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El Centro Paraguayo de Estudios de Población (Cepep) muestra que un 51,1% de las mujeres interrumpieron sus estudios al quedar embarazadas. La mayoría de ellas no vuelve a trabajar, porque no tienen con quién dejar al niño.
El estudio 2008 del Centro Paraguayo de Estudios de Población (Cepep) muestra en su encuesta que a causa del embarazo en la adolescencia, la condición de estudios y de trabajo en que se encontraba la joven en ese momento debió necesariamente sufrir cambios para determinar las consecuencias. La joven fue indagada durante la entrevista con preguntas como: ¿Seguiste asistiendo a clases o al trabajo después de saber que estabas embarazada?
También fue consultada si después del terminó de ese embarazo siguió con sus actividades educativas y laborales. Se observa en el estudio que el 48,9 por ciento de las mujeres jóvenes de 15 a 24 años de edad que se encontraban estudiando al momento de quedar embarazada por primera vez, no interrumpió sus estudios, y que poco más de la mitad (51.1 por ciento) sí lo hizo. De estas, el 44.6 por ciento no volvió a estudiar y solo el 6,4 por ciento de las jóvenes volvieron a retomar sus estudios.
En lo laboral, más de la mitad de las mujeres adolescentes y jóvenes siguieron sus actividades laborales (55,7 por ciento); es decir que no dejaron de trabajar a causa del embarazo. De las mujeres que dejaron de trabajar al quedar embarazadas por primera vez (44,3 por ciento), solo el 7,2 por ciento volvió a hacerlo y 37,1 por ciento dejó de trabajar.
Los investigadores indagaron la razón por la cual las jóvenes no continuaron con sus estudios o trabajo después del término del primer embarazo. Las jóvenes hicieron referencia en el 47,4 por ciento de los casos que dejó de hacerlo y no continuó porque no tenía con quién dejar al niño, esta es la razón mayormente reportada por las jóvenes para no volver a su actividad laboral, en comparación a la misma razón para no continuar estudiando (34.6 por ciento).
La planificación familiar se fue generalizando
En el estudio de la Cepep, se observa claramente cómo en los últimos 20 años la planificación familiar se fue generalizado prácticamente a todas las mujeres en unión, independiente de sus características culturales y de residencias, haciéndose cada vez menor la brecha entre las mujeres urbanas y rurales, de Gran Asunción y las demás regiones, de menor educación y las más educadas y entre las adolescentes y las de más edad.
En la encuesta del 2008, los investigadores visualizaron que la prevalencia aumentó en un 79,5 por ciento y 79,3 por ciento en las mujeres urbanas y rurales, respectivamente.
En el gráfico se presenta el porcentaje de uso de métodos anticonceptivos modernos, métodos tradicionales y el porcentaje de mujeres que no usan métodos. Se ve que entre la encuesta 2004 y la encuesta 2008 hubo un aumento importante del uso de métodos modernos, pasando de 60,5 por ciento a 70,7 por ciento (aumento de 17 por ciento), continuando el aumento importante entre 1998 y 2004 (27 por ciento). En cuanto a los métodos tradicionales, hubo una disminución de casi 4 puntos porcentuales (de 12,3 por ciento a 8,7 por ciento). Se nota además una disminución del porcentaje de mujeres que no usan ningún método anticonceptivos, de 27,2 por ciento a 20,6 por ciento entre las dos encuestas mencionadas.
Uso de anticonceptivos se extendió a todo el país
De igual manera, el uso de anticonceptivos se extendió a todo el país sin distinción de regiones, siendo la prevalencia actual muy próxima en la región Gran Asunción (80,9 por ciento) como en el norte (75,1 por ciento), en Centro Sur (79,3 por ciento) y en el Este (79,6 por ciento), a diferencia de lo que sucedía en la encuesta 1990, donde el porcentaje que usaba algún método en el Norte solo llegaba a 30,6 por ciento, mientras que en Gran Asunción la proporción era casi el doble (55,9 por ciento) a la del Norte.
En el 2008 más de la mitad (55,5 por ciento) de las mujeres prefirió postergar el nacimiento del primer hijo usando anticonceptivos cuando todavía no tenía ninguno, frente a solo 21,7 por ciento en 1987.
Además, en 1987 solamente 42,4 por ciento de las mujeres unidas con 4 hijos nacidos vivos planificaban su familia, lo que indicaría que más de la mitad de ellas no estaban protegidas de más embarazos.
