Las hojas como abono orgánico y natural

En ciertas épocas del año, como la actual, las hojas de ciertos árboles, como la sombrilla de playa, caen y cubren las veredas y calles de numerosos barrios de Asunción.

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Además de causar molestias al caminar y volver poco estético el aspecto urbanístico de ciertos lugares, estas hojas pueden juntarse y utilizarse para preparar un abono natural rico en elementos nutritivos y provechoso para las plantas, incluso de los parques y espacios verdes públicos.La idea es reunir las hojas caídas para que diversos microorganismos las fermenten o descompongan y se produzca un abono de hojas rico en nutrientes, muy beneficioso para el suelo, capaz de reducir el volumen de basura en las calles, y con ello los focos de contaminación para la salud humana.

BENEFICIOS
Se cuenta con un abono natural que provee de elementos nutritivos al suelo y favorece la retención de agua en el mismo; su empleo no es contaminante de las plantas; se protege al ambiente, dado que en vez de juntar y quemar estas hojas, que es lo usual, se las utiliza en una práctica amigable con el ambiente. También representa un ahorro para quienes apliquen esta práctica, ya que, en vez de adquirir abonos comerciales, pueden contar con uno natural y de excelente calidad.

El abono de hojas puede prepararse en un pozo o bien en una abonera aérea o compostera. Conviene elegir un lugar que reciba sol en el invierno y sombra en el verano. Puede ser debajo de un árbol con media sombra o bajo un techo construido con postes y hojas de cocotero u otro para el efecto.

PREPARACIÓN EN UN POZO
El pozo se abre con pala de punta u otra similar; de tamaño y profundidad variables, de acuerdo a la disponibilidad de hojas y otros materiales que también pueden emplearse, como pastos cortados, malezas, ramas tiernas, aserrín, cáscara de huevo, cascarilla de arroz, restos vegetales de comidas y ceniza.

Se coloca en el hoyo una capa de 15 a 20 cm de hojas de "sombrilla de playa" y se  humedece con agua limpia en regadera de flor fina o similar. Las hojas se pueden también mezclar con uno o más de los restos vegetales ya indicados. A continuación, se cubre con una fina capa de tierra extraída del pozo, mezclada con ceniza, si se dispone de la misma, de 1 a 2 cm de espesor. Se repiten estas operaciones hasta alcanzar los 10 a 15 cm de la superficie. Por último, se cubre el pozo con tierra desmenuzada hasta alcanzar el nivel del terreno y se riega en forma moderada. Al cabo de dos meses a tres meses, este abono natural estará en condiciones de ser utilizado.

EN ABONERA AÉREA O COMPOSTERA
En este caso, se marca primero una superficie de 1 m2, la que se remueve con pala o azada sin voltear la tierra. Después se fijan al suelo cuatro varas o postes finos de madera  de unos 2 metros de altura, por los cuales se sujeta o clava un tejido de alambre  que servirá para contener las hojas y evitar su dispersión. Se puede clavar en el centro del suelo removido un palo fino, también de unos 2 metros de altura, para ayudar a la aireación y oxigenación de la abonera.

Se comienza a cubrir la superficie con una capa de hojas y demás restos vegetales, de 15 a 20 cm de espesor. Se continúa con el procedimiento ya señalado, hasta alcanzar una altura de 1,50 a 1,80 m. Luego, se retira  el palo o poste del centro. Durante el periodo de descomposición del material, este se puede cubrir con una fina capa de tierra, paja o pasto seco, protegiéndolo del sol fuerte y las lluvias. En la parte inferior de esta estructura, el alambre puede ser removible para permitir la extracción del abono de hojas ya descompuesto y maduro, al cabo de unos 60 días, en condiciones de ser utilizado.

CUIDADOS
Se debe cuidar que las hojas y restos vegetales que se colocan en el pozo o abonera  estén sueltos, sin apretarse. En las épocas lluviosas, conviene tapar el pozo con un plástico mientras llueve; en cambio, en  las épocas de calor, hay que regarlo para que no se seque. Si al cabo de una semana el abono no disminuyó su volumen, significa que le falta aireación y se tiene que remover.

CONCLUSIÓN
El abono de hojas es un producto orgánico y natural que puede ser preparado por el propio jardinero, horticultor o ama de casa, sin mayor esfuerzo y gastos. Además, se trata de un procedimiento natural de reciclaje que revaloriza un residuo en este caso vegetal considerado basura por muchos, que termina por beneficiar al suelo, a las plantas y al ambiente.

(*) Especialista en comunicación rural.
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