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Se trata de implementos básicos hechos de piedras, huesos de animales, carbones de fogones y también esqueletos humanos.
Los científicos ya han excavado algunos centenares de estos sitios. Han coleccionado y comparado los distintos hallazgos. Mediante instrumentos especializados (que miden el carbón radioactivo en los artefactos encontrados) han determinado cuántos años han pasado desde que hubo vida humana en estos lugares. Así han podido determinar que América del Norte y del Sur ya fueron pobladas hace aproximadamente doce mil años atrás.
Los indígenas americanos que vivían en aquellas épocas antiguas eran cazadores de animales grandes como el mamut, el caballo silvestre, el camello americano y el bisonte. Estos son animales que en tiempos remotos pastoreaban en grandes manadas en las llanuras del Norte y del Sur, pero con el tiempo han desaparecido. En aquel entonces, los cazadores usaban lanzas con puntas de piedra, o flechas con puntas de hueso o también de piedra.
Para la caza se organizaban en grupos, usando diversos métodos para abatir a los gigantes mamuts y bisontes; arreaban las tropas hacia pendientes para hacerlos caer al abismo; construían trampas con fosos cubiertos de ramas y tierra; los acorralaban con cortinas de fuego, dejando una sola salida para capturarlos, o para separar los animales jóvenes de la tropa. Si mataban uno, lo carneaban con cuchillos de piedra y lo asaban al aire libre. Usaban el animal entero: la carne para comida, los huesos para puntas de flecha, y el cuero para abrigo.
Sabemos que los hombres, desde el lugar de su creación fueron dispersados a los cuatro vientos. Así fue que llegaron al lejano noreste de Asia. Allí se desempeñaron como cazadores de mamut y otros animales antiguos. Siempre siguiendo a los animales, un día seguramente han llegado al punto más lejano de Asia, es decir, al punto donde ya comienza el continente americano.
Pero los dos continentes se encuentran separados por un estrecho de aproximadamente 80 kilómetros (el llamado Estrecho de Bering). ¿Cómo habrán pasado estas aguas? Los científicos lo explican de la siguiente manera: En épocas remotas pasó un frío muy intenso por esta tierra. Se formaron grandes montañas de hielo sobre partes del norte americano y europeo. Con el hecho de congelarse grandes cantidades de agua, el nivel de los mares bajó considerablemente, dejando así un corredor de tierra firme entre Asia y América.
Por este corredor seguramente han llegado muchas especies de animales al continente americano. Y al animal le seguía el hombre cazador. Una vez radicado en tierra americana, comenzó una paulatina migración hacia el sur, primeramente siguiendo la costa del Océano Pacífico, luego entrando en todas las regiones del norte, centro y sur de las Américas. Así estiman los científicos que fuera poblado por primera vez el continente americano.
Volviendo a nuestra pregunta, podemos contestar entonces, que sí son parientes lejanos los hombres blancos y los indígenas. También podemos agregar que son parientes menos lejanos aún algunos pueblos asiáticos y los indígenas, y que son parientes no muy lejanos todos los indígenas americanos.
Distintas formas de adaptación al medio ambiente americano
Avanzando hacia el sur, los antiguos indígenas encontraron diferentes condiciones climatológicas, variados tipos de vegetación y diferentes animales para cazar. Cada zona prácticamente requería su propio modo de adaptación socioeconómica. Así surgieron diferentes pueblos con maneras diferentes de hacer las cosas. Entre las muchas formas de adaptación que nos indican los hallazgos prehistóricos, mencionaremos solamente tres.
En variadas zonas semiáridas del oeste norteamericano, de México y del noroeste argentino se establecieron ya muy antiguamente ciertos grupos indígenas (hay hallazgos que datan de hace aproximadamente ocho mil años atrás). Desarrollaron una economía bien diversificada. Cazaron tanto animales grandes como pequeños. Excavaron raíces, recolectaron frutas y cosecharon semillas de pastos silvestres. Entre sus implementos se encuentran cestos, piedras para moler semillas, armas de piedra y de madera. Vivían dispersados en grupos bien pequeños, formando grupos más numerosos en épocas de abundancia.
