La raza guaraní se impone en Los Andes

En esta competencia, los débiles no tienen cabida. Son 160 kilómetros que conjugan sudor, esfuerzo, cansancio, fortaleza y dolor. Todo puede pasar y a veces hasta el mismo clima conspira.

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Son cuatro días y tres noches en la Patagonia sin parar. Habrá que atravesar ríos, superar  todo tipo de obstáculos, subir y bajar montañas. Con la luz del sol, el termómetro fácilmente llega a los 40 grados; y a la noche, las tormentas o descensos bruscos de temperaturas son la constante.

Resistir es la premisa de esta aventura de 160 kilómetros que se hace ininterrumpidamente desde el 2005 en la Cordillera de los Andes. La llaman: La Misión.

"Se trota o corre el 70, 80 por ciento de distancia. Tenés que llevar todo tu equipamiento, agua y alimentos. La idea es básicamente empezar un lunes e ir sin parar hasta un límite máximo de 76 horas para el último corredor", dice Víctor Morel, uno de los 11 paraguayos que participaron de la edición 2011 en compañía de 400 corredores de 12 países del mundo.

 

 

 

 

El podio fue para un francés residente en Uruguay, pero el compatriota no quedó atrás y logró clasificar entre los diez primeros.


"El premio es el honor. El orgullo de haber llegado. Es una mezcla de estado y de cabeza.  Tenés que pensar que vos podés. La mente le cansa al cuerpo. Si la mente está preparada para seguir, el cuerpo va a continuar. Hay mucha gente que se rinde antes de lo que realmente da", asegura.

 

 

 


UN CONSTANTE DESAFÍO

El destaque en el ranking nacional de ecoaventura le valió a Morel representar a Paraguay en "La Misión". "Suelo competir mucho en las competencias nacionales. El club de Corredores de Aventura le premia al mejor corredor del año para ir", explica el ingeniero en Telecomunicaciones de 35 años.

Fue la tercera vez en la competencia y en las ediciones anteriores; se colocó en los puestos 70 y 30. Sin embargo, este ingeniero en Telecomunicaciones de 35 años no se conforma. "El objetivo es ir corriendo para tener más disposición a corridas internacionales. Pelear internacionalmente", señala.

Reconoce que la ecoaventura en Paraguay es un deporte amateur y al mismo tiempo se muestra optimista por el crecimiento en los últimos años. "Para nosotros los paraguayos, estamos felices y contentos. Estamos teniendo un nivel internacional interesante. Para nosotros que somos profesionales que tenemos que  encontrar tiempo para entrenar, estar ubicados así de bien, porque algunos son instructores de sky, otros son personal trainers. Para nosotros es todo un milagro", manifiesta.

 

 

 


Indica que haber logrado un buen puesto en el extranjero, además de dejar en lo alto la tricolor, representa un desafío para los corredores compatriotas. "También podemos hacer este tipo de cosas, podemos hacerle codo a codo a los mejores del mundo, no se trata de dónde naciste, es el esfuerzo, el sacrificio y ponerse un objetivo", ratifica.

 


EL PODER DE LA MENTE

Morel confiesa que la preparación física es fundamental y asegura que cuando la voluntad está primero, es posible emparejar el rol de gerente de una empresa y el de un corredor amateur.


"Yo me pasé literalmente una a dos horas corriendo antes de esta carrera. Hacía 20 kilómetros por día, que serían cuatro vueltas a Ñú Guasu. Hacía 100 a 120 kilómetros de entrenamiento (…) En vez de comer me iba a trotar, en una hora, luego comía un chiquitito, terminaba de trabajar y hacía un poco más de ejercicio y después seguía con las actividades. Hay que compaginar todo con el estilo de vida", menciona.

No obstante, está convencido de que todo es cuestión de voluntad. "Es mucho más cabeza y resistencia. Claro, hay que llevar una alimentación balanceada de acuerdo al tipo de proteínas, electrolitos, para mantener el entrenamiento (…) Alimentarse bien no es tan caro pero hay que saber elegir la comida", dice.

 

 

 


La satisfacción por este logro lo lleva a pensar en nuevos objetivos: el desafío del Tilcara, similar a "La Misión", que incluye siete mil metros de ascenso acumulativo en Salta, Argentina. Mira de cerca también al Ultra Trail du Mont Blanc, cuyo trayecto lleva a miles corredores por Italia, Francia y Suiza.

Para Víctor Morel, este tipo de competencias permite forjar el  carácter para superar las dificultades. "Lo que importa realmente es que no hay ningún secreto. La posibilidad está abierta para cualquiera, hay que ponerse las pilas nomás. Cualquier tipo de objetivo es obtenible, lo importante es ponerle ganas. Toma un tiempo y es un proceso, pero nada está más allá de nuestras capacidades", declara finalmente.

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