Nicole es arquitecta y María Elena diseñadora. Son socias y además muy amigas. Una relación que nació hace unos años y se fue volviendo más estrecha. Hoy se sienten felices de tener la tienda y hacer de Camomilla una opción diferente para quienes buscan vestirse elegantes y sentirse cómodas independientemente de su figura y edad.

Sobre este punto, destaca Nicole que a una mujer ya madura, y tal vez con unos kilitos de más, no se le puede negar la posibilidad de seguir los últimos dictados de la moda. Por esta razón, ella y María Elena se encargan de retocar las prendas y adecuarlas a todos los tamaños.

Por ejemplo, con una armoniosa combinación de randas y cintas lograron ampliar una blusa y el resultado fue una muy coqueta, ideal para usarla de día o de noche. Esto no quiere decir que las adolescentes, o mujeres que buscan un atuendo más formal no saldrán contentas del lugar.

Para crear diseños observan los elementos disponibles. Utilizan cintas, canutillos, lentejuelas y todo lo que la imaginación les permita. A las ropas que ya traen fabricadas, generalmente de Argentina y Brasil, les agregan algún detalle que marque la diferencia.

Por su parte, María Elena muestra muchísimo entusiasmo por la tarea desempeñada. Las dos son madres y dividen su tiempo entre el hogar, la crianza de sus hijos y el mundo del diseño y negocios.

“Es el combo perfecto y hacemos un trabajo que es un disfrute”, dice la diseñadora. Tratan de no repetir lo que ya vieron en plaza. Solo traen dos o tres talles del mismo modelo. Algunas prendas, que posiblemente ya existen en otros lugares, las transforman.

Un día de la semana está alguien en el local que toma las medidas para los arreglos y otros cambios que la cliente requiera; ya que lo ideal es que todo quede justo y, sobre todo, que agrade.

Las polleras amplias de bambula y los jeans con muchos bordados son infaltables para esta temporada, así como las blusitas con brillo, aconsejan.

Las texturas son variadas para las prendas. Se usan las gasas, algodón, sedas. La colección está compuesta de diferentes modelos de polleras, blusas bordadas y con apliques brillosos y detalles étnicos, ropas tejidas en hilo de algodón, vestidos de noche, chaquetas, pantalones, carteras y bijou.

De a poco, van introduciendo las prendas para niños, además de joyas de plata fabricada con los diseños de Nicole y María Elena.

Un importante atractivo del local es su vidriera que cambian frecuentemente, en donde se combinan varios elementos decorativos. La colección de otoño ya se está preparando con todo. Cabe destacar que la mayor parte es de producción enteramente nacional, al igual que las anteriores.

Para mediados de marzo ya sería lanzada, según calculan y, siguiendo siempre el estilo que ya caracteriza al sitio, con prendas que sientan bien, diferentes y que pueden ser usadas con comodidad y elegancia.