Los problemas, que ha generado la erupción del volcán islandés Eyjafjallajokull, han hecho evocar en Italia el peligro siempre latente de las consecuencias que conllevaría la erupción del Vesubio, en el sur del país.
"El Vesubio es el mayor problema que tenemos en Protección Civil", explicó en una reunión en Roma, con la prensa extranjera, el jefe del organismo, Guido Bertolaso, con una amplia experiencia en catástrofes naturales, como el terremoto que devastó la región de Los Abruzos en abril del año pasado.
El volcán ahora está en lo que los vulcanólogos consideran "un ciclo de reposo", lo que no quiere decir que no pueda despertarse de un momento a otro.
En marzo de 1944, el Vesubio mostró de nuevo su peor cara, con una fuerte erupción que, sin embargo, no causó víctimas, lo mismo que en 1906, las dos únicas registradas en el siglo XX.
Con anterioridad, en 1631 la actividad del volcán causó un millar de víctimas, aunque la peor erupción fue la del año 79, que provoco unos 2.000 muertos y sepultó las localidades de Pompeya y Ercolano.
Pero la situación, desde la última erupción en las faldas del Vesubio, ha cambiado mucho en 60 años, pues, de ser casi desértica, la llamada zona "vesubiana" se ha convertido en una de las áreas de mayor densidad de población de Europa, debido, sobre todo, a la masiva construcción ilegal de viviendas.
Bertolaso denunció que muchas personas han construido con el dinero público, que se les otorgó, una nueva vivienda fuera de la "zona roja", pero han alquilado su anterior casa en la ladera.
En la actual "zona roja" -señalizada por Protección Civil y que tiene un radio de 9,12 kilómetros- hay dieciocho municipios, que cuentan con cerca de 700.000 habitantes.
Actualmente, desveló Bertolaso, se estudia ampliar el área de peligro, por lo que un eventual plan de evacuación podría incluir a un millón de personas.
El jefe del organismo aseguró que no hay porqué alarmarse, "que se trata sólo de prevención", y en el último documento de Protección Civil, de fecha 2 de abril, se afirma que "no se registran fenómenos precursores de inicio de una posible actividad eruptiva en breve".
No obstante, la descripción del máximo responsable de Protección Civil de la posible erupción del Vesubio no sosiega: "la explosión del volcán provocaría una columna de humo y detritos de 20 kilómetros de altura y la caída de las cenizas afectaría a un área que llegaría incluso al Lazio", región del centro de Italia a la que pertenece Roma.
Además, añadió, la nueva erupción estaría acompañada de terremotos "con consecuencias comparables a lo que sucedió en L'Aquila el año pasado".
Para la evacuación de las personas que viven en las faldas del volcán durmiente "tendríamos como máximo de tiempo a disposición una semana, quizá incluso menos, tres o cuatro días", antes de que la erupción se convirtiera en una catástrofe.
Desde hace algunas semanas, los científicos del Observatorio Vesubiano y de la Universidad Federico II de Nápoles, así como personal de la Comisión Grandes Riesgos, estudian nuevos planes de emergencia.
En el documento del 2 de abril, Protección Civil describe paso a paso y hora a hora cómo comportarse en caso de erupción y cómo ir evacuando las diferentes zonas: roja, amarilla y azul.
También tiene previsto cuáles serán las localidades hermanadas dispuestas a acoger a los cientos de miles de habitantes que tendrían que ser desalojados.
Bertolaso explicó que también se sigue con atención la actividad de los doce volcanes subterráneos, ubicados en el mar Tirreno y en el Canal de Sicilia.
Sin embargo, aunque el Vesubio es el más conocido de los volcanes, Bertolaso advierte de que el que "tiene cargada la escopeta" es el monte Epomeo en la isla de Isquia, en el golfo de Nápoles, cuya última erupción fue en 1300, "pero se ha observado que en estos siglos el cono ha crecido 800 metros y se está cargando la cámara magmática".
"El Vesubio es el mayor problema que tenemos en Protección Civil", explicó en una reunión en Roma, con la prensa extranjera, el jefe del organismo, Guido Bertolaso, con una amplia experiencia en catástrofes naturales, como el terremoto que devastó la región de Los Abruzos en abril del año pasado.
El volcán ahora está en lo que los vulcanólogos consideran "un ciclo de reposo", lo que no quiere decir que no pueda despertarse de un momento a otro.
En marzo de 1944, el Vesubio mostró de nuevo su peor cara, con una fuerte erupción que, sin embargo, no causó víctimas, lo mismo que en 1906, las dos únicas registradas en el siglo XX.
Con anterioridad, en 1631 la actividad del volcán causó un millar de víctimas, aunque la peor erupción fue la del año 79, que provoco unos 2.000 muertos y sepultó las localidades de Pompeya y Ercolano.
Pero la situación, desde la última erupción en las faldas del Vesubio, ha cambiado mucho en 60 años, pues, de ser casi desértica, la llamada zona "vesubiana" se ha convertido en una de las áreas de mayor densidad de población de Europa, debido, sobre todo, a la masiva construcción ilegal de viviendas.
Bertolaso denunció que muchas personas han construido con el dinero público, que se les otorgó, una nueva vivienda fuera de la "zona roja", pero han alquilado su anterior casa en la ladera.
En la actual "zona roja" -señalizada por Protección Civil y que tiene un radio de 9,12 kilómetros- hay dieciocho municipios, que cuentan con cerca de 700.000 habitantes.
Actualmente, desveló Bertolaso, se estudia ampliar el área de peligro, por lo que un eventual plan de evacuación podría incluir a un millón de personas.
El jefe del organismo aseguró que no hay porqué alarmarse, "que se trata sólo de prevención", y en el último documento de Protección Civil, de fecha 2 de abril, se afirma que "no se registran fenómenos precursores de inicio de una posible actividad eruptiva en breve".
No obstante, la descripción del máximo responsable de Protección Civil de la posible erupción del Vesubio no sosiega: "la explosión del volcán provocaría una columna de humo y detritos de 20 kilómetros de altura y la caída de las cenizas afectaría a un área que llegaría incluso al Lazio", región del centro de Italia a la que pertenece Roma.
Además, añadió, la nueva erupción estaría acompañada de terremotos "con consecuencias comparables a lo que sucedió en L'Aquila el año pasado".
Para la evacuación de las personas que viven en las faldas del volcán durmiente "tendríamos como máximo de tiempo a disposición una semana, quizá incluso menos, tres o cuatro días", antes de que la erupción se convirtiera en una catástrofe.
Desde hace algunas semanas, los científicos del Observatorio Vesubiano y de la Universidad Federico II de Nápoles, así como personal de la Comisión Grandes Riesgos, estudian nuevos planes de emergencia.
En el documento del 2 de abril, Protección Civil describe paso a paso y hora a hora cómo comportarse en caso de erupción y cómo ir evacuando las diferentes zonas: roja, amarilla y azul.
También tiene previsto cuáles serán las localidades hermanadas dispuestas a acoger a los cientos de miles de habitantes que tendrían que ser desalojados.
Bertolaso explicó que también se sigue con atención la actividad de los doce volcanes subterráneos, ubicados en el mar Tirreno y en el Canal de Sicilia.
Sin embargo, aunque el Vesubio es el más conocido de los volcanes, Bertolaso advierte de que el que "tiene cargada la escopeta" es el monte Epomeo en la isla de Isquia, en el golfo de Nápoles, cuya última erupción fue en 1300, "pero se ha observado que en estos siglos el cono ha crecido 800 metros y se está cargando la cámara magmática".