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Oración inicial
Animador: ¡Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor!
Con este espíritu nos reunimos en esta casa: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Después de terminar nuestras actividades del día, nos congregamos para rezar, reflexionar y cantar, y así prepararnos para la gran fiesta de la Navidad.
No queremos pasar la Navidad preparándonos para una fiesta social solamente. Queremos dar tiempo a esta fiesta, tiempo y espacio para mirar con gozo ese gran misterio del nacimiento del Niño-Dios.
Todos: "Niño-Dios, ven en nuestra casa y haz de ella una escuela de oración y comunión".
Animador: La casa es el lugar privilegiado para rezar y vivir la comunión en familia.
Que estos nueve días sean encuentros felices; que aprendamos a dialogar y a pedir a Dios por nuestra familia.
Recemos todos juntos: Padre Nuestro...
Cantemos una canción de Navidad: Navidad de flor de coco...
Lectura bíblica: 1 Corintios 13, 1-13
Reflexión:
San Pablo nos indica en la lectura de hoy que es más importante amar que hacer milagros o sacrificarse por una causa. Nos dice que el amor consiste en ser paciente, compasivo, amante de la verdad, sin celos y sin querer aparentar, no se agranda, no actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.
"El amor nunca pasará". No hay amor auténtico sin la fe manifestada en la escucha atenta y profunda de la Palabra de Dios y la esperanza manifestada en la perseverancia en el camino de Jesús pobre, libre, fiel en las pruebas. El amor hallará la perfección cuando estemos en la presencia de Dios.
Nos preguntamos ¿qué hacer para vivir en el amor de Dios? en nuestra vida cotidiana como niño o joven, como profesional, en la política o en la familia, la parroquia, en la iglesia. La respuesta la encontramos en Dios mismo, pues El es amor.
El papa Benedicto XVI en su encíclica Deus Caritas est expresa que quien se pone al servicio del evangelio , si vive de la eucaristía, avanza en el amor de Dios y al prójimo y contribuye así a construir la Iglesia como comunión.
El amor eucarístico motiva y fundamenta la actividad de la Iglesia "en la liturgia de la Iglesia, en su oración, en la comunidad viva de los creyentes, experimentamos el amor de Dios, percibimos su presencia y, de este modo, aprendemos también a reconocerla en nuestra vida cotidiana. El nos ha amado primero y sigue amándonos primero, por eso, nosotros podemos corresponder también con el amor".
Este amor debe generar un gran espíritu de comunión, que se expresa en acciones concretas, en el hermano necesitado de hambre, abrigo, soledad, cariño, fe, amor. Amor es servicio, es darse como en Belén, en la pobreza de un recién nacido, necesitado de todo. En la eucaristía, pan que se da, porque nos ama, un amor que se ha hecho total hasta el sacrificio de la cruz.
Es este el amor que debemos vivir: amor a Dios y amor al prójimo, es la buena noticia que debemos llevar a los demás.
Vamos a compartir
-¿Por qué San Pablo nos dice que lo más importante es el amor?
-¿En qué consiste el verdadero amor?
- ¿Qué hacer para vivir el amor de Dios?
-¿A qué nos compromete esta vida de amor?
Vamos a rezar
-Para que unidos a Cristo eucaristía encontremos el amor verdadero en nuestras vidas. Oremos.
-Para que cada día aprendamos más a vivir en comunión y participación. Oremos.
-Por todos los enfermos, los tristes, los que se encuentran solos, por quienes la vida no tiene sentido, para que el amor de Dios, manifestado en nosotros los cristianos, les lleve a la esperanza y la luz verdadera. Oremos.
-Para que en esta Navidad aprendamos a ser mansos y humildes de corazón. Oremos.
-Para que el amor de Dios nos inquiete a ser misioneros permanentes en nuestra vida cotidiana. Oremos.
Compromiso evangélico
-Interesarnos por aquellos miembros de nuestra familia, trabajo, comunidad o parroquia que más necesita del amor de Dios.
-Darles muestras de cariño y comprensión.
-Visitar a aquellos que se encuentran enfermos, solos o desamparados, compartir con ellos la palabra de Dios y el pan.
Oración final
Animador: Qué alegría haber estado juntos como hermanos y dialogar sobre nuestra vida y nuestra fe. Todos hemos hablado y nos hemos enriquecido con los aportes de cada uno. Todo lo que hemos dicho nos debe ayudar a mirar la Navidad con ojos de fe y esperanza.
Todos: ¡Niño-Dios, ven a nuestra casa y haz de ella una escuela de oración y comunión!
Animador: Nos retiramos con gozo, pues hemos sentido la presencia de Dios entre nosotros. "Donde dos o tres están reunidos, allí estoy Yo", dice el Señor. Y donde está Jesús está María, su madre. Pidamos a ella que nos acompañe estos días de preparación a recibir a su Hijo Jesús y que El permanezca en nuestros hogares durante todo el año 2010.
Recemos a María: Dios te salve María...
Animador: Cantemos todos Noche de Paz.
