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SAN JUAN NEPOMUCENO (Antonio Caballero, corresponsal). La comisión de guardia ciudadana había nacido en esta ciudad cuando un grupo de pobladores que apoyaban la labor policial se alejaron de esta institución a raíz de que el cambio del titular de la comisaría local no era del agrado de la población. Los lugareños señalaron que el comisario de entonces, Ramón Benítez, estaba trabajando bien, pero a pedidos de políticos fue cambiando y no estaban de acuerdo con el traslado. Este acontecimiento ocurrió en el año 2003.
Entonces la fiscal penal de esa época Norma Girala Diez invitó a aquellos pobladores encabezado por el sacerdote José Fernández para apoyar el trabajo de la fiscalía que finalmente dio el nacimiento de la Guardia Ciudadana de San Juan Nepomuceno. Además del religioso formaban parte del grupo ciudadano Juan Pico Ríos, Mirta Vera, Aníbal Zaracho, Carlos Reinaldo Paredes, Elvio Ibarra y otros que estaban preocupados en la seguridad de la población. El sistema de trabajo era realizar la concienciación de los pobladores, entregando panfletos sobre el alcoholismo, acompañaban la barrera policial-fiscal para retirar de las calles a menores de edad en peligro. Los miembros de la comisión de guardia ciudadana nunca portaron armas y colaboraban con la justicia actuando de campana y apoyando logísticamente a los investigadores ya sean estos de la Policía o del Ministerio Público.
Sin embargo con la llegada al poder comunal de Carlos Reinaldo Paredes (Unace) la comisión de guardia ciudadana tomó un camino diferente, el sacerdote José Fernández ya había sido trasladado a la localidad de Iturbe, Guairá. El intendente municipal entusiasmado tomó la posta del religioso y comenzó a organizar diferentes grupos dentro de la zona urbana y en las compañías.
El proyecto del intendente Carlos Paredes fue de formar comisiones de guardia ciudadana o comisión garrote como el mismo lo denominó debido a que autorizaba a los miembros de cada comisión a portar armas, incluso a disparar contra los supuestos delincuentes.
Precisamente la autorización de portar armas y a disparar contra los delincuentes fue el motivo de rotura entre la fiscala Norma Girala y el intendente Carlos Paredes.
La ex agente fiscal Norma Girala señaló que Carlos Paredes dijo que la guardia ciudadana debe disparar a los delincuentes en la cabeza y la policía legalizará el ataque pasando informe de que fue durante un enfrentamiento con uniformados. “Al escuchar eso tuve que retirarme del lugar no sin antes expresar mi desacuerdo con la posición del intendente”, dijo.
La guardia ciudadana en San Juan Nepomuceno llegó a tener 42 comisiones en todo el distrito, de los cuales tres eran de la zona urbana. Eran más de 7.000 miembros. Se dedicaban a reprimir a borrachos, realizaban retenes fuertemente armados en cualquier parte de los caminos vecinales y en algunas partes hasta llegaron a ubicar barrera de madera para atajar a los vehículos, exigían documentos de rodados y de identidad de los pobladores, o sea que se arrogaban rol institucional.
El incidente que finalmente valió la prohibición de la comisión garrote fue protagonizado por Wildo Vázquez, de la guardia ciudadana del barrio Sagrado Corazón de Jesús, que disparó contra un grupo de asistentes fiscales y funcionarios del Ministerio Público que estaban festejando el cumpleaños de un compañero de trabajo en una vivienda ubicada en el mencionado barrio.
Vázquez se molestó porque los funcionarios públicos se negaron a apagar el sonido que estaba sonando en la fiesta. Esto ocurrió en abril del año 2006 y el ministro del interior era Rogelio Benítez.