1. Demostrar al estudiante la estrategia, destreza o habilidad cognitiva como un proceso completo de tareas a realizar.

2. Dividir la habilidad en tareas concretas, y demostrar cómo su aprendizaje redundará en alumnos experimentados para el aprendizaje.

3. Convencer al alumno que una persona diestra en estrategias y habilidades cognitivas de aprendizaje obtiene resultados óptimos.

4. Permitir que los alumnos practiquen continuamente las estrategias y destrezas, hasta que lo dominen efectivamente.

5. Asegurar que las tareas concretas, referentes a cada estrategia, técnica, destrezas o habilidad, estén encadenadas progresivamente, como un todo en el proceso.

Una vez adquirida una habilidad, no se la olvida, a pesar del intervalo, pues la adquisición de una habilidad cumple con estos tres momentos o estadios:

1° paso: introducción a los procesos cognitivos

Hay que informar a los alumnos, brevemente, sobre la estrategia y habilidad que van a dominar. Ellos necesitan saber qué hacer, cómo hacerlo, qué esperan de ellos y qué indicaciones deben reconocer. Por lo tanto, lo apropiado es decir y mostrar la estrategia o habilidad, y estimular a que la verbalicen.

2° paso: momento de desarrollo o entrenamiento

El alumno empieza a concentrarse sobre el contenido de la estrategia de aprendizaje, practicando, y sobrepracticando las diferentes tareas del proceso. Cuando todas las tareas se hayan cumplido, se encadenan para desarrollar la estrategia o técnica completa.

En el desarrollo de cada tarea del proceso, el éxito o error debe comunicársele al estudiante tan frecuente y prontamente como sea posible, solo así el educador es mediador eficiente.

3° paso: consolidación de lo aprendido

El ensayo constante y la práctica de las estrategias cognitivas de aprendizaje automatizarán las habilidades del alumno, y esto hará que se sienta seguro, relajado y no le afecte el trabajo bajo presión.

Comentario

Se sabe que la gran mayoría de los docentes aplican en mayor o menor proporción estas sugerencias, quizás... no con el orden educativo requerido para que la enseñanza sea positiva, pero se aplica. También sabemos que no es fácil aplicar lo que uno planifica en la casa, en base a su experiencia y en conocimiento pleno del grupo-clase que tiene enfrente, ya que la predisposición del grupo en el momento del desarrollo de lo planificado (lunerö) influye en el rendimiento y entendemos que los educandos de hoy no internalizan la importancia de ser plenamente partícipes de su educación. Hablan, no participan, se distraen permanentemente, no traen los materiales solicitados, y de esta forma se hace difícil implementar lo planificado. Y es allí cuando comenzamos a improvisar antes de que el grupo se “descomponga”.

Quisiera creer que tanto en instituciones educativas públicas como privadas existen excepciones, pero imaginen un profesor con todos estos contras y sin contar la infraestructura que muchas veces atenta contra todo esfuerzo. Los resultados están a la vista, por ello debemos esforzarnos más y utilizar cada minuto de nuestra labor en positivo para un solo objetivo: La educación de nuestros hijos.

Bibliografía: Lalaleo Naranjo, Marco Osvaldo. Estrategias y técnicas constructivas de un aprendizaje. Material suministrado por el Instituto Salesiano de Pastoral Educativa (ISPE).