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Es una transformación que vuelve a poner de relieve la dicotomía entre cuerpo y alma o cerebro y mente. La dimensión humana se mide precisamente por la capacidad de preguntarse y reflexionar sobre sí mismo. Es lo que de un modo un tanto abstracto se llama autoconciencia. La autoconciencia es la capacidad que tenemos los humanos de reconocimiento de algo, de darnos cuenta (percatarnos) de nuestra situación o de cualquier cualidad de la realidad tanto externa como interna. Esto incluye un aspecto fundamental como es el de la conciencia moral, la capacidad de obrar adecuadamente en base a la distinción entre el bien y el mal. En realidad, la autoconciencia, como puedes ver, se puede asimilar a conciencia (o conciencia), aunque literalmente significaría conciencia propia. En definitiva, puesto que el ser humano es un sujeto, tiene conciencia y por ello es persona.
Origen del concepto...
Es un concepto de origen griego que significa máscara, y que alude a los papeles que los actores representaban en las tragedias clásicas. De ahí derivan personajes (actores). La filosofía atribuye a un filósofo del S. IV llamado Boecio la doble definición de persona como sustancia individual y como naturaleza racional. Individualidad y racionalidad aparecen pronto como dos rasgos que seguirán siendo considerados básicos para definir a la persona. Individualidad como autonomía, responsabilidad de nuestros actos; y racionalidad, cualidad esencial del ser humano.
El concepto adquirió con Kant una mayor precisión, al significar el rasgo distintivo de los humanos como la capacidad de libertad y autonomía para dotarse de leyes morales no deterministas, como ocurría en la naturaleza. El ser humano basa su dignidad en sus cualidades morales, en su libre albedrío, en su voluntad autónoma para decidir sobre sus actos. La moralidad es el reino de la libertad frente a la naturaleza, que lo es del determinismo.
El personalismo
El concepto adquirió una nueva dimensión con la corriente filosófica conocida como Personalismo. El punto de partida es que los humanos son la combinación de cuerpo y alma, materia y espíritu, cerebro y mente. Es ambas cosas a la vez. Su principal representante fue Mounier quien de la mano de otra corriente filosófica llamada Fenomenología estableció la intencionalidad como un rasgo distintivo nuestro. La intencionalidad nos permite decidir sobre las acciones, por lo que es un componente importante de nuestra humanidad. La intencionalidad permite abrirnos al mundo y a la realidad, y nos libera de la parte natural más determinista. Por eso podemos cambiar y decidir lo que hacemos en un momento dado. No estamos programados por la genética, por la naturaleza de un modo tan rígido como los animales. Mounier estableció un concepto llamado entre relacional, fuente de la comunicación interpersonal, de las relaciones yo-tú.
Los personalistas resumen los rasgos de la persona en estos: a) Existencia encarnada, que significa que somos de carne y hueso, pero poseemos intimidad y apertura al mundo; b) Comunicación, porque los otros no son mis enemigos (no son el infierno, como dijo Sastre), sino la condición necesaria de mi humanidad, al permitirme crecer y enriquecerme, a partir de la interacción yo-tú; c) Libertad condicionada, que es la que nos permite comprometernos, al ser como una propuesta y una posibilidad; compromiso como rasgo que se adquiere en la relación con los otros y su humanidad; capacidad crítica para decir no y mejorar; dignidad de no subordinarse a las cosas materiales; y proximidad y amistad, pues al vivir en sociedad se relaciona con los seres más cercanos para su realización.
Los humanos tenemos una dimensión esencial que es la sociabilidad, como ya demostrara Aristóteles. Nacemos dentro de ciertos grupos sociales que van a ser algo así como el molde en que nos vamos a desarrollar: nacemos en una familia dada, en un barrio determinado, en una ciudad y no en otra, en un país, etc. Y es en el interior de esos grupos que vamos a desarrollar nuestra identidad. Probablemente somos más un producto social y cultural que natural.
¿Te has detenido a pensar que el nacer en un sitio o en otro es puro azar? ¿Te has imaginado alguna vez qué hubiera ocurrido de haber nacido en otro país u otra familia? Así pues, la identidad personal, el quién soy se va construyendo en la sociedad de una manera que es como una interacción o, mejor, una dialéctica entre presiones diferentes basadas en la singularidad de cada uno, su identidad personal, y las presiones del contexto/molde, las del entorno social.
Al final, todos alcanzamos una identidad social, fruto de esta dialéctica. Después de todo, los seres humanos nacemos como seres asociales, como decía M. Weber, y es en el seno de la sociedad que nos convertimos en sociales. Algo que se produce mediante la socialización que definiremos después.
