Con esos componentes pueden formarse dos grupos de sustancias: las orgánicas, que poseen átomos de carbono, hidrógeno y oxígeno en su molécula; y las inorgánicas o minerales, que tienen como fuente de origen el mundo inerte, y comprenden el agua y las sales minerales.
El agua
Se encuentra presente en las células de todos los seres vivos en una proporción aproximada del 70%, aunque la misma puede variar. En términos generales puede decirse que el agua representa entre 70 y 90% del peso total del organismo. Su función es disolver la mayor parte de las sustancias, y constituye el medio de transporte de las sales minerales y de las sustancias orgánicas en la sangre. Cumple también una función muy importante en la regulación de la temperatura del cuerpo. Como el agua es una sustancia que absorbe calorías, entonces, cuando la temperatura externa aumenta, el agua del cuerpo sale por las glándulas sudoríparas y con ello eliminamos el exceso de calor para que el cuerpo mantenga constante su temperatura, que es de aproximadamente 36,5º C.
Las sales minerales
Sólo se encuentran en muy pequeña proporción, pero sin ellas, las células no podrían cumplir sus funciones normalmente.
El sodio (Na) impide a las células intercambiar sustancias con el medio que las rodea.
El potasio (K) asegura que los músculos funcionen adecuadamente.
Mostrar una sección de los músculos de una pierna.
Sin magnesio (Mg), las células vegetales no realizan la fotosíntesis.
El calcio (Ca) fortalece los huesos y dientes, y su carencia contribuye a originar las caries.
Sin hierro (Fe), la hemoglobina de los glóbulos rojos no puede transportar el oxígeno hacia las células ni el dióxido de carbono hacia los pulmones.
La falta de iodo (I) impide a la glándula tiroides elaborar su hormona, y se produce el bocio.
Componentes orgánicos
Glúcidos o Hidratos de carbono. Abundan más en los vegetales que en los animales. Los hidratos de carbono son producidos por las plantas, y constituyen la mayor fuente de energía para los organismos que los consumen.
Monosacáridos: Son los más simples, porque están formados por una sola molécula. Entre ellos figura la glucosa, que se halla, por ejemplo, en la uva y en la miel. También se encuentra en la sangre de los mamíferos. Otro monosacárido es la fructosa o azúcar de fruta, muy común en la manzana y en la naranja.
Disacáridos: Están formados por la unión de dos moléculas de monosacáridos. En este grupo se encuentra la lactosa, presente en la leche de todos los mamíferos; y la sacarosa, que es el azúcar que consumimos diariamente, y se obtiene de la caña de azúcar o de la remolacha azucarera.
Polisácaridos: Se originan por la unión de muchas moléculas de monosacáridos. Cumplen dos funciones: una es de reserva, como el almidón y el glucógeno en el hígado. Función estructural, es decir, que forman parte del cuerpo de los seres vivos, como la celulosa, que forma una rígida pared alrededor de la célula vegetal. A diferencia de lo que sucede con el almidón y el glucógeno, la celulosa no puede ser digerida por el sistema digestivo del hombre.
La quitina también es un polisacárido estructural, que forma el exoesqueleto de los artrópodos.
Por los poros sudoríparos salen el agua y las sales en exceso del organismo.
Los músculos se contraen y extienden, gracias a sales, como el potasio.
El calcio y el fósforo forman los huesos, y los fortalecen.
La hemoglobina forma los glóbulos rojos.
La glucosa, azúcar más sencillo, se encuentra principalmente en las frutas, como la uva.
El hígado transforma glucógeno en glucosa cuando el cuerpo lo necesita.
El esqueleto de este milpiés es de quitina.
Se encuentra presente en las células de todos los seres vivos en una proporción aproximada del 70%, aunque la misma puede variar. En términos generales puede decirse que el agua representa entre 70 y 90% del peso total del organismo. Su función es disolver la mayor parte de las sustancias, y constituye el medio de transporte de las sales minerales y de las sustancias orgánicas en la sangre. Cumple también una función muy importante en la regulación de la temperatura del cuerpo. Como el agua es una sustancia que absorbe calorías, entonces, cuando la temperatura externa aumenta, el agua del cuerpo sale por las glándulas sudoríparas y con ello eliminamos el exceso de calor para que el cuerpo mantenga constante su temperatura, que es de aproximadamente 36,5º C.
Sólo se encuentran en muy pequeña proporción, pero sin ellas, las células no podrían cumplir sus funciones normalmente.
El sodio (Na) impide a las células intercambiar sustancias con el medio que las rodea.
El potasio (K) asegura que los músculos funcionen adecuadamente.
Mostrar una sección de los músculos de una pierna.
Sin magnesio (Mg), las células vegetales no realizan la fotosíntesis.
El calcio (Ca) fortalece los huesos y dientes, y su carencia contribuye a originar las caries.
Sin hierro (Fe), la hemoglobina de los glóbulos rojos no puede transportar el oxígeno hacia las células ni el dióxido de carbono hacia los pulmones.
La falta de iodo (I) impide a la glándula tiroides elaborar su hormona, y se produce el bocio.
Glúcidos o Hidratos de carbono. Abundan más en los vegetales que en los animales. Los hidratos de carbono son producidos por las plantas, y constituyen la mayor fuente de energía para los organismos que los consumen.
La quitina también es un polisacárido estructural, que forma el exoesqueleto de los artrópodos.
Por los poros sudoríparos salen el agua y las sales en exceso del organismo.
Los músculos se contraen y extienden, gracias a sales, como el potasio.
El calcio y el fósforo forman los huesos, y los fortalecen.
La hemoglobina forma los glóbulos rojos.
La glucosa, azúcar más sencillo, se encuentra principalmente en las frutas, como la uva.
El hígado transforma glucógeno en glucosa cuando el cuerpo lo necesita.
El esqueleto de este milpiés es de quitina.