El poblamiento del Chaco
Un grupo indígena cazador cuando crecía en números, pronto se dividía en dos, mudándose a un nuevo cazadero uno de ellos. Pero esta no era la única causa de las muchas migraciones realizadas por pueblos indígenas. También existía la guerra entre grupos. Así, por ejemplo, cuando los indígenas de los Andes hicieron sus guerras contra sus vecinos para someterlos al reino de los Incas, muchos grupos pequeños fueron obligados a trasladarse a nuevos territorios por causa de esta expansión.
Cuando un grupo se divide, y los dos subgrupos viven separados geográficamente por varias generaciones, cada uno de ellos desarrolla su propia manera de hablar, resultando dos dialectos. Estos dialectos, con el pasar de los siglos, se desarrollan en diferentes idiomas. Estudiando y comparando los diferentes idiomas hoy, se puede determinar cuáles grupos han compartido el mismo cazadero en el pasado. Con esto se puede elaborar una aproximación de su trayecto migratorio.
También para los grupos chaqueños se han realizado muchos estudios acerca de cómo y cuándo han entrado en esta zona. Se ha descubierto que el Chaco ha sido poblado más tarde que la mayoría de las regiones vecinas. Los científicos lo explican de la siguiente manera: En tiempos muy remotos, la mayor parte del territorio chaqueño estaba cubierto por un inmenso lago poco profundo. Erupciones volcánicas de la cadena Andina han causado posteriormente un levantamiento del terreno. Sucesivamente la acumulación de sedimentos traídos por las aguas de los Andes, formó un suelo suficientemente rico, que permitió el desarrollo de abundante vegetación, y posteriormente de una fauna muy variada.
Una vez dadas las condiciones que permitirían la vida, el Chaco llegó a ser destino de un gran número de pueblos de las zonas circunvecinas. Hablando del Chaco paraguayo, debemos distinguir tres corrientes migratorias que comenzaron a poblar este territorio hace aproximadamente mil o dos mil años atrás. Primeramente fueron los antiguos Maskoy quienes, viniendo del lejano noroeste (hoy Bolivia central y oriental), siguieron su marcha en dirección hacia el sureste, poblando paulatinamente grandes extensiones del Chaco Central. Durante este proceso de migración y poblamiento se diferenciaron por lo menos seis subgrupos, cada uno ocupando eventualmente su propio hábitat.
La así denominada agrupación de Maskoy-Sapu-quí penetró hacia el este y noreste llegando con el tiempo al río Paraguay. A esta nucleación pertenecen los Sanapaná, Toba-Maskoy, Angai-té (Coyativis) y Guaná-Maskoy (Kashkihá). Otra nucleación formada por los Lengua-Norte y Lengua-Sur, poblaron el Chaco Central y partes del Bajo Chaco.
Una segunda corriente migratoria, constituida por los así llamados pueblos Matacos, entró al Chaco siguiendo principalmente el trayecto del río Pilcomayo. En el transcurso de sus migraciones se diferenciaron las siguientes concentraciones poblacionales: Los Tapíete (Ñandeva), que después llegaron a aceptar el idioma guaraní, quedaron a poblar el trayecto superior del Pilcomayo. Los Choroti llegaron a ser sus vecinos hacia el este. Los Nivaclé ocuparon el área del Pilcomayo medio y gran parte del interior chaqueño hacia el norte. Los Mataco poblaron al sur de los Choroti y Nivaclé, entre los ríos Pilcomayo y Bermejo. Y los Macá avanzaron hasta la zona del Pilcomayo bajo.
La tercera corriente migratoria que en tiempos prehistóricos ha contribuido al poblamiento del Chaco son los grupos Samuco. Estos, quienes en su hábitat anterior fueron presionados por otros grupos indígenas de origen amazónico, penetraron al Chaco desde el norte y llegaron a poblar eventualmente la tercera parte norteña del Chaco paraguayo. Sus descendientes contemporáneos son los Ayoreo y los Chamacoco. Las demás inmigraciones al Chaco ya datan de tiempos posteriores al 1500. Por lo tanto, serán consideradas más abajo entre los eventos de historia reciente.