En el 2008, por el contrario, el deseo de limitar el número de hijos aumentó a 88,4 por ciento entre las mujeres que ya tenía 4 hijos.
El estudio 2008 del Centro Paraguayo de Estudios de Población (Cepep) muestra en su encuesta que a causa del embarazo en la adolescencia, la condición de estudios y de trabajo en que se encontraba la joven en ese momento debió necesariamente sufrir cambios para determinar las consecuencias. La joven fue indagada durante la entrevista con preguntas como: ¿Seguiste asistiendo a clases o al trabajo después de saber que estabas embarazada?
También fue consultada si después del terminó de ese embarazo siguió con sus actividades educativas y laborales. Se observa en el estudio que el 48,9 por ciento de las mujeres jóvenes de 15 a 24 años de edad que se encontraban estudiando al momento de quedar embarazada por primera vez, no interrumpió sus estudios, y que poco más de la mitad (51.1 por ciento) sí lo hizo. De estas, el 44.6 por ciento no volvió a estudiar y solo el 6,4 por ciento de las jóvenes volvieron a retomar sus estudios.
En lo laboral, más de la mitad de las mujeres adolescentes y jóvenes siguieron sus actividades laborales (55,7 por ciento); es decir que no dejaron de trabajar a causa del embarazo. De las mujeres que dejaron de trabajar al quedar embarazadas por primera vez (44,3 por ciento), solo el 7,2 por ciento volvió a hacerlo y 37,1 por ciento dejó de trabajar.
Los investigadores indagaron la razón por la cual las jóvenes no continuaron con sus estudios o trabajo después del término del primer embarazo. Las jóvenes hicieron referencia en el 47,4 por ciento de los casos que dejó de hacerlo y no continuó porque no tenía con quién dejar al niño, esta es la razón mayormente reportada por las jóvenes para no volver a su actividad laboral, en comparación a la misma razón para no continuar estudiando (34.6 por ciento).
La planificación familiar se fue generalizando
En el estudio de la Cepep, se observa claramente cómo en los últimos 20 años la planificación familiar se fue generalizado prácticamente a todas las mujeres en unión, independiente de sus características culturales y de residencias, haciéndose cada vez menor la brecha entre las mujeres urbanas y rurales, de Gran Asunción y las demás regiones, de menor educación y las más educadas y entre las adolescentes y las de más edad.
En la encuesta del 2008, los investigadores visualizaron que la prevalencia aumentó en un 79,5 por ciento y 79,3 por ciento en las mujeres urbanas y rurales, respectivamente.
En el gráfico se presenta el porcentaje de uso de métodos anticonceptivos modernos, métodos tradicionales y el porcentaje de mujeres que no usan métodos. Se ve que entre la encuesta 2004 y la encuesta 2008 hubo un aumento importante del uso de métodos modernos, pasando de 60,5 por ciento a 70,7 por ciento (aumento de 17 por ciento), continuando el aumento importante entre 1998 y 2004 (27 por ciento). En cuanto a los métodos tradicionales, hubo una disminución de casi 4 puntos porcentuales (de 12,3 por ciento a 8,7 por ciento). Se nota además una disminución del porcentaje de mujeres que no usan ningún método anticonceptivos, de 27,2 por ciento a 20,6 por ciento entre las dos encuestas mencionadas.
Uso de anticonceptivos se extendió a todo el país
De igual manera, el uso de anticonceptivos se extendió a todo el país sin distinción de regiones, siendo la prevalencia actual muy próxima en la región Gran Asunción (80,9 por ciento) como en el norte (75,1 por ciento), en Centro Sur (79,3 por ciento) y en el Este (79,6 por ciento), a diferencia de lo que sucedía en la encuesta 1990, donde el porcentaje que usaba algún método en el Norte solo llegaba a 30,6 por ciento, mientras que en Gran Asunción la proporción era casi el doble (55,9 por ciento) a la del Norte.
En el 2008 más de la mitad (55,5 por ciento) de las mujeres prefirió postergar el nacimiento del primer hijo usando anticonceptivos cuando todavía no tenía ninguno, frente a solo 21,7 por ciento en 1987.
Además, en 1987 solamente 42,4 por ciento de las mujeres unidas con 4 hijos nacidos vivos planificaban su familia, lo que indicaría que más de la mitad de ellas no estaban protegidas de más embarazos.
En el 2008, por el contrario, el deseo de limitar el número de hijos aumentó a 88,4 por ciento entre las mujeres que ya tenía 4 hijos.