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Luego del hecho, la mujer se entregó en la comisaría local.La supuesta filicida es Adolfina Colmán (42), quien mató con un machete a las dos últimas de sus seis hijos, Liz Rocío Zárate Colmán, quien precisamente ayer cumplió 9 años, y Cecilia Zárate Colmán, de 5 años.
El macabro hecho ocurrió presuntamente poco después de que amaneciera, en la casa de la mujer, situada en la zona conocida como Villa Catita del barrio Santo Domingo, compañía Laurelty de Luque.
Adolfina Colmán padece de trastornos sicológicos y un severo cuadro depresivo, a raíz del alejamiento hace un año de su concubino Teófilo Ramón Zárate (41), quien se marchó a Argentina con los dos hijos mayores de la pareja, Rogelio Antonio, de 22 años, y Azucena, de 21.
La mujer incluso seguía un tratamiento por su inestable estado emocional, pero hace una semana se le acabó el dinero y no pudo comprar sus pastillas, según los datos.
Llamó a otras dos hijas
En la noche previa al crimen, Adolfina Colmán supuestamente compartió una ronda de tragos en su casa con un vecino conocido como "Anchón", quien la dejó alrededor de las 22:00. Una hora después, llamó por teléfono a otra hija, Susana, de 19 años, quien vive en el mismo barrio.
La joven ya sospechaba de las intenciones de su madre, porque ya tenía antecedentes violentos con sus hermanitas menores que quedaron bajo su resguardo, por lo que no se animó a ir a visitarla enseguida. Antes de eso también llamó a la otra hija, Carolina, de 13 años, que vive con sus abuelos paternos en la compañía Cañada San Rafael, pero esta tampoco se atrevió a ir junto a su madre.
Macabro amanecer
Finalmente, ayer, al despertar, Adolfina Colmán, en vez de vestir a sus hijas Liz Rocío y Cecilia para llevarlas a la escuela, comenzó a gritarles. Poco después ya se descontroló por completo y empuñó un machete con el que prácticamente rebanó a sus dos criaturas. La de nueve años intentó correr de su mamá y subió sobre una mesa, donde fue herida. La otra nena, de cinco años, fue asesinada en una silla.
Luego de ultimar a sus nenas, Adolfina Colmán las desvistió y acostó los cuerpos en una cama. Con la ropa de las niñas comenzó a limpiar la pieza, convertida en un charco de sangre.
Se presentó en la comisaría
Tras consumar el filicidio, la mujer salió de su casa, llaveó la puerta y dejó esparcidas en la vereda y en un bote de basura las ropas ensangrentadas de sus hijas.
Caminó cinco cuadras y se presentó en la oficina de guardia de la comisaría 50ª, que funciona en la Jefatura de Policía de Central, donde comunicó lo que había hecho, y luego se dio por detenida.
El macabro hecho ocurrió presuntamente poco después de que amaneciera, en la casa de la mujer, situada en la zona conocida como Villa Catita del barrio Santo Domingo, compañía Laurelty de Luque.
Adolfina Colmán padece de trastornos sicológicos y un severo cuadro depresivo, a raíz del alejamiento hace un año de su concubino Teófilo Ramón Zárate (41), quien se marchó a Argentina con los dos hijos mayores de la pareja, Rogelio Antonio, de 22 años, y Azucena, de 21.
La mujer incluso seguía un tratamiento por su inestable estado emocional, pero hace una semana se le acabó el dinero y no pudo comprar sus pastillas, según los datos.
Llamó a otras dos hijas
En la noche previa al crimen, Adolfina Colmán supuestamente compartió una ronda de tragos en su casa con un vecino conocido como "Anchón", quien la dejó alrededor de las 22:00. Una hora después, llamó por teléfono a otra hija, Susana, de 19 años, quien vive en el mismo barrio.
La joven ya sospechaba de las intenciones de su madre, porque ya tenía antecedentes violentos con sus hermanitas menores que quedaron bajo su resguardo, por lo que no se animó a ir a visitarla enseguida. Antes de eso también llamó a la otra hija, Carolina, de 13 años, que vive con sus abuelos paternos en la compañía Cañada San Rafael, pero esta tampoco se atrevió a ir junto a su madre.
Macabro amanecer
Finalmente, ayer, al despertar, Adolfina Colmán, en vez de vestir a sus hijas Liz Rocío y Cecilia para llevarlas a la escuela, comenzó a gritarles. Poco después ya se descontroló por completo y empuñó un machete con el que prácticamente rebanó a sus dos criaturas. La de nueve años intentó correr de su mamá y subió sobre una mesa, donde fue herida. La otra nena, de cinco años, fue asesinada en una silla.
Luego de ultimar a sus nenas, Adolfina Colmán las desvistió y acostó los cuerpos en una cama. Con la ropa de las niñas comenzó a limpiar la pieza, convertida en un charco de sangre.
Se presentó en la comisaría
Tras consumar el filicidio, la mujer salió de su casa, llaveó la puerta y dejó esparcidas en la vereda y en un bote de basura las ropas ensangrentadas de sus hijas.
Caminó cinco cuadras y se presentó en la oficina de guardia de la comisaría 50ª, que funciona en la Jefatura de Policía de Central, donde comunicó lo que había hecho, y luego se dio por detenida.