Animador: ¡Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor!
Con este espíritu nos reunimos en esta casa: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Después de terminar nuestras actividades del día, nos congregamos para rezar, reflexionar y cantar, y así prepararnos para la gran fiesta de la Navidad.
No queremos pasar la Navidad preparándonos para una fiesta social solamente. Queremos dar tiempo a esta fiesta, tiempo y espacio para mirar con gozo ese gran misterio del nacimiento del Niño-Dios.
Todos: "Niño-Dios, ven en nuestra casa y haz de ella una escuela de oración y comunión".
Animador: La casa es el lugar privilegiado para rezar y vivir la comunión en familia.
Que estos nueve días sean encuentros felices; que aprendamos a dialogar y a pedir a Dios por nuestra familia.
Recemos todos juntos: Padre Nuestro...
Cantemos una canción de Navidad: Navidad de flor de coco...
Lectura bíblica: 1 Corintios 13, 1-13
Reflexión:
San Pablo nos indica en la lectura de hoy que es más importante amar que hacer milagros o sacrificarse por una causa. Nos dice que el amor consiste en ser paciente, compasivo, amante de la verdad, sin celos y sin querer aparentar, no se agranda, no actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.
"El amor nunca pasará". No hay amor auténtico sin la fe manifestada en la escucha atenta y profunda de la Palabra de Dios y la esperanza manifestada en la perseverancia en el camino de Jesús pobre, libre, fiel en las pruebas. El amor hallará la perfección cuando estemos en la presencia de Dios.
Nos preguntamos ¿qué hacer para vivir en el amor de Dios? en nuestra vida cotidiana como niño o joven, como profesional, en la política o en la familia, la parroquia, en la iglesia. La respuesta la encontramos en Dios mismo, pues El es amor.
El papa Benedicto XVI en su encíclica Deus Caritas est expresa que quien se pone al servicio del evangelio , si vive de la eucaristía, avanza en el amor de Dios y al prójimo y contribuye así a construir la Iglesia como comunión.
El amor eucarístico motiva y fundamenta la actividad de la Iglesia "en la liturgia de la Iglesia, en su oración, en la comunidad viva de los creyentes, experimentamos el amor de Dios, percibimos su presencia y, de este modo, aprendemos también a reconocerla en nuestra vida cotidiana. El nos ha amado primero y sigue amándonos primero, por eso, nosotros podemos corresponder también con el amor".
Este amor debe generar un gran espíritu de comunión, que se expresa en acciones concretas, en el hermano necesitado de hambre, abrigo, soledad, cariño, fe, amor. Amor es servicio, es darse como en Belén, en la pobreza de un recién nacido, necesitado de todo. En la eucaristía, pan que se da, porque nos ama, un amor que se ha hecho total hasta el sacrificio de la cruz.
Es este el amor que debemos vivir: amor a Dios y amor al prójimo, es la buena noticia que debemos llevar a los demás.
Vamos a compartir
-¿Por qué San Pablo nos dice que lo más importante es el amor?
-¿En qué consiste el verdadero amor?
- ¿Qué hacer para vivir el amor de Dios?
-¿A qué nos compromete esta vida de amor?
Vamos a rezar
-Para que unidos a Cristo eucaristía encontremos el amor verdadero en nuestras vidas. Oremos.
-Para que cada día aprendamos más a vivir en comunión y participación. Oremos.
-Por todos los enfermos, los tristes, los que se encuentran solos, por quienes la vida no tiene sentido, para que el amor de Dios, manifestado en nosotros los cristianos, les lleve a la esperanza y la luz verdadera. Oremos.
-Para que en esta Navidad aprendamos a ser mansos y humildes de corazón. Oremos.
-Para que el amor de Dios nos inquiete a ser misioneros permanentes en nuestra vida cotidiana. Oremos.
Compromiso evangélico
-Interesarnos por aquellos miembros de nuestra familia, trabajo, comunidad o parroquia que más necesita del amor de Dios.
-Darles muestras de cariño y comprensión.
-Visitar a aquellos que se encuentran enfermos, solos o desamparados, compartir con ellos la palabra de Dios y el pan.
Oración final
Animador: Qué alegría haber estado juntos como hermanos y dialogar sobre nuestra vida y nuestra fe. Todos hemos hablado y nos hemos enriquecido con los aportes de cada uno. Todo lo que hemos dicho nos debe ayudar a mirar la Navidad con ojos de fe y esperanza.
Todos: ¡Niño-Dios, ven a nuestra casa y haz de ella una escuela de oración y comunión!
Animador: Nos retiramos con gozo, pues hemos sentido la presencia de Dios entre nosotros. "Donde dos o tres están reunidos, allí estoy Yo", dice el Señor. Y donde está Jesús está María, su madre. Pidamos a ella que nos acompañe estos días de preparación a recibir a su Hijo Jesús y que El permanezca en nuestros hogares durante todo el año 2010.
Recemos a María: Dios te salve María...
Animador: Cantemos todos Noche de Paz.