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Cosecha:
Es necesario comenzar la cosecha cuando las raíces no se han desarrollado totalmente. Cuando tienen de seis a ocho centímetros de diámetro es conveniente arrancarlas con todas sus raicillas, si fuera necesario, utilizaríamos la laya para ablandar el suelo. Se cosecha con todas las hojas, que son comestibles, al igual que la acelga. Las hojas se pueden cortar después a unos 2 ó 3 cm del tallo, (prácticamente invisible), o bien, se puede enviar a los mercados con todas las hojas.
Una vez cosechadas y que se le hayan cortado las hojas, se dejan orear por 24 horas, y se llevan al mercado, o mejor, la cocina de la escuela en canastos y cajones que no lastimen las raíces.
Se debe hervir la remolacha con toda su cáscara, ya que en ella se encuentra la mayor cantidad de minerales y vitaminas. Tampoco debemos pelarlas para comer, son sabrosas con su cáscara.
El rendimiento por hectárea es de 30 a 40 toneladas.
Uso medicinal
La remolacha tiene tantas propiedades, que considero importante mencionarlas. Primero, su alto contenido de hierro y cobre hace que sea importante en la formación de glóbulos rojos en la sangre y, por lo tanto, muy importante contra la anemia.
La remolacha es además rica en potasio, silicio, sodio y cloro. Además contiene zinc, elemento necesario para la formación de células cerebrales y que su deficiencia retarda el crecimiento del organismo. Posee también buena cantidad de manganeso, que es muy importante para alimentar y fortalecer las glándulas de secreción interna y regularizar sus funciones.
Por otro lado, la remolacha es óptima para controlar los desarreglos del bazo y del hígado. Un vaso de jugo es un rápido e intenso constructor de plaquetas sanguíneas, como trasportador de oxígeno a todo el cuerpo.