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Algunos años después se fueron creando las del servicio de electricidad, agua, cemento, telecomunicaciones, entre otras. Varias desaparecieron debido a la corrupción y las pésimas administraciones; otras, hoy día luchan por sobrevivir pese a ser monopólicas.La corrupción, la política y las malas administraciones fueron las principales causas del rotundo fracaso de algunas empresas públicas.
La mayoría fueron creadas por el mismo Estado, en tanto que otras fueron nacionalizadas. Las que se formaron en el sector privado y luego pasaron a pertenecer al Estado son dos: la Copaco y la INC. Ambas fueron nacionalizadas bajo la presidencia de Higinio Morínigo y del general Alfredo Stroessner.
Las fuentes dan cuenta que la incursión del Estado en los negocios se remonta a unos ciento setenta años. La primera empresa pública se creó en 1840, bajo la presidencia de don Carlos Antonio López, con la instalación de una flota mercante, que también era de uso militar. Los buques surcaban los ríos Paraná y Paraguay para trasportar cargas. Pasó todo un siglo para que, en junio de 1945, durante la presidencia de Higinio Morínigo, el gobierno emitiera el decreto 9351 que crea la Flota Mercante del Estado (Flomeres).
Los cuatro primeros barcos que conformaban la flota habían sido adquiridos de Estados Unidos. Llevaban los nombres de Ypoá, Paraguarí, Ygurey y Lago Ypacaraí. Posteriormente, el Gobierno fue adquiriendo otros buques para aumentar su flota. Actualmente, apenas quedan vestigios de los barcos. En 1991 pasó a manos privadas, dividiéndose en cinco compañías diferentes. Se convierte en Flomerpasa. Las negociaciones estuvieron plagadas de irregularidades. Nueve años después el Gobierno iniciaba los trámites para asumir nuevamente su administración.
Don Carlos en 1854 inició negociaciones con los ingleses para instalar uno de los primeros ferrocarriles de toda América Latina.
El primer tramo se extendió hasta Paraguarí. Los soldados del Ejército se encargaron de la mano de obra, desde el desmonte, la construcción del terraplenado hasta la puesta de los rieles. Seis años después, en 1861, comenzó a funcionar. Su corto viaje era desde la estación central frente a la plaza Uruguaya hasta Trinidad (donde funciona el Hospital San Jorge). Un año después, llegaba hasta Areguá.
Luego de la guerra contra la Triple Alianza, el ferrocarril pasa a manos privadas, para volver al Estado, previo pago de 200.000 libras, en 1961. En su gobierno don Carlos también fundó la primera fundidora de hierro y el telégrafo.
En 1947 el presidente Higinio Morínigo nacionalizó la primera empresa privada, la que ahora es la Compañía Paraguaya de Telecomunicaciones (Copaco SA). Hasta noviembre de 2001 llevó la denominación de Administración Nacional de Telecomunicaciones (Antelco). Se fundó en 1923 bajo el nombre de Compañía Internacional de Teléfonos (CIT).
En 1949, año de la mayor inestabilidad política se cambiaron tres presidentes se creó en forma provisoria la empresa pública de electricidad, la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), que hasta la fecha monopoliza el servicio de generación, transmisión y distribución de energía. Recién en 1969 el Parlamento sanciona la Ley 966, conformándola como ente autárquico y con su propia carta orgánica. Antes de la fundación de la ANDE había muchas pequeñas empresas privadas que prestaban el servicio, pero con energía térmica (generadores a diésel).
En 1950, durante la administración colorada de Federico Chaves, siendo Paraguay uno de los países latinos sin la provisión de agua potable, el Ejecutivo crea la Corporación de Obras Sanitarias de Asunción (Corposana). Ese mismo año el grupo Kaiser Engineers International Inc. de Oakland, California-EE.UU., construyó el sistema que tenía capacidad para proveer de 57 millones de litros diarios. La instalación domiciliaria era de 20.000.
Bajo la presidencia de Alfredo Stroessner, en 1963, por decreto del Ejecutivo 337 se creó LAP (Líneas Aéreas Paraguayas), en el seno de la Aviación Militar, impulsado por el comandante TCnel. Adrián Jara. En 1995 el Estado vende el 80 por ciento de sus acciones a Cielos de América, una empresa ecuatoriana, por poco más de US$ 22 millones. Esta firma luego transfirió sus acciones a TAM, una aerolínea brasileña. Nunca se supo de los montos abonados por las naves de la LAPSA ni las rutas que operaba. El algún momento se habló que el Estado recaudó US$ 50 millones de la privatización de Aceros Paraguayos (Acepar), Líneas Aéreas Paraguayas, APAL y Flomerpasa.