Se suele distinguir en la sociología entre diferentes formas de agrupación social, al menos entre estas:
a) Masa: es el nivel menor de interacción y comunicación; en ella nos perdemos y somos como un número (la imagen de un rebaño puede ayudar a entenderla).
b) Comunidad de intereses: la unión aquí se basa en los intereses compartidos por unos individuos. Se da un nivel de corresponsabilidad y de objetivos (una ONG o federación deportiva, son ejemplos).
c) Sociedad: se comparten intereses, pero no objetivos o actividad. La vinculación lo es por contrato, base de las normas o reglas sociales y jurídicas que regulan nuestra pertenencia.
d) Comunidad de vida: Concepto muy reciente y acertado, que supone el nivel de sociabilidad más alto, pero respetando la libertad y basado en la tolerancia, ya que su pertenencia es voluntaria. Se comparte simplemente las ganas de querer vivir juntos, sentir y pensar juntos. La confianza mutua y la amistad son su base.
El modo en que nos integramos y adquirimos una identidad social es la socialización. Recuerda que nacemos asociales, y dentro de la sociedad adquirimos hábitos de conducta, normas y reglas de comportamiento que nos convierten en seres sociales.
La socialización nos introduce en la sociedad y el peaje que pagamos por ello es la adopción de sus formas y normas de conducta: leyes jurídicas, reglas morales, normas de convivencia, etc. Se suele distinguir entre dos tipos de socialización: la socialización primaria y la socialización secundaria. No obstante, es la primaria la más importante, porque es la primera y básica.
Socialización primaria
¿Cómo se realiza el proceso de socialización? El modo en que se realiza esa socialización es a través de aquellos espacios sociales o moldes de los que hablábamos, llamados agentes sociales, como la familia, la escuela o el Estado.
Durante la infancia, los niños se apropian de los roles, actitudes y valores de las personas que les importan (padres, hermanos, maestros, amigos), y se identifican con ellos. Es el primer paso hacia la identidad. Los niños no sólo aceptan los papeles sociales (roles) de estas personas, sino el mundo que representan. La socialización implica la interiorización de roles.
Un proceso que va desde lo concreto a lo general. Se pasa de Mamá está enfadada conmigo ahora a Mamá se enfada conmigo porque no le presto los juguetes a mi hermano. Y a medida que otros significativos (padres, abuelos, hermanos, etc.) apoyan la actitud negativa de la madre, la actitud generalizada se extiende, y al generalizarse se convierte en norma. El proceso de socialización primaria es más que un acto cognitivo, es vivencial y emocional, es la base de la identidad. G. H. Mead a diferencia de Freud cree que la imitación es un proceso fundamental en la socialización infantil. Por ella los niños adoptan el papel del otro. Lo conduce del Yo individual al Yo social: el Mi. Y la consecuencia de este Mi es la autoconciencia: verse así como le ven los otros. Según Freud, sería en la fase edípica cuando el niño desarrolla esta autoconciencia. Y a los 8 ó 9 años se da otra etapa de aprendizaje o desarrollo: el Yo generalizado. El niño pasa de imitar acciones (hacer la comida como mamá) a adoptar el papel de adulto (ser mamá). Es la adquisición de normas y valores de su cultura. De este modo, la socialización convierte a un individuo en un ser social.
Socialización secundaria
Es un proceso mediante el que se internalizan (interiorizan) submundos o realidades distintas al mundo base, fundamento de la socialización primaria. Es una segunda socialización realizadas a través de instituciones políticas, religiosas, laborales, etc.
A diferencia de la socialización primaria, donde el niño no puede elegir ya que los patrones socializantes le vienen impuestos, en esta sí puede elegir los patrones y pautas que interiorizará o hará suyos. Hay una menor carga emocional y se relaciona con la madurez.
Pueden aparecer conflictos de identidad y coherencia con la socialización primaria al descubrir que la realidad paterna o familiar no es la única ni la mejor, surgiendo problemas de identificación con la familia. Como puedes imaginarte, los problemas de crisis y de identidad, muy propios a vuestra edad, tienen que ver todo esto. Es precisamente en la adolescencia y luego en la juventud cuando se producen las dudas de identidad con otras posibilidades sociales que pueden conducir bien a una resocialización, que ahora veremos o a una socialización secundaria. Normalmente, la socialización secundaria se construye desde la primaria, no contra la primaria.
Resocialización
Es la interiorización de contenidos culturales, es decir, actitudes, roles y valores de una sociedad distinta a aquella en la que el sujeto se ha socializado. Puede ser fruto de un cambio radical de sociedad. Tiene, por su fuerza y su carga afectiva, más similitud con la socialización primaria. Suele ser la consecuencia de momentos de crisis, de importantes conflictos sociales o culturales o choques generacionales. Un ejemplo es el ingreso en una secta donde las personas rescriben su biografía y el significado de su vida.