Resumimos entonces, diciendo, que los primeros hombres que se radicaron en forma permanente en el Chaco paraguayo fueron los pueblos Maskoy, Mataco y Samuco. Ya que sus descendientes viven aún en esta región, nos resulta relativamente fácil obtener informaciones de cómo habrá sido la vida de aquellos primeros pobladores hace quinientos a mil años. Basta decir que fueron grupos bien adaptados a una serie de actividades económicas como la pezca, la marisca, la caza, la recolección de frutos y raíces. Además trajeron consigo una cierta tradición agrícola, preparando en primavera pequeñas huertas, volviendo más tarde para cosecharlas. Entre sus implementos contaban con hachas de piedra, lanzas de madera, arco y flecha, etc.
Conocían el arte de tejer y la alfarería. Vivían en grupos pequeños, juntándose en épocas de la algarroba entre varios grupos, celebrando grandes fiestas.
Los indígenas americanos que vivían en aquellas épocas antiguas eran cazadores de animales grandes como el mamut, el caballo silvestre, el camello americano y el bisonte. Estos son animales que en tiempos remotos pastoreaban en grandes manadas en las llanuras del Norte y del Sur, pero con el tiempo han desaparecido. En aquel entonces, los cazadores usaban lanzas con puntas de piedra, o flechas con puntas de hueso o también de piedra.
Para la caza se organizaban en grupos, usando diversos métodos para abatir a los gigantes mamuts y bisontes; arreaban las tropas hacia pendientes para hacerlos caer al abismo; construían trampas con fosos cubiertos de ramas y tierra; los acorralaban con cortinas de fuego, dejando una sola salida para capturarlos, o para separar los animales jóvenes de la tropa. Si mataban uno, lo carneaban con cuchillos de piedra y lo asaban al aire libre. Usaban el animal entero: la carne para comida, los huesos para puntas de flecha, y el cuero para abrigo.
Sabemos que los hombres, desde el lugar de su creación fueron dispersados a los cuatro vientos. Así fue que llegaron al lejano noreste de Asia. Allí se desempeñaron como cazadores de mamut y otros animales antiguos. Siempre siguiendo a los animales, un día seguramente han llegado al punto más lejano de Asia, es decir, al punto donde ya comienza el continente americano.
Pero los dos continentes se encuentran separados por un estrecho de aproximadamente 80 kilómetros (el llamado Estrecho de Bering). ¿Cómo habrán pasado estas aguas? Los científicos lo explican de la siguiente manera: En épocas remotas pasó un frío muy intenso por esta tierra. Se formaron grandes montañas de hielo sobre partes del norte americano y europeo. Con el hecho de congelarse grandes cantidades de agua, el nivel de los mares bajó considerablemente, dejando así un corredor de tierra firme entre Asia y América.
Por este corredor seguramente han llegado muchas especies de animales al continente americano. Y al animal le seguía el hombre cazador. Una vez radicado en tierra americana, comenzó una paulatina migración hacia el sur, primeramente siguiendo la costa del Océano Pacífico, luego entrando en todas las regiones del norte, centro y sur de las Américas. Así estiman los científicos que fuera poblado por primera vez el continente americano.
Volviendo a nuestra pregunta, podemos contestar entonces, que sí son parientes lejanos los hombres blancos y los indígenas. También podemos agregar que son parientes menos lejanos aún algunos pueblos asiáticos y los indígenas, y que son parientes no muy lejanos todos los indígenas americanos.
Distintas formas de adaptación al medio ambiente americano
Avanzando hacia el sur, los antiguos indígenas encontraron diferentes condiciones climatológicas, variados tipos de vegetación y diferentes animales para cazar. Cada zona prácticamente requería su propio modo de adaptación socioeconómica. Así surgieron diferentes pueblos con maneras diferentes de hacer las cosas. Entre las muchas formas de adaptación que nos indican los hallazgos prehistóricos, mencionaremos solamente tres.
El poblamiento del Chaco
Un grupo indígena cazador cuando crecía en números, pronto se dividía en dos, mudándose a un nuevo cazadero uno de ellos. Pero esta no era la única causa de las muchas migraciones realizadas por pueblos indígenas. También existía la guerra entre grupos. Así, por ejemplo, cuando los indígenas de los Andes hicieron sus guerras contra sus vecinos para someterlos al reino de los Incas, muchos grupos pequeños fueron obligados a trasladarse a nuevos territorios por causa de esta expansión.
