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En las últimas décadas del siglo XIX, después de la Guerra del 70, la pintura paraguaya mostró sus primeras manifestaciones, con dos artistas italianos, Guido Boggiani y Héctor Da Ponte, quienes introdujeron en el país las técnicas académicas y formaron a un importante grupo de artistas paraguayos.
En el siglo XX esa primera generación maduró labor, con influencias impresionistas, perfeccionó sus conocimientos y técnicas en Europa y estuvo integrada por los pintores Pablo Alborno, Juan A. Samudio, Jaime Bestard y Modesto Delgado Rodas. A la misma época corresponden Andrés Campos Cervera y su esposa, Josefina Plá, española de nacimiento, quien llegó al Paraguay en 1926 y se convertiría en figura capital del arte paraguayo, así como de la literatura y de la labor cultural en su más amplio concepto.
Otros extranjeros, como el alemán Wolf Bandurek, con sus pinturas cercanas al expresionismo, sumaron sus aportes antes de la década del 50, que marcó una importante renovación en el arte paraguayo. En 1950 llegó al país el maestro brasileño João Rossi, quien trajo los conceptos y técnicas de la pintura contemporánea y sentó las bases para la creación del grupo "Arte Nuevo".
En 1954 se presentó la Primera Semana del Arte Moderno Paraguayo con el grupo "Arte Nuevo", que marcó una ruptura del arte paraguayo con las formas académicas. Lo integraban Josefina Plá, Lilí del Mónico, José Laterza Parodi y Olga Blinder. También se unieron al movimiento artístico Edith Jiménez y Hermann Guggiari.
Las décadas del 60 y 70 vieron un gran florecimiento de las artes plásticas en Paraguay, con la aparición de artistas que supieron expresar los rasgos profundos de la cultura paraguaya. Carlos Colombino, artista plástico que ha alcanzado mayor reconocimiento internacional, trabaja especialmente en sus xilopinturas que parecen dolerse de la gran tragedia del hombre. Otra importante figura fue Ricardo Migliorisi, quien pinta a su época como un gran carnaval irreverente. Ignacio Núñez Soler, Mabel Arcondo y Laura Márquez son otros nombres del campo de la pintura.
En 1964 aparece otro grupo significativo bajo la fuerte inspiración de Laura Márquez: "Los Novísimos", integrado por Enrique Careaga, Ángel Yegros, José Antonio Pratt Mayans y William Riquelme. Unos años después se crea el grupo "El Aleph", que congrega a Marité Zaldívar, Carlo Spatuzza, Engelberto Jiménez, Fátima Martini, Marcos Benítez, Mónica González y otros artistas.
También aparecen propuestas nuevas, como las técnicas mixtas de Osvaldo Salerno y Bernardo Krasniansky, y las experimentaciones de Miguel Heyn, Lucy Yegros y Félix Toranzos. La pintura sigue dando nuevos nombres, como los cultores de la línea ingenua o naif Genaro Morales e Ysanne Gayet y el del expresionista Enrique Collar.
Las artes visuales paraguayas llegan a la época del apogeo de las técnicas combinadas y de las instalaciones; se destacan artistas, como Ofelia Olmedo, Celso Figueredo, Marcelo Medina, Claudia Casarino, Bettina Brizuela, Enrique Espínola y Fredy Casco.
En el siglo XX esa primera generación maduró labor, con influencias impresionistas, perfeccionó sus conocimientos y técnicas en Europa y estuvo integrada por los pintores Pablo Alborno, Juan A. Samudio, Jaime Bestard y Modesto Delgado Rodas. A la misma época corresponden Andrés Campos Cervera y su esposa, Josefina Plá, española de nacimiento, quien llegó al Paraguay en 1926 y se convertiría en figura capital del arte paraguayo, así como de la literatura y de la labor cultural en su más amplio concepto.
Otros extranjeros, como el alemán Wolf Bandurek, con sus pinturas cercanas al expresionismo, sumaron sus aportes antes de la década del 50, que marcó una importante renovación en el arte paraguayo. En 1950 llegó al país el maestro brasileño João Rossi, quien trajo los conceptos y técnicas de la pintura contemporánea y sentó las bases para la creación del grupo "Arte Nuevo".
En 1954 se presentó la Primera Semana del Arte Moderno Paraguayo con el grupo "Arte Nuevo", que marcó una ruptura del arte paraguayo con las formas académicas. Lo integraban Josefina Plá, Lilí del Mónico, José Laterza Parodi y Olga Blinder. También se unieron al movimiento artístico Edith Jiménez y Hermann Guggiari.
Las décadas del 60 y 70 vieron un gran florecimiento de las artes plásticas en Paraguay, con la aparición de artistas que supieron expresar los rasgos profundos de la cultura paraguaya. Carlos Colombino, artista plástico que ha alcanzado mayor reconocimiento internacional, trabaja especialmente en sus xilopinturas que parecen dolerse de la gran tragedia del hombre. Otra importante figura fue Ricardo Migliorisi, quien pinta a su época como un gran carnaval irreverente. Ignacio Núñez Soler, Mabel Arcondo y Laura Márquez son otros nombres del campo de la pintura.
En 1964 aparece otro grupo significativo bajo la fuerte inspiración de Laura Márquez: "Los Novísimos", integrado por Enrique Careaga, Ángel Yegros, José Antonio Pratt Mayans y William Riquelme. Unos años después se crea el grupo "El Aleph", que congrega a Marité Zaldívar, Carlo Spatuzza, Engelberto Jiménez, Fátima Martini, Marcos Benítez, Mónica González y otros artistas.
También aparecen propuestas nuevas, como las técnicas mixtas de Osvaldo Salerno y Bernardo Krasniansky, y las experimentaciones de Miguel Heyn, Lucy Yegros y Félix Toranzos. La pintura sigue dando nuevos nombres, como los cultores de la línea ingenua o naif Genaro Morales e Ysanne Gayet y el del expresionista Enrique Collar.
Las artes visuales paraguayas llegan a la época del apogeo de las técnicas combinadas y de las instalaciones; se destacan artistas, como Ofelia Olmedo, Celso Figueredo, Marcelo Medina, Claudia Casarino, Bettina Brizuela, Enrique Espínola y Fredy Casco.