Plantas medicinales: un poco de historia

A una buena cantidad de personas, podría dársele el título de "padres" de las plantas medicinales en el Paraguay.

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Son varios, pero sería imposible olvidar a un Teodoro Rojas, Benjamín Balansá, a los doctores Emilio Hassler y Dionisio González Torres, Moisés Santiago Bertoni, como así también al médico inglés Tomás Falker (1707-1784), que vivió durante 40 años en este país estudiando las enfermedades americanas y el posible control a base de las plantas medicinales.Otros que se interesaron sobremanera por la terapia floral fueron don Félix de Azara (1742-1821); el brasileño Joaquín de Miranda Velloso, que inclusive escribió dos grandes volúmenes sobre las plantas medicinales del Paraguay y que el emperador Pedro II los publicó en París recién en el año 1825, luego de la muerte de Velloso, ocurrida en el año 1815.
El médico guaireño Juan Vicente Estigarribia (1778-1869) también fue un estudioso de nuestra flora medicinal y hasta recetaba el uso de las plantas curativas a sus famosos pacientes como Rodríguez de Francia, don Carlos Antonio López y su hijo Francisco.
El francés Aimé Bonpland vivió unos 40 años recorriendo América del Sur y por unos 9 años en el Paraguay, llegó a entusiasmarse decididamente por las propiedades medicinales de muchas plantas del Paraguay.
El médico italiano Domingo Parodi llegó en el año 1856 al Paraguay y trabajó durante unos 30 años con las plantas curativas paraguayas. El enfermero español Pedro Montenegro (1663-1728) experimentó con nuestra flora nativa y medicinal y, probablemente, junto a los misioneros jesuitas como José Sánchez Labrador, podrían ser considerados como los verdaderos "padres" de las plantas medicinales del Paraguay.
Muchas personas colaboraron enormemente por la riqueza y el conocimiento de nuestras plantas medicinales entre los que rescato al trinidense y eminente profesor Claudio Pavetti.
Mediante esta selección tan especial de profesionales que lucharon por convertir al Paraguay en un vergel de plantas medicinales hoy se pueden rescatar unas 500 especies de las 800 que tenemos en total.
Casi todos los ciudadanos de este país amanecen con el mate en la mano y es casi una obligación prepararlo con alguna planta medicinal. Un poco más tarde, en alianza con el excesivo calor que predomina entre nosotros, el tereré es toda una ceremonia infaltable entre los paraguayos que cumplen cualquier tipo de actividad. Una flor, una raíz, unas hojas o un tallo machacado siempre pasan a formar parte de esta infaltable actitud criolla.
Se estima en el Paraguay que unos 100.000 a 120.000 dólares por día se mueven por efecto de la comercialización de plantas medicinales. En guaraníes, hoy eso equivale a unos 600 millones, cifra nada despreciable y que cada día crece por el simple hecho de que cada vez tomamos más mate y tereré.
El paraguayo no es de tomar tanto café ni té, pero le da un rotundo sí al mate y al tereré.
El uso de las hierbas medicinales es una práctica rutinaria en cualquier comunidad rural y urbana del Paraguay. Ya lo usaban nuestros indígenas. Hoy, se constituye en buena fuente de ingreso y la posibilidad de curar muchas enfermedades de una manera tan orgánica y natural.
El "tereré con remedio yuyo" es tan común e infaltable en el Paraguay como la corrupción...

(*) Técnico especialista en
producción agrícola.
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