La mayoría fueron creadas por el mismo Estado, en tanto que otras fueron nacionalizadas. Las que se formaron en el sector privado y luego pasaron a pertenecer al Estado son dos: la Copaco y la INC. Ambas fueron nacionalizadas bajo la presidencia de Higinio Morínigo y del general Alfredo Stroessner.
Las fuentes dan cuenta que la incursión del Estado en los negocios se remonta a unos ciento setenta años. La primera empresa pública se creó en 1840, bajo la presidencia de don Carlos Antonio López, con la instalación de una flota mercante, que también era de uso militar. Los buques surcaban los ríos Paraná y Paraguay para trasportar cargas. Pasó todo un siglo para que, en junio de 1945, durante la presidencia de Higinio Morínigo, el gobierno emitiera el decreto 9351 que crea la Flota Mercante del Estado (Flomeres).
Los cuatro primeros barcos que conformaban la flota habían sido adquiridos de Estados Unidos. Llevaban los nombres de Ypoá, Paraguarí, Ygurey y Lago Ypacaraí. Posteriormente, el Gobierno fue adquiriendo otros buques para aumentar su flota. Actualmente, apenas quedan vestigios de los barcos. En 1991 pasó a manos privadas, dividiéndose en cinco compañías diferentes. Se convierte en Flomerpasa. Las negociaciones estuvieron plagadas de irregularidades. Nueve años después el Gobierno iniciaba los trámites para asumir nuevamente su administración.
Don Carlos en 1854 inició negociaciones con los ingleses para instalar uno de los primeros ferrocarriles de toda América Latina.
El primer tramo se extendió hasta Paraguarí. Los soldados del Ejército se encargaron de la mano de obra, desde el desmonte, la construcción del terraplenado hasta la puesta de los rieles. Seis años después, en 1861, comenzó a funcionar. Su corto viaje era desde la estación central frente a la plaza Uruguaya hasta Trinidad (donde funciona el Hospital San Jorge). Un año después, llegaba hasta Areguá.
Luego de la guerra contra la Triple Alianza, el ferrocarril pasa a manos privadas, para volver al Estado, previo pago de 200.000 libras, en 1961. En su gobierno don Carlos también fundó la primera fundidora de hierro y el telégrafo.
En 1947 el presidente Higinio Morínigo nacionalizó la primera empresa privada, la que ahora es la Compañía Paraguaya de Telecomunicaciones (Copaco SA). Hasta noviembre de 2001 llevó la denominación de Administración Nacional de Telecomunicaciones (Antelco). Se fundó en 1923 bajo el nombre de Compañía Internacional de Teléfonos (CIT).
En 1949, año de la mayor inestabilidad política se cambiaron tres presidentes se creó en forma provisoria la empresa pública de electricidad, la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), que hasta la fecha monopoliza el servicio de generación, transmisión y distribución de energía. Recién en 1969 el Parlamento sanciona la Ley 966, conformándola como ente autárquico y con su propia carta orgánica. Antes de la fundación de la ANDE había muchas pequeñas empresas privadas que prestaban el servicio, pero con energía térmica (generadores a diésel).
En 1950, durante la administración colorada de Federico Chaves, siendo Paraguay uno de los países latinos sin la provisión de agua potable, el Ejecutivo crea la Corporación de Obras Sanitarias de Asunción (Corposana). Ese mismo año el grupo Kaiser Engineers International Inc. de Oakland, California-EE.UU., construyó el sistema que tenía capacidad para proveer de 57 millones de litros diarios. La instalación domiciliaria era de 20.000.
Bajo la presidencia de Alfredo Stroessner, en 1963, por decreto del Ejecutivo 337 se creó LAP (Líneas Aéreas Paraguayas), en el seno de la Aviación Militar, impulsado por el comandante TCnel. Adrián Jara. En 1995 el Estado vende el 80 por ciento de sus acciones a Cielos de América, una empresa ecuatoriana, por poco más de US$ 22 millones. Esta firma luego transfirió sus acciones a TAM, una aerolínea brasileña. Nunca se supo de los montos abonados por las naves de la LAPSA ni las rutas que operaba. El algún momento se habló que el Estado recaudó US$ 50 millones de la privatización de Aceros Paraguayos (Acepar), Líneas Aéreas Paraguayas, APAL y Flomerpasa.