Poder, autoridad y liderazgo

En términos generales el poder ha sido considerado como un concepto más amplio que el de autoridad, entendido como un caso especial de poder.El concepto de poder es sociológicamente amorfo.

Cargando...


Todas las cualidades imaginables de un hombre y toda suerte de constelaciones posibles pueden colocar a alguien en posición de imponer su voluntad en una situación dada.
El concepto de dominación tiene que ser, por eso, más preciso y sólo puede significar la probabilidad de que un mandato sea obedecido.
Para hacer que su poder sea efectivo, un individuo o grupo puede apelar a los temores, a sanciones físicas, al ejercicio de la persuasión, a la manipulación o al compromiso que los no poderosos tienen con el sentimiento del deber.

Dependiendo de sus bases, Wrong distingue las relaciones que son asimétricas de las que exigen reciprocidad. Dentro de las primeras están la fuerza y la manipulación; dentro de las segundas la persuasión y la autoridad.

Mientras que el poder que se ejerce por la fuerza tiene su sustento en la violencia, la manipulación es un poder que se ejerce ocultando las intenciones mediante un esfuerzo deliberado y exitoso de influir en las respuestas de individuos o grupos a los que no se les comunica explícitamente las intenciones del poderoso.

Debe entenderse por persuasión aquella forma de poder que intenta convencer mediante argumentos que se aceptan sólo después de ser evaluados independientemente e integrados como base del comportamiento propio.

A diferencia de la fuerza, la manipulación y la persuasión, la autoridad se vincula a la existencia de cierta legitimidad y de una estructura jerárquica que conlleva a ordenamientos institucionalizados.

Lo anterior no implica que la autoridad renuncie al ejercicio de la fuerza y la violencia sino que, ésta se ejerce con un sustento legítimo y en esta medida se minimiza la necesidad de mantener los medios de coerción en alerta constante: Sólo cuando un sistema de autoridad se desmorona, o un individuo dado pierde su autoridad, debe recurrirse al poder para asegurar su conformidad.

Al respecto hay que diferenciar entre el ejercicio efectivo de la fuerza y la mera amenaza de su utilización. La autoridad previene la aplicación de la fuerza como tal, cuando se usa la fuerza es que la autoridad ha fallado.

En tanto el poder ordena y está respaldado, si es necesario por la imposición, la autoridad apela y deja de ser tal si se impone.
En la medida en que es legítima, toda autoridad se sustenta en las leyes. Así la autoridad se distingue del poder coercitivo y del liderazgo basado en la capacidad de influir y en la persuasión por la legitimidad.

La relación de autoridad es una relación de órdenes y obediencia en la cual la autoridad tiene el derecho de mandar y los otros la obligación de obedecer.
Esta definición de la legitimidad como sustento de la dominación está basada en los planteamientos de Weber. La autoridad no intenta presentar argumentos sino asegurar el cumplimiento de las órdenes.

En oposición a las relaciones igualitarias de persuasión, los lazos de autoridad son siempre jerárquicos.
El concepto de autoridad conlleva una serie de identificaciones, demandas y expectativas que se vinculan a la fórmula política.

Afirmar que una persona tiene autoridad significa que es poseedora del poder que le asigna la fórmula política y que se ejerce en forma justa y apropiada.
Sin embargo en algunos regímenes la noción de autoridad, en la práctica, se encuentra divorciada del verdadero centro del poder.

La autoridad formal y la real deben consecuentemente diferenciarse. En ocasiones, las autoridades formales no toman las decisiones políticas sino que se limitan a participar en las ceremonias y rituales de autoridad.

Liderazgo

Liderazgo inevitablemente requiere del uso del poder para influir en los pensamientos y en las acciones de otras personas.
El poder en las manos de una persona, supone riesgos humanos: Primero, el riesgo de equiparar poder con la habilidad para obtener resultados inmediatos; segundo, el riesgo de ignorar los diferentes caminos por los que se puede acumular legítimamente poder, y caer en la ilegalidad.

Y tercero, el riesgo de perder el control por el afán de obtener más poder. La necesidad de acotar estos riesgos, implica el desarrollo de un liderazgo colectivo y un manejo ético.

Las biografías de los líderes que han trascendido repetidamente han demostrado la parte importante que juega el maestro o el guía político en el desarrollo individual. Por lo que hace a los grandes maestros, éstos toman riesgos.

Ellos apuestan inicialmente al talento que perciben en la gente joven.
Por lo que respecta al liderazgo y el poder, también han sido frecuentes los análisis de este fenómeno, buscando insistentemente una serie de características especiales, de rasgos y atributos que, por su escasa frecuencia o por su intensidad inusual, permitan comprender una supuesta excepcionalidad de la mujer o del hombre que llega a ser líder en contextos políticos.

Una característica del líder político, es una cierta habilidad para detectar las grietas o debilidades de una estructura social, que le permitirán definir y encabezar movimientos de ruptura, reforma o revolución.

Pocas veces las estructuras están tan esclerotizadas como para no permitir márgenes de maniobra. Desde este punto de vista el líder político no es aquel personaje revestido de características míticas, casi mágicas o anormales que puede crear de la nada a través de su dominio o de su poder, estructuras más o menos a voluntad.

Un líder que se mueve dentro de un grupo social, que aprovecha sus resquicios para cambiarlo o que se beneficia de sus posibilidades para mantenerlo.

