Su inclinación es tan pronunciada que el gobierno debió clausurarla para evitar su derrumbe. Sus males, son de nacimiento. Bonanno Pisano inició su construcción en 1173 y la finalizó Giovane de Simone en 1273.

En esos 100 años que se tardó en terminarla, la base ya se había deslizado de su asentamiento y su eje comenzó a torcerse. Eso fue debido a que está asentada sobre un terreno arcilloso y la falta de lluvias hicieron que se fuera secando poco a poco el terreno. En 1973, se registró una alarmante marca de inclinación de 3 milímetros. Es un milagro que todavía se mantenga en pie.

Desde una sala totalmente computarizada, a metros de la Plaza de los Milagros, un grupo de técnicos monitorea en forma continua la menor vibración que se produce en la estructura. Asimismo, un equipo técnico de auxilio está presto para movilizarse en pocos minutos.

Se intentaron varias soluciones, pero todas fallaron, por eso el arquitecto Piero Pierotti, dijo: Si resistió 800 años, es porque debe haber algún secreto que conserva su estabilidad. Dejemos las cosas como están, hasta que descubramos ese enigmático mecanismo.

Un nuevo proyecto propuso el apuntalamiento con gigantescos martinetes hidráulicos, al mismo tiempo se le agregaría en los cimientos un anillo de concreto, esto permitiría enderezarla levemente. Finalmente se colocaría riendas de cemento armado por debajo del suelo, para evitar posibles deslizamientos geológicos.