Cuando un grupo se divide, y los dos subgrupos viven separados geográficamente por varias generaciones, cada uno de ellos desarrolla su propia manera de hablar, resultando dos dialectos. Estos dialectos, con el pasar de los siglos, se desarrollan en diferentes idiomas. Estudiando y comparando los diferentes idiomas hoy, se puede determinar cuáles grupos han compartido el mismo cazadero en el pasado. Con esto se puede elaborar una aproximación de su trayecto migratorio.
También para los grupos chaqueños se han realizado muchos estudios acerca de cómo y cuándo han entrado en esta zona. Se ha descubierto que el Chaco ha sido poblado más tarde que la mayoría de las regiones vecinas. Los científicos lo explican de la siguiente manera: En tiempos muy remotos, la mayor parte del territorio chaqueño estaba cubierto por un inmenso lago poco profundo. Erupciones volcánicas de la cadena Andina han causado posteriormente un levantamiento del terreno. Sucesivamente la acumulación de sedimentos traídos por las aguas de los Andes, formó un suelo suficientemente rico, que permitió el desarrollo de abundante vegetación, y posteriormente de una fauna muy variada.
Una vez dadas las condiciones que permitirían la vida, el Chaco llegó a ser destino de un gran número de pueblos de las zonas circunvecinas. Hablando del Chaco paraguayo, debemos distinguir tres corrientes migratorias que comenzaron a poblar este territorio hace aproximadamente mil o dos mil años atrás. Primeramente fueron los antiguos Maskoy quienes, viniendo del lejano noroeste (hoy Bolivia central y oriental), siguieron su marcha en dirección hacia el sureste, poblando paulatinamente grandes extensiones del Chaco Central. Durante este proceso de migración y poblamiento se diferenciaron por lo menos seis subgrupos, cada uno ocupando eventualmente su propio hábitat.
La así denominada agrupación de Maskoy-Sapu-quí penetró hacia el este y noreste llegando con el tiempo al río Paraguay. A esta nucleación pertenecen los Sanapaná, Toba-Maskoy, Angai-té (Coyativis) y Guaná-Maskoy (Kashkihá). Otra nucleación formada por los Lengua-Norte y Lengua-Sur, poblaron el Chaco Central y partes del Bajo Chaco.
Una segunda corriente migratoria, constituida por los así llamados pueblos Matacos, entró al Chaco siguiendo principalmente el trayecto del río Pilcomayo. En el transcurso de sus migraciones se diferenciaron las siguientes concentraciones poblacionales: Los Tapíete (Ñandeva), que después llegaron a aceptar el idioma guaraní, quedaron a poblar el trayecto superior del Pilcomayo. Los Choroti llegaron a ser sus vecinos hacia el este. Los Nivaclé ocuparon el área del Pilcomayo medio y gran parte del interior chaqueño hacia el norte. Los Mataco poblaron al sur de los Choroti y Nivaclé, entre los ríos Pilcomayo y Bermejo. Y los Macá avanzaron hasta la zona del Pilcomayo bajo.
Resumimos entonces, diciendo, que los primeros hombres que se radicaron en forma permanente en el Chaco paraguayo fueron los pueblos Maskoy, Mataco y Samuco. Ya que sus descendientes viven aún en esta región, nos resulta relativamente fácil obtener informaciones de cómo habrá sido la vida de aquellos primeros pobladores hace quinientos a mil años. Basta decir que fueron grupos bien adaptados a una serie de actividades económicas como la pezca, la marisca, la caza, la recolección de frutos y raíces. Además trajeron consigo una cierta tradición agrícola, preparando en primavera pequeñas huertas, volviendo más tarde para cosecharlas. Entre sus implementos contaban con hachas de piedra, lanzas de madera, arco y flecha, etc.
Conocían el arte de tejer y la alfarería. Vivían en grupos pequeños, juntándose en épocas de la algarroba entre varios grupos, celebrando grandes fiestas.