A partir de un trabajo sencillo, una tierra mala se transforma en un sustrato (suelo) apto para el crecimiento de verduras, o por lo menos se va mejorando cada vez que se lo trata de esta forma. No hace falta invertir un gran desgaste físico, pues con estas herramientas innovadoras se facilita el trabajo de la huerta.
La laya es la herramienta más apropiada para remover la tierra de nuestra huerta. Es ideal para todos aquellos que prefieren trabajar con menos esfuerzo y producir más. Es una herramienta de uso muy difundido en toda Europa, y que aún no ha llegado a nuestro país.
No existiendo en el mercado una herramienta como esta, es necesario que nosotros mismos la fabriquemos, o por lo menos podamos dar instrucciones al herrero para que nos la pueda fabricar. Es como una horquilla para juntar los cocos o para remover pasto o compost. Pero con los dientes mucho más fuertes y más espaciados, según el suelo en que trabajemos.
De sólo tres dientes, y separados 10 cm cada uno, como muestra la figura, es ideal para suelos pesados. Para suelos más livianos de una huerta ya formada, es conveniente que tenga cuatro y hasta cinco dientes, y un poco más juntos. Debemos conseguir una varilla de acero 1045 ó 1050 para que los dientes no se doblen al trabajar.
Tiene que ser, en todos los casos, de media pulgada de diámetro (12 mm aproximadamente). El largo de los dientes preferiblemente no deben ser menos de 25 cm. Se le agregará una planchuela de unos cinco centímetros de ancho, y del largo necesario para cubrir todos los dientes; esto, como refuerzo y como sostén del mango. Como está en la figura, con una inclinación, o bien, se la puede colocar en forma recta, sin ángulo, dependiendo de cada uno de nosotros. Si se hace de cinco dientes, se pueden colocar dos mangos paralelos y unidos por la agarradera. Esto lo hace mucho más fuerte y más fácil de manejar.
Cómo se usa, ya lo hemos explicado la semana pasada. Se debe procurar, después de la limpieza de la superficie del suelo, y antes de pasar la laya, colocar una buena capa de humus de lombrices, para que durante el trabajo, vaya entrando de a poco en el cantero. Así tendremos este suelo completamente preparado con suficiente abono para nuestras plantitas.