Política educacional del Dr. Francia

El Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia nació en Asunción el 6 de enero de 1766. Hizo sus primeros estudios en la escuela del convento franciscano de Asunción, y en 1780 estudia en Córdoba donde se recibe de Dr. en Sagrada Teología, en 1785.

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Regresa a Asunción y enseña en el Real Colegio Seminario de San Carlos. Ejerció la Abogacía y fue Alcalde de primer voto del Cabildo asunceno, figura relevante de la Revolución de mayo de 1811; ideólogo, mentor político de los primeros congresos constituyentes, y el instaurador del nuevo Estado de la República del Paraguay.

En noviembre de 1828, el Supremo Dictador dictó un bando, haciendo obligatoria a los padres la instrucción de sus hijos hasta los 14 años en las escuelas primarias, donde prometía que el Estado invertiría anualmente una partida para sostener todas aquellas escuelas que presenten el mayor número de niños. Nunca se cumplió.

Francia hace desaparecer el Colegio Seminario de San Carlos, y dispone de sus rentas; clausura las escuelas mejor montadas, al cerrar los conventos; suprime el Correo, el Tribunal de Comercio y el Cabildo. Sólo quedan dos escuelas: la nacional, regenteada por José Gabriel Téllez; y la particular, de Juan Pedro Escalada (Manuel Domínguez).

Blas Garay, por su parte, sostiene que: “Aunque Francia suprimió el Seminario, en cambio, la instrucción primaria, tan descuidada durante la dominación española, recibió de su gobierno eficaz y vigoroso impulso. Declarado obligatorio, el Dictador proveía a los alumnos de todo lo necesario; así se explica que fueran tan pocos los analfabetos en aquel tiempo” (Compendio elemental de historia del Paraguay).

El Dr. Cecilio Báez expresa: A pesar de encontrarse el pueblo en el más deplorable estado e ignorancia, el Dictador descuidó la instrucción pública, no la favoreció en forma eficaz, y señala que el Dr. Francia hizo desaparecer el Seminario San Carlos diciendo ”Minerva duerme cuando Marte vela”.

También en el año 1910, Fulgencio R. Moreno, abordando el tema escribía: “Los documentos y fuentes históricos conocidos acerca de la administración del Dr. Francia, afirman que el Dictador, lejos de dar impulso, miró con profundo desdén la instrucción pública”. Francia no prohibió que se estudie por lo que muchos hombres pudieron instruirse privadamente o en escuelas de enseñanza muy elemental, donde acudían jóvenes de ambos sexos hasta la edad de catorce años. Al Dictador no podían incomodar estos pequeños centros infantiles, donde apenas se enseñaba a leer y escribir. Y además, estaba en el interés del sistema dictatorial, cierta instrucción que, sin elevar el nivel mental del pueblo, le proporcionara amanuenses para el enmarañado tejido de su política.

Efraím Cardozo: En cuanto a la instrucción de las primeras letras dice: era muy extendida desde los tiempos de la colonia; casi no había analfabetos en el país. Durante la dictadura se prestó la atención a la enseñanza primaria. Los comisionados de los distritos tenían la obligación de establecer las escuelas que fueran necesarias. En 1828 se decretó la enseñanza primaria obligatoria, a expensas del Estado. Se dio a la organización escolar característica militar. Los niños eran llamados a las aulas al son del tambor. Se les enseñaba un catecismo, donde el Dictador exponía sus ideas sobre el sistema de gobierno del país, que llamaba “Patrio Reformado”, guiado por principios sabios y justos, fundados en la naturaleza y necesidad de los hombres, y en las condiciones de la sociedad, y que debía durar en cuanto sea útil. La introducción de libros no estaba prohibida: los que los comerciantes portugueses traían, previamente a su venta, debían ser revisados por el Dictador, que impedía la entrada de aquellos que consideraba nocivos a su teoría política o que contenían nociones equivocadas sobre el Paraguay. Así como la música y la danza gozaban del favor del Dictador, se difundió mucho la afición a la lectura, única distracción de la sociedad paraguaya. Sólo el Dictador Francia tenía derecho a recibir diarios y gacetas del exterior; mientras vivió el Dictador, el país ignoró totalmente lo que ocurría en el mundo.

Se sabe que en los últimos años de su gobierno, el Dictador fundó una biblioteca: lo formó con sus propios libros, con los confiscados y con los traídos de Buenos Aires. El 16 de octubre de 1840, según acuerdo de la Junta de Gobierno Municipal, se abrió la biblioteca “fundada por el finado Dr. Francia, para que en ciertas horas de la mañana y de la tarde concurran sujetos aplicados al estudio y literatura, y logren el aprovechamiento que desean (Olinda Massare de Kostianovsky - instrucción pública y el doctor Francia. “La Tribuna” del 30 de marzo de 1969).

Historia de la educación en el Paraguay 1812 1932 -Juan Speratti-. Biblioteca de Estudios Paraguayos Vol. 52. 1992 Biblioteca Central U.C.A.
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