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Entonces aparece un discípulo de Rutherford, el físico danés Niels Bohr (1885-1962), quien propuso un nuevo modelo atómico que solucionaba la inestabilidad del modelo anterior. En este modelo se mantiene la estructura planetaria ya dada por Rutherford, pero se aplican los principios cuánticos sobre la emisión de energía. Bohr introdujo una serie de condiciones sobre el comportamiento del electrón.
Niels Bohr considera un tipo de átomo en el cual los electrones tienen un orden definido en relación al núcleo. La idea de Bohr se conoce con el nombre de Modelo Atómico de Orbitales Electrónicos.
Entonces, como características del átomo de Bohr, se tienen:
- El núcleo atrae a los electrones mediante fuerzas eléctricas. Cada electrón tiene una cierta cantidad de energía, y de acuerdo a ella girará a mayor o menor distancia del núcleo. Es decir, un electrón no puede moverse a cualquier distancia del núcleo, sino a distancias determinadas.
- Cuando un electrón se encuentra en una órbita estable, no emite energía; y por lo tanto, los electrones sólo pueden ganar o perder energía cuando saltan de una órbita a otra.
- Los electrones están distribuidos en siete niveles energéticos.
- En cada órbita sólo se mueve un número determinado de electrones.
Según este modelo, el átomo puede estar en estado fundamental o normal o en estado excitado.
Por ejemplo, para el átomo de hidrógeno:
- Entonces, al absorber energía el electrón salta desde el nivel o capa 1 al nivel o capa 3.
- Luego puede volver al nivel 2 ó al nivel 1, pero con la emisión de una radiación característica.
Obs: - Si el electrón en su estado fundamental recibe energía, se va alejando del núcleo.
- Para cada átomo existe una cantidad de energía tal que, cuando el electrón la recibe, se aleja tanto del núcleo y por lo tanto puede salir de su región de influencia.
- Si el electrón abandona el átomo, se forma un ión. Dicha energía se denomina energía de ionización.