Prosigo mi aprendizaje
Relaciono cada autor con el concepto
Vitalismo Weber
Interaccionismo emergentista Bergson
Socialización Popper
Dualismo mente-cuerpo Descartes
Personalismo Mounier
- Señalo ejemplos de las 4 formas de agrupación social en las que podemos encontrarnos diariamente.
- Opino: La persona como fin en sí misma, qué significado tiene.
Origen del concepto...
Es un concepto de origen griego que significa máscara, y que alude a los papeles que los actores representaban en las tragedias clásicas. De ahí derivan personajes (actores). La filosofía atribuye a un filósofo del S. IV llamado Boecio la doble definición de persona como sustancia individual y como naturaleza racional. Individualidad y racionalidad aparecen pronto como dos rasgos que seguirán siendo considerados básicos para definir a la persona. Individualidad como autonomía, responsabilidad de nuestros actos; y racionalidad, cualidad esencial del ser humano.
El concepto adquirió con Kant una mayor precisión, al significar el rasgo distintivo de los humanos como la capacidad de libertad y autonomía para dotarse de leyes morales no deterministas, como ocurría en la naturaleza. El ser humano basa su dignidad en sus cualidades morales, en su libre albedrío, en su voluntad autónoma para decidir sobre sus actos. La moralidad es el reino de la libertad frente a la naturaleza, que lo es del determinismo.
El concepto adquirió una nueva dimensión con la corriente filosófica conocida como Personalismo. El punto de partida es que los humanos son la combinación de cuerpo y alma, materia y espíritu, cerebro y mente. Es ambas cosas a la vez. Su principal representante fue Mounier quien de la mano de otra corriente filosófica llamada Fenomenología estableció la intencionalidad como un rasgo distintivo nuestro. La intencionalidad nos permite decidir sobre las acciones, por lo que es un componente importante de nuestra humanidad. La intencionalidad permite abrirnos al mundo y a la realidad, y nos libera de la parte natural más determinista. Por eso podemos cambiar y decidir lo que hacemos en un momento dado. No estamos programados por la genética, por la naturaleza de un modo tan rígido como los animales. Mounier estableció un concepto llamado entre relacional, fuente de la comunicación interpersonal, de las relaciones yo-tú.
Los personalistas resumen los rasgos de la persona en estos: a) Existencia encarnada, que significa que somos de carne y hueso, pero poseemos intimidad y apertura al mundo; b) Comunicación, porque los otros no son mis enemigos (no son el infierno, como dijo Sastre), sino la condición necesaria de mi humanidad, al permitirme crecer y enriquecerme, a partir de la interacción yo-tú; c) Libertad condicionada, que es la que nos permite comprometernos, al ser como una propuesta y una posibilidad; compromiso como rasgo que se adquiere en la relación con los otros y su humanidad; capacidad crítica para decir no y mejorar; dignidad de no subordinarse a las cosas materiales; y proximidad y amistad, pues al vivir en sociedad se relaciona con los seres más cercanos para su realización.
Los humanos tenemos una dimensión esencial que es la sociabilidad, como ya demostrara Aristóteles. Nacemos dentro de ciertos grupos sociales que van a ser algo así como el molde en que nos vamos a desarrollar: nacemos en una familia dada, en un barrio determinado, en una ciudad y no en otra, en un país, etc. Y es en el interior de esos grupos que vamos a desarrollar nuestra identidad. Probablemente somos más un producto social y cultural que natural.
¿Te has detenido a pensar que el nacer en un sitio o en otro es puro azar? ¿Te has imaginado alguna vez qué hubiera ocurrido de haber nacido en otro país u otra familia? Así pues, la identidad personal, el quién soy se va construyendo en la sociedad de una manera que es como una interacción o, mejor, una dialéctica entre presiones diferentes basadas en la singularidad de cada uno, su identidad personal, y las presiones del contexto/molde, las del entorno social.
Al final, todos alcanzamos una identidad social, fruto de esta dialéctica. Después de todo, los seres humanos nacemos como seres asociales, como decía M. Weber, y es en el seno de la sociedad que nos convertimos en sociales. Algo que se produce mediante la socialización que definiremos después.
Se suele distinguir en la sociología entre diferentes formas de agrupación social, al menos entre estas:
a) Masa: es el nivel menor de interacción y comunicación; en ella nos perdemos y somos como un número (la imagen de un rebaño puede ayudar a entenderla).
b) Comunidad de intereses: la unión aquí se basa en los intereses compartidos por unos individuos. Se da un nivel de corresponsabilidad y de objetivos (una ONG o federación deportiva, son ejemplos).
c) Sociedad: se comparten intereses, pero no objetivos o actividad. La vinculación lo es por contrato, base de las normas o reglas sociales y jurídicas que regulan nuestra pertenencia.
d) Comunidad de vida: Concepto muy reciente y acertado, que supone el nivel de sociabilidad más alto, pero respetando la libertad y basado en la tolerancia, ya que su pertenencia es voluntaria. Se comparte simplemente las ganas de querer vivir juntos, sentir y pensar juntos. La confianza mutua y la amistad son su base.
