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Alguien con estas características es difícil de encontrar y, aunque a las mujeres nos llamen cursis y anticuadas por pensar así, muchas preferimos a los galanes como eran antes.Por Gabriela Marmori (19 años)
Los tiempos cambian y también, las costumbres y modos de actuar en una relación. Antes, para que existiera un noviazgo, el hombre tardaba más en declararse a una chica. Le escribía cartas o poemas de su puño y letra, le enviaba flores, la trataba con dulzura y cariño; todo era válido a la hora de conquistarla.
Ahora, en cambio, con los mensajes de texto, las redes sociales, el correo electrónico, la comunicación se volvió más fría, seca y poco sincera. Porque en la distancia uno puede decir miles de cosas verdaderas o falsas; sin embargo, es distinto conversar cara a cara, mirando fijamente a los ojos, expresando al instante lo que salga del corazón.
Es cierto que la tecnología otorga muchas facilidades en cualquier ámbito; no obstante, hay que reconocer que también divide a la gente, en especial a aquellas personas que son tan adictas y viven tan conectadas al Facebook o Twitter a través del celular porque provoca que ni siquiera se pueda conversar con ellas.
Nadie niega que con el correr de las décadas se generan transformaciones e innovaciones. Pero la esencia del amor no debería alterarse jamás. Un hombre tierno, que te vea de frente y no más abajo, que exprese su cariño respetuosamente, con bellas palabras, que le quiera a la persona que hay en vos y no solo a tu cuerpo, que recuerde las fechas importantes y te agasaje con pequeños detalles. Este es el retrato del muchacho más buscado.
Al parecer, quedan pocos y a pesar de que por pensar de esta manera algunos sostengan que pedís demasiado y te tilden de ingenua, por ahí debe haber uno que al menos se asemeje al príncipe azul, al galán con modales antiguos.
Los tiempos cambian y también, las costumbres y modos de actuar en una relación. Antes, para que existiera un noviazgo, el hombre tardaba más en declararse a una chica. Le escribía cartas o poemas de su puño y letra, le enviaba flores, la trataba con dulzura y cariño; todo era válido a la hora de conquistarla.
Ahora, en cambio, con los mensajes de texto, las redes sociales, el correo electrónico, la comunicación se volvió más fría, seca y poco sincera. Porque en la distancia uno puede decir miles de cosas verdaderas o falsas; sin embargo, es distinto conversar cara a cara, mirando fijamente a los ojos, expresando al instante lo que salga del corazón.
Es cierto que la tecnología otorga muchas facilidades en cualquier ámbito; no obstante, hay que reconocer que también divide a la gente, en especial a aquellas personas que son tan adictas y viven tan conectadas al Facebook o Twitter a través del celular porque provoca que ni siquiera se pueda conversar con ellas.
Nadie niega que con el correr de las décadas se generan transformaciones e innovaciones. Pero la esencia del amor no debería alterarse jamás. Un hombre tierno, que te vea de frente y no más abajo, que exprese su cariño respetuosamente, con bellas palabras, que le quiera a la persona que hay en vos y no solo a tu cuerpo, que recuerde las fechas importantes y te agasaje con pequeños detalles. Este es el retrato del muchacho más buscado.
Al parecer, quedan pocos y a pesar de que por pensar de esta manera algunos sostengan que pedís demasiado y te tilden de ingenua, por ahí debe haber uno que al menos se asemeje al príncipe azul, al galán con modales antiguos.