La novia, espléndida, eligió para el día de su boda un vestido blanco strapless y falda con corte sirena de raso opaco, diseñado por Iris Marina Acevedo, bordado en lentejuelas nacaradas, mostacillas, canutillos y vidrillos. Lució un tocado realizado por Dolly Ruffinelli, de estilo romántico con tul de ilusión que se desprendía del peinado recogido realizado por Bellísima.
María Elena y Gustavo se veían radiantes ante el altar de la iglesia decorada por Tetí de Llano con rosas blancas con tules y gipsóphilas, y el cortejo nupcial formado por Mariela Inés Villate Samaniego.