El modo en que nos integramos y adquirimos una identidad social es la socialización. Recuerda que nacemos asociales, y dentro de la sociedad adquirimos hábitos de conducta, normas y reglas de comportamiento que nos convierten en seres sociales.
La socialización nos introduce en la sociedad y el peaje que pagamos por ello es la adopción de sus formas y normas de conducta: leyes jurídicas, reglas morales, normas de convivencia, etc. Se suele distinguir entre dos tipos de socialización: la socialización primaria y la socialización secundaria. No obstante, es la primaria la más importante, porque es la primera y básica.
Socialización primaria
¿Cómo se realiza el proceso de socialización? El modo en que se realiza esa socialización es a través de aquellos espacios sociales o moldes de los que hablábamos, llamados agentes sociales, como la familia, la escuela o el Estado.
Durante la infancia, los niños se apropian de los roles, actitudes y valores de las personas que les importan (padres, hermanos, maestros, amigos), y se identifican con ellos. Es el primer paso hacia la identidad. Los niños no sólo aceptan los papeles sociales (roles) de estas personas, sino el mundo que representan. La socialización implica la interiorización de roles.
Un proceso que va desde lo concreto a lo general. Se pasa de Mamá está enfadada conmigo ahora a Mamá se enfada conmigo porque no le presto los juguetes a mi hermano. Y a medida que otros significativos (padres, abuelos, hermanos, etc.) apoyan la actitud negativa de la madre, la actitud generalizada se extiende, y al generalizarse se convierte en norma. El proceso de socialización primaria es más que un acto cognitivo, es vivencial y emocional, es la base de la identidad. G. H. Mead a diferencia de Freud cree que la imitación es un proceso fundamental en la socialización infantil. Por ella los niños adoptan el papel del otro. Lo conduce del Yo individual al Yo social: el Mi. Y la consecuencia de este Mi es la autoconciencia: verse así como le ven los otros. Según Freud, sería en la fase edípica cuando el niño desarrolla esta autoconciencia. Y a los 8 ó 9 años se da otra etapa de aprendizaje o desarrollo: el Yo generalizado. El niño pasa de imitar acciones (hacer la comida como mamá) a adoptar el papel de adulto (ser mamá). Es la adquisición de normas y valores de su cultura. De este modo, la socialización convierte a un individuo en un ser social.
Socialización secundaria
Es un proceso mediante el que se internalizan (interiorizan) submundos o realidades distintas al mundo base, fundamento de la socialización primaria. Es una segunda socialización realizadas a través de instituciones políticas, religiosas, laborales, etc.
A diferencia de la socialización primaria, donde el niño no puede elegir ya que los patrones socializantes le vienen impuestos, en esta sí puede elegir los patrones y pautas que interiorizará o hará suyos. Hay una menor carga emocional y se relaciona con la madurez.
Pueden aparecer conflictos de identidad y coherencia con la socialización primaria al descubrir que la realidad paterna o familiar no es la única ni la mejor, surgiendo problemas de identificación con la familia. Como puedes imaginarte, los problemas de crisis y de identidad, muy propios a vuestra edad, tienen que ver todo esto. Es precisamente en la adolescencia y luego en la juventud cuando se producen las dudas de identidad con otras posibilidades sociales que pueden conducir bien a una resocialización, que ahora veremos o a una socialización secundaria. Normalmente, la socialización secundaria se construye desde la primaria, no contra la primaria.
Resocialización
Es la interiorización de contenidos culturales, es decir, actitudes, roles y valores de una sociedad distinta a aquella en la que el sujeto se ha socializado. Puede ser fruto de un cambio radical de sociedad. Tiene, por su fuerza y su carga afectiva, más similitud con la socialización primaria. Suele ser la consecuencia de momentos de crisis, de importantes conflictos sociales o culturales o choques generacionales. Un ejemplo es el ingreso en una secta donde las personas rescriben su biografía y el significado de su vida.
Prosigo mi aprendizaje
Relaciono cada autor con el concepto
Interaccionismo emergentista Bergson
Socialización Popper
Dualismo mente-cuerpo Descartes
Personalismo Mounier
- Señalo ejemplos de las 4 formas de agrupación social en las que podemos encontrarnos diariamente.
- Opino: La persona como fin en sí misma, qué significado tiene.