Nutrigenética y la intolerancia a la lactosa

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Con la realización de un estudio genético a una muestra de saliva, se puede determinar si poseemos un marcador genético que puede aumentar el riesgo de padecer intolerancia a la lactosa. De esta manera se pueden establecer unos hábitos alimentarios acordes al estado que presente el gen de la lactasa.La intolerancia a la lactosa es una afección que se caracteriza por una reducción de los niveles de lactasa en la mucosa intestinal. La lactasa es la enzima encargada de realizar la digestión de la lactosa, que es el azúcar presente en la leche y otros productos lácteos. Por lo tanto, las personas con intolerancia a la lactosa, no pueden digerir correctamente alimentos con lactosa, como la leche, queso o yogur.
Tras ingerir leche, una persona con intolerancia a la lactosa puede presentar distensión abdominal, flatulencia, diarrea o cólico abdominal. Los síntomas se presentan frecuentemente después de comer o beber productos lácteos y, a menudo, se alivian dejando de consumir dichos productos.
 
Factores genéticos
Existe un marcador genético, localizado en el gen de la lactasa, que predice de forma importante el riesgo de desarrollo de dicha afección. La realización de un estudio genético a una muestra de saliva analiza el mencionado marcador; de esta manera, se pueden establecer unos hábitos alimentarios acordes al estado que presente el gen de la lactasa.
 
Factores externos
Aunque los factores genéticos son los principales determinantes del déficit de lactasa, varios factores externos incrementan el riesgo de sufrir intolerancia a la lactosa:
• Padecimiento de enfermedades intestinales como la enfermedad celíaca o gastroenteritis.
• Intervención quirúrgica intestinal, ya que se pueden dañar las paredes intestinales y ocasionar déficit de lactasa.
• Consumo excesivo de alcohol, lo que puede dañar las paredes intestinales y, consecuentemente, ocasionar déficit de lactasa.
La intolerancia existe cuando una persona solo puede digerir correctamente entre el 20 y 30 % de la lactosa que ingiere, mientras que el 70 y 80 % restante pasa al intestino grueso, donde fermenta y origina molestias intestinales y flatulencia. Las personas con detección genética elevada de intolerancia a la lactosa podrían tolerar medio vaso de leche de una vez. Porciones mayores le podrían causar malestar abdominal.
No hay cura efectiva para la intolerancia a la lactosa, pero sus síntomas se pueden reducir fácilmente con las siguientes recomendaciones:
 
Consumo de productos lácteos sin lactosa
En el mercado existen productos lácteos sin lactosa. Es preferible el consumo de productos lácteos sin lactosa antes que su eliminación de la dieta, ya que este tipo de productos aportan varios nutrientes fundamentales para la salud, como el calcio y las vitaminas.
Consumo de bebidas de soja. Las bebidas de soja son un producto vegetal que aporta proteínas y grasas de origen vegetal. Su consumo está recomendado para personas con intolerancia o alergias a las proteínas de la leche de vaca, como la caseína, o intolerancia a la lactosa.
Yogur y kéfir. Los productos lácteos fermentados, como el yogur o el kéfir, contienen menor cantidad de lactosa debido a que gran parte de esta ha sido previamente digerida. De forma adicional, conviene recordar que este tipo de productos aporta una buena cantidad de calcio y vitaminas, necesarios para una buena salud ósea.
Queso. El queso curado también presenta una gran parte de su lactosa digerida, lo que facilita su consumo sin las molestias habituales de la leche o quesos frescos en personas con intolerancia a la lactosa.
El queso curado, al igual que el yogur y el kéfir, aporta una buena cantidad de calcio y vitaminas, lo que le ayudará a mantener una buena salud ósea.
 
Suplementación con calcio
Si debido a la intolerancia a la lactosa se opta por no consumir leche, es importante que se realice una suplementación con calcio. La dosificación debe ser indicada por un profesional de la salud.
 
Suplementación con lactasa
Si se opta por consumir leche normal, con lactosa, es importante que se tomen suplementos de lactasa para evitar las molestias de la intolerancia a la lactosa.
Ello ayudará a que digiera la lactosa de la leche mucho mejor, y sin molestias abdominales. En este caso, también la dosificación debe ser indicada por un profesional de la salud.
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