Una y otra tarea, uno y otro objetivo, no se pueden cumplir sin tener en cuenta el entorno y las destrezas o habilidades de la persona concreta que desempeña la función de liderazgo.

Es importante distinguir al Dirigente del que ejerce un Liderazgo. La condición de dirigente tiene que ver más con la legalidad constitucional, y con el procedimiento formal de designación, en tanto que el liderazgo se sustenta en la legitimidad de un mandato que se asume.

El líder se inspira en la convicción, o en la entrega emocionada de sus seguidores; en tanto que el dirigente confía en la disciplina de sus correligionarios, y en la solidez de la organización.

El líder debe ser y parecer, y el dirigente basta con que lo sea. El que ejerce un liderazgo no está sometido a términos o fechas; pero el que desempeña una dirigencia normalmente responde a plazos estrictos.

Entre el líder y dirigente siempre hay una paradoja: el dirigente aspira siempre a ser líder, aunque no siempre lo logra y el líder muchas veces llega a transformarse en dirigente, aunque no lo quiera. El dirigente manda, el líder convence.

La perseverancia, en el líder, llega a parecer heroicidad, en tanto que en el dirigente apenas se considera trabajo de rutina.

Características que ayudan a desarrollar la capacidad de liderazgo:

Fidelidad: La fidelidad es la integridad en acción, es el boleto de entrada al liderazgo.

Sólo quienes son honestos y viven con la verdad son respetados y pueden conseguir seguidores que permiten conseguir los objetivos trazados.

Juego Limpio: La limpieza se refiere a la imparcialidad, la objetividad y la ecuanimidad.

Los líderes son equitativos, no tiene preferidos, tratan a todos de la misma manera y trabajan sin apasionamientos, con objetividad.

Sensibilidad a las personas y a las situaciones: Siempre es mejor persuadir que ordenar. Quien desarrolla intuición, sensibilidad, gentileza, comprensión y consideración por los demás, tiene mayores posibilidades de encontrar seguidores que quien los busca a través de la rigidez y la imposición.

Los líderes deben ser analíticos con los datos y los hechos, pero sensibles con las personas.

Modestia: La arrogancia, la altivez y el egoísmo son venenos para el liderazgo. Los buenos líderes no son pretenciosos, comparten el crédito y los beneficios y se guardan para sí la responsabilidad de los fallos.

El líder comparte con sus subalternos, prefiere la informalidad, realiza visitas sorpresa y prefiere los encuentros casuales a las aburridas reuniones en su despacho porque sabe que así está generando el espacio para la cultura del liderazgo.

Servicio: El líder también es sirviente, siempre está en capacidad de ayudar y servir de guía, orientando al grupo a conseguir metas y salvar obstáculos.

El líder escucha. Los líderes positivos siempre tienen tiempo para escuchar porque saben que la información es útil, no importa de dónde o de quien provenga.

Escuchar motiva a los subordinados o compañeros, pero no se trata de oír, se trata de prestar atención y de comprender. Quien tiene capacidad de liderazgo se convierte en un adicto a escuchar.

Consultor: Quienes tienen poder y capacidad de mando muchas veces se enceguecen, pierden la perspectiva y se creen omnipotentes, rechazan consejos y consideran sus decisiones como las únicas acertadas.

Los líderes por el contrario, saben explotar su autoconfianza y seguridad en sí mismos, generando espacios para el cuestionamiento y las sugerencias. La mente abierta genera mejores relaciones y permite observar más adecuadamente el entorno y el interior de la organización.

Buen juicio: El buen juicio es la habilidad para analizar y combinar la información más la capacidad de sacar conclusiones de ella.

Esta característica tiene que ver con lo que los expertos llaman pensamiento estratégico, es la capacidad para fijar objetivos, prioridades y estrategias de una manera racional.

Proactividad: La iniciativa es una de las mayores características de los líderes. El líder está atento a las oportunidades y emprende proyectos con facilidad sin temor al error.

Adaptabilidad: Es la capacidad para acoger los cambios de buena manera y la facultad para impulsarlos cuando reconoce que son necesarios.

Capacidad para motivar: Es la capacidad de mover a los demás a la acción, es comunicar persuasivamente y fortalecer la confianza de los seguidores.

Esto se logra con ejemplo y actitud, siempre mirando adelante con la visión fija en los objetivos trazados.

Capacidad de tomar decisiones: El líder afronta los problemas, no los rodea, ve las oportunidades y se lanza a aprovecharlas.

Quien es líder tiene la capacidad de digerir la información y transformarla en decisión.

Sentido de urgencia: Hace que las cosas pasen, no espera a que las circunstancias lo lleven a la acción, está un paso adelante, trabaja rápido pero con cuidado.

Prosigo mi aprendizaje

1) Establece las diferencias entre los conceptos:

Poder:

Autoridad:

Líder:

Dirigente:

2) Para comprender mejor este tema, si tienes posibilidad, ve con mucha atención los primeros quince minutos de la película "El gladiador" y contesta las siguientes preguntas:

1) ¿Cómo influye el Gladiador en su ejército para que luche con entusiasmo en la consecución del objetivo?

2) ¿En qué momento hace uso de su capacidad para forzar a los soldados para pelear a pesar de que ellos preferían no hacerlo?

3) ¿En qué situación consigue que los soldados hicieran voluntariamente lo que él quería que hicieran?
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...