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Por todo esto, más que nunca, nos parece oportuna la labor de concientización que podamos realizar frente a las aulas sobre el sagrado deber del ciudadano a ejercer a plenitud, con todas las garantías y la transparencia necesarias, su derecho soberano de elegir a las personas que más confianza y credibilidad le merezcan para conducir los asuntos de estado, en los próximos cinco años.
Entonces, queremos compartir algunas ideas sobre qué y cómo hacer para que nuestros educandos vayan entendiendo, y sobre todo, se convenzan de que las elecciones en el sistema democrático que pretendemos instaurar definitivamente en el Paraguay constituyen los eventos ciudadanos más importantes que se deben encarar con absoluta responsabilidad y plena conciencia cívica para honrar a nuestro país, dotándole de un gobierno sano, legítimo y capaz de procurar el bienestar de todos los habitantes.
DEBATES PERMANENTES
Una de las formas más efectivas de aprender, internalizar y convencerse de algo, es debatiendo. Es decir, discutiendo, analizando, generando controversias o polemizando en torno a propuestas, con el objetivo de trillar mejor (separar mejor el grano de la paja).
Sabemos muy bien que los paraguayos tenemos serios déficit en el tema de saber debatir, saber discutir. Lograr erradicar la mala costumbre de querer imponer nuestras ideas, insultando, agrediendo o vilipendiando a nuestro contendor o contendores con el remanido recurso de atacar a la o las personas.
Nuestros niños, niñas y jóvenes deben aprender de una vez por todas, a debatir ideas y propuestas. Esa es nuestra responsabilidad.
Nunca debemos renunciar por eso a que nuestros alumnos y alumnas aprendan este difícil arte de la convivencia social. Y siempre debemos procurar que se cumpla en ellos y ellas la sentencia de que de la discusión sale la luz.
Saber debatir debe ser un tema transversal de nuestra preocupación constante y permanente. Hagamos posible que nuestras aulas se conviertan en vitales foros de formación ciudadana y democrática, para que muy pronto demostremos al mundo y a nosotros mismos que los paraguayos también somos capaces y aptos para integrar el concierto de las naciones desarrolladas.
SIMULACROS ELECTORALES
Otra forma de entrenar a nuestros niños, niñas y jóvenes para entender y comprender mejor la importancia del acto eleccionario, es organizando en nuestras instituciones educativas o aunque sea en nuestras aulas, los ensayos o simulacros de elecciones. Con muchos candidatos y candidatas.
Por eso, las elecciones para delegados de grados o de cursos son eventos valiosísimos y deben ser estimulados en forma constante, dándole la importancia debida, acompañándoles en sus campañas preeleccionarias, guiándoles y proporcionándoles todo lo necesario para que lleven adelante con seriedad y entusiasmo la difícil tarea de elegir bien.
LECTURA DE DIARIOS
Por último, no olvidemos que nada podemos hacer sin información. Estimulemos en nuestros niños, niñas y jóvenes el hábito de la lectura, comenzando por lo más agradable.
Y recordemos que lo más agradable e interesante para todos es aquello que nos retrata a nosotros mismos. ¿A quién no le gusta mirarse al espejo? Pues bien, cuando tomamos el periódico del día nos estamos mirando en el espejo social. Y sin falta, allí encontraremos nuestra imagen, nuestro retrato, porque, de un modo u otro, somos parte de esa sociedad fielmente retratada en ese periódico.
Por lo tanto, consigamos todos los días algún periódico para leerlo en aula y así, distribuyendo hoja por hoja o sección por sección, al menos entre nuestros alumnos/as, estaremos informados y actualizados sobre los principales temas que nos afectan a todos y sobre los cuales debemos debatir para procurar soluciones válidas y patrióticas.
Entonces, queremos compartir algunas ideas sobre qué y cómo hacer para que nuestros educandos vayan entendiendo, y sobre todo, se convenzan de que las elecciones en el sistema democrático que pretendemos instaurar definitivamente en el Paraguay constituyen los eventos ciudadanos más importantes que se deben encarar con absoluta responsabilidad y plena conciencia cívica para honrar a nuestro país, dotándole de un gobierno sano, legítimo y capaz de procurar el bienestar de todos los habitantes.
Una de las formas más efectivas de aprender, internalizar y convencerse de algo, es debatiendo. Es decir, discutiendo, analizando, generando controversias o polemizando en torno a propuestas, con el objetivo de trillar mejor (separar mejor el grano de la paja).
Sabemos muy bien que los paraguayos tenemos serios déficit en el tema de saber debatir, saber discutir. Lograr erradicar la mala costumbre de querer imponer nuestras ideas, insultando, agrediendo o vilipendiando a nuestro contendor o contendores con el remanido recurso de atacar a la o las personas.
Nuestros niños, niñas y jóvenes deben aprender de una vez por todas, a debatir ideas y propuestas. Esa es nuestra responsabilidad.
Nunca debemos renunciar por eso a que nuestros alumnos y alumnas aprendan este difícil arte de la convivencia social. Y siempre debemos procurar que se cumpla en ellos y ellas la sentencia de que de la discusión sale la luz.
Saber debatir debe ser un tema transversal de nuestra preocupación constante y permanente. Hagamos posible que nuestras aulas se conviertan en vitales foros de formación ciudadana y democrática, para que muy pronto demostremos al mundo y a nosotros mismos que los paraguayos también somos capaces y aptos para integrar el concierto de las naciones desarrolladas.
SIMULACROS ELECTORALES
Otra forma de entrenar a nuestros niños, niñas y jóvenes para entender y comprender mejor la importancia del acto eleccionario, es organizando en nuestras instituciones educativas o aunque sea en nuestras aulas, los ensayos o simulacros de elecciones. Con muchos candidatos y candidatas.
Por eso, las elecciones para delegados de grados o de cursos son eventos valiosísimos y deben ser estimulados en forma constante, dándole la importancia debida, acompañándoles en sus campañas preeleccionarias, guiándoles y proporcionándoles todo lo necesario para que lleven adelante con seriedad y entusiasmo la difícil tarea de elegir bien.
Por último, no olvidemos que nada podemos hacer sin información. Estimulemos en nuestros niños, niñas y jóvenes el hábito de la lectura, comenzando por lo más agradable.
Y recordemos que lo más agradable e interesante para todos es aquello que nos retrata a nosotros mismos. ¿A quién no le gusta mirarse al espejo? Pues bien, cuando tomamos el periódico del día nos estamos mirando en el espejo social. Y sin falta, allí encontraremos nuestra imagen, nuestro retrato, porque, de un modo u otro, somos parte de esa sociedad fielmente retratada en ese periódico.
Por lo tanto, consigamos todos los días algún periódico para leerlo en aula y así, distribuyendo hoja por hoja o sección por sección, al menos entre nuestros alumnos/as, estaremos informados y actualizados sobre los principales temas que nos afectan a todos y sobre los cuales debemos debatir para procurar soluciones válidas y patrióticas.