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La carne picada era una delicia poco habitual en la cocina medieval. Ya la carne misma era un ingrediente reservado exclusivamente a las clases más favorecidas. En el siglo XVII , los barcos rocedentes de Rusia llevan consigo recetas con carne cruda picada (originarias de los tártaros y mongoles) al puerto de Hamburgo, en Alemania, donde se comenzaron a servir, con la carne también cocinada. La ciudad de Nueva York era el destino más habitual de los barcos que partían de allí. En los diversos restaurantes de la Gran Manzana se ofrecía carne vacuna al estilo de Hamburgo con el objeto de atraer a los marineros alemanes. En los menús aparecía frecuentemente "steak cooked in the Hamburg style" (bife al estilo de Hamburgo), o incluso "biftek à la Hambourgeoise".
Esta situación hizo que, en los Estados Unidos, cualquier preparación elaborada con carne picada evocara en los inmigrantes europeos recuerdos del puerto y, por extensión, del mundo que dejaron atrás. El documento más antiguo que hace referencia al "Hamburg steak" es un menú del famoso restaurant Delmonico´s que, en 1837, ofrecía a su clientela por 10 centavos un plato de este estilo elaborado por el chef estadounidense Charles Ranhofer. Este precio puede considerarse elevado para la época, ya que era el doble de lo que se pagaba por un simple bife de carne vacuna (beef steak).
Una carne entre dos panes
Pero ¿en qué histórico momento adquirió la hamburguesa sus dos inseparables y prácticas mitades de pan? Existen muchas versiones acerca del origen exacto del sándwich de hamburguesa. Una de las historias con mayor credibilidad asegura que surgió en Seymour, Wisconsin, en 1885, producto de la visión del joven Charlie Nagreen, de sólo quince años de edad. Charlie trabajaba en su puesto de comida de la Feria Estatal, pero tenía un problema: sus clientes querían pasear por la feria mientras comían, y necesitaban una forma práctica para hacerlo. Charlie, ahora toda una leyenda, resolvió el problema colocando la carne entre dos tajadas de pan, llamándola "Hamburguesa". Sin embargo, más de uno se adjudica su invención, como Frank Menches, de Ohio, en 1892, o Fletcher Davis, en Athens, Texas. Lo cierto es que durante la Feria Mundial de St. Louis de 1904, la hamburguesa entre panes ya era toda una sensación gastronómica.
Hamburguesas rápidas
En 1916 abrió sus puertas la primera cadena que se tomó muy en serio la filosofía de las hamburguesas. White Castle, fundada por J. Walter Anderson, en Wichita, Kansas,
no sólo fue la primera cadena de hamburguesas, sino que fue pionera en los conceptos de estandarización, imagen, menú y servicio, prototipo de los locales de "fast food" actuales. La hamburguesa
común costaba por entonces 1 nickel (5 centavos) hasta los años cuarenta. Los hermanos Dick y Mac McDonald inauguran en el año 1937 un stand de hot dogs en la ciudad estadounidense de Monrovia, California. El éxito de sus ventas hace que finalmente abran en el año 1940 un restaurante en el trayecto de la U.S. Route 66, al que denominan McDonald's. Analizando las ventas,
con el tiempo descubren sorprendidos que el 80% de sus ingresos proviene de la venta de hamburguesas. De esta forma, nace a mediados del siglo XX el concepto de servicio tipo "drive-in": no sólo era posible recibir una hamburguesa sin bajarse de un coche, sino que además era excepcionalmente eficiente y rápido. Hamburguesas más pequeñas, más baratas, preempacadas y con la posibilidad de añadir condimentos. Nacía un nuevo mito americano.
Esta situación hizo que, en los Estados Unidos, cualquier preparación elaborada con carne picada evocara en los inmigrantes europeos recuerdos del puerto y, por extensión, del mundo que dejaron atrás. El documento más antiguo que hace referencia al "Hamburg steak" es un menú del famoso restaurant Delmonico´s que, en 1837, ofrecía a su clientela por 10 centavos un plato de este estilo elaborado por el chef estadounidense Charles Ranhofer. Este precio puede considerarse elevado para la época, ya que era el doble de lo que se pagaba por un simple bife de carne vacuna (beef steak).
Una carne entre dos panes
Pero ¿en qué histórico momento adquirió la hamburguesa sus dos inseparables y prácticas mitades de pan? Existen muchas versiones acerca del origen exacto del sándwich de hamburguesa. Una de las historias con mayor credibilidad asegura que surgió en Seymour, Wisconsin, en 1885, producto de la visión del joven Charlie Nagreen, de sólo quince años de edad. Charlie trabajaba en su puesto de comida de la Feria Estatal, pero tenía un problema: sus clientes querían pasear por la feria mientras comían, y necesitaban una forma práctica para hacerlo. Charlie, ahora toda una leyenda, resolvió el problema colocando la carne entre dos tajadas de pan, llamándola "Hamburguesa". Sin embargo, más de uno se adjudica su invención, como Frank Menches, de Ohio, en 1892, o Fletcher Davis, en Athens, Texas. Lo cierto es que durante la Feria Mundial de St. Louis de 1904, la hamburguesa entre panes ya era toda una sensación gastronómica.
Hamburguesas rápidas
En 1916 abrió sus puertas la primera cadena que se tomó muy en serio la filosofía de las hamburguesas. White Castle, fundada por J. Walter Anderson, en Wichita, Kansas,
no sólo fue la primera cadena de hamburguesas, sino que fue pionera en los conceptos de estandarización, imagen, menú y servicio, prototipo de los locales de "fast food" actuales. La hamburguesa
común costaba por entonces 1 nickel (5 centavos) hasta los años cuarenta. Los hermanos Dick y Mac McDonald inauguran en el año 1937 un stand de hot dogs en la ciudad estadounidense de Monrovia, California. El éxito de sus ventas hace que finalmente abran en el año 1940 un restaurante en el trayecto de la U.S. Route 66, al que denominan McDonald's. Analizando las ventas,
con el tiempo descubren sorprendidos que el 80% de sus ingresos proviene de la venta de hamburguesas. De esta forma, nace a mediados del siglo XX el concepto de servicio tipo "drive-in": no sólo era posible recibir una hamburguesa sin bajarse de un coche, sino que además era excepcionalmente eficiente y rápido. Hamburguesas más pequeñas, más baratas, preempacadas y con la posibilidad de añadir condimentos. Nacía un nuevo mito americano.