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La historia de los futbolistas paraguayos y de la gran mayoría de los deportistas tiene un origen humilde. Básicamente, siempre luchando contra adversidades en busca de su realización personal como deportista: tanto como salida económica, como una oportunidad para realizar sus sueños.
Pero entre tantas historias me ha llamado la atención la vida de uno en particular: Antolín Alcaraz.
Antolín Alcaraz nunca quiso ser futbolista, nunca se le pasó por la cabeza vivir de la pelota.
"A veces no es opción de uno, tenía que trabajar y estudiar, no tenía tiempo para andar por las escuelas de fútbol. Tenés que abonar y tener tiempo, pero como vengo de una familia humilde, no tenía tiempo. No podía darme el lujo de ir a practicar, tuve que esperar", destacó Alcaraz para la prensa belga.
El defensor lo explica muy claro: "Yo en Paraguay empecé solamente con los amigos, en el Club Teniente Fariña (Ñemby). No era mi intención, no tenía planeado escalar a nivel de fútbol, luego sucedió lo inesperado".
EL VIAJE A LA ARGENTINA
Alcaraz se desempeñaba como ayudante de albañil y tenía 18 años cuando conoció a Carlos Bruni (2001), scout y agente de futbolistas, quien lo llevó directo al fútbol argentino (Racing de Avellaneda).
El futbolista explica ese momento de su vida de la siguiente manera: "Fue difícil, porque fue la primera vez que salí de Paraguay, que estuve lejos de mi familia. Hasta hoy me acuerdo, fue muy duro. Cada experiencia te deja algo, trato de sacar lo mejor de las cosas malas".
Alcaraz nunca debutaría en Racing; el club luego de un gran año bajo un gerenciamiento privado cayó en la quiebra y finalmente no ficharía al paraguayo.
EL DEJAVÚ ITALIANO
La cosa parecía mejorar un par de meses después cuando el defensor fue a Italia a jugar para la Fiorentina. En el equipo italiano Alcaraz practicó un mes; cuando sucedió lo impensable, Fiorentina quebró.
"Ahí aprendí mucho, lamentablemente lo que le pasó al club fue lo más triste. Lo positivo es que aprendí bastante, a entrenar, cosas así", declaró.
El cuadro de la tierra de los Medici dejó ir así al zaguero, quien con la mala suerte de su lado, regresó a nuestro país en 2002, sin poder fichar por un club ni debutar en Primera División. Pero las cosas cambiarían.
EL PRIMER CONTRATO PROFESIONAL
En 2003, Alcaraz fue a probar suerte en un pequeño equipo costero del noreste de Portugal (Aveirio), el Beira Mar. El defensor no solo debutó en primera, sino que firmó su primer contrato como profesional, luego de tres años de buscar equipo.
EL BRUJAS DE BÉLGICA
Luego de jugar cuatro años en Portugal, Antolín Alcaraz tendría su primera transferencia, no fue a Inglaterra ni a España, fue a la modesta liga belga, al FC Brujas, donde se consagraría como ídolo y figura del equipo.
"Creo que uno mismo como jugador quiere más y más, no estancarse en un club. Escalar. Yo en este momento solo quiero jugar y jugar bien, el resto vendrá solo", declaró Antolín, quien no se equivocaría.
ALBIRROJA Y LA PREMIER LEAGUE
Alcaraz fue convocado por Gerardo Martino en noviembre de 2008 para el duelo amistoso ante Omán, jugaría parte de las eliminatorias para Sudáfrica 2010 y luego jugaría el Mundial en territorio africano. El defensor paraguayo fue fichado por el Wigan Athletic de la Premier League, en tal vez la liga más dura y competitiva del Mundo, donde no solo juega, sino es capitán del equipo.
Esta es la vida futbolística de Antolín Alcaraz, un albañil que nunca pensó jugar al fútbol para ganarse la vida.