
Señalándole que al solo escuchar el nombre DDT uno puede recibir piel de gallina, sobre todo por la prolongada toxicidad que tiene y si esto no le preocupa, respondió que la prohibición del veneno en los Estados Unidos y Europa en el año 1972 fue uno de los primeros grandes éxitos de los ambientalistas internacionales, pero entendible también, porque hasta aquel entonces el DDT fue aplicado en forma excesiva, afectando a ecosistemas, sobre todo en cuanto a populaciones de insectos. "Pero para el ser humano y todos los vertebrados a pesar de exposiciones masivas al veneno no se ha podido demostrar efectos negativos. El DDT no es cancerígeno, mutagénico (sustancia que produce mutaciones) ni teratógeno (provocador de malformaciones del embrión). Informes contrarios no se ha podido confirmar. Y en la opinión pública muchas veces se olvida que el DDT liberó de malaria a países y regiones como Rusia, Estados Unidos, Australia, el mar Mediterráneo y otros, mientras que en África, Sudamérica y el sureste asiático fue reprimido", explicó.
Uso limitado en Paraguay
En cuanto a nuestro país, Glatzle remarcó que "contra el uso limitado del DDT en el Paraguay, solo en poblaciones humanas y a la época de alto riesgo del dengue, no tengo reparos".
Agregó que los países miembros de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC, por sus siglas en inglés) informaron el año pasado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) que en el marco del combate contra la malaria producirán y aplicarán nuevamente el DDT, bajo su propia responsabilidad, siguiendo el ejemplo de India y Malasia, que lo usan hace varios años.
En este último país, donde el dengue prosperó a pesar de esfuerzos grandes, similares a aquellos que se hacen en Paraguay, han obtenido primeros resultados muy promisorios en la lucha contra el flagelo con fumigaciones de concentraciones extremadamente bajas de DDT en las zonas urbanas afectadas, dijo el agrobiólogo Glatzle.