La isla de la Tortuga: una comunidad sin Estado

En el mar de las Antillas principalmente en los siglos XVII y XVIII, en una pequeña isla llamada: LA TORTUGA, habitaban, tenían su guarida y descanso piratas, corsarios y bucaneros, en fin toda laya y especie de hombres dedicados al asalto, robo, rapiñas y desolación de las colonias españolas de esa parte de América, y de las naves que transportaban las riquezas y producciones del nuevo mundo.

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De entre los habitantes de la “TORTUGA" sobresalían y se destacaban como líderes de tan heterogénea comunidad: FRANCIS DRAKE, MORGAN, HAWKINS y JEAN LAFITTE, héroes y paradigmas de aquellos “bárbaros de buena índole", como diría THOMAS MANN, así se nos presenta la historia romántica y novelesca donde los rufianes, ladrones, y asesinos son los buenos y paradójicamente “las víctimas", los españoles son pintados como antipáticos, vanidosos, charlatanes, estúpidos y tontos (con el perdón de la MADRE PATRIA) es decir eran los villanos del cuento.

En la TORTUGA no existían leyes ni gobierno o cosa que se le parezca, solo ladrones y una masa silenciosa y obediente de esclavos sin derecho a pensar.

Entonces, ¿cómo funcionaba?

Como podía existir una comunidad sin un ESTADO constituido en base a leyes y una administración que tuviese el ejercicio legítimo de la fuerza para imponer jurídicamente el orden?

Sencillamente la comunidad se regía por un PACTO O ACUERDO DE CÚPULAS MAFIOSAS, Drake, Morgan, etc. líderes y señores de sus respectivas bandas o grupos de “amigos", legislaban y juzgaban según sus intereses circunstanciales que cambiaban impunemente según sus “necesidades".

Ese era el sistema.

Por supuesto la IGUALDAD no existían ni en sueños, no figuraban en el léxico “tortugués", los pequeños círculos de amigos de los SEÑORES bandidos mandaban y repartían los despojos y la rapiña, o la autorizaba para que lo realicen según sus caprichos el bufón del momento, el cuate o amigo o los parientes de la “amiguita". En el balance la mayor parte correspondía al “JEFAO O CAPO DA MAFIA" y la minoría para sus seguidores, pero no les tocaba tan poca porción (para que siguieran fieles).

La comunidad entonces se asentaba en un PACTO NO IGUALITARIO (pero consensuado por todos, al fin) que haría temblar de envidia a varios maestros de la política desde LOCKE, ROUSSEAU, hasta JOHN RAWLS, ROBERT NOZICK, JEAN HAMPTON y demás CONTRACTUALISTAS de hoy por su eficacia práctica evidente.

¿Pero, existía el ESTADO?

No, no existía ni funcional ni administrativamente, el principio de legalidad era desconocido, por eso las supuestas leyes u órdenes de los JEFAO mudaban de acuerdo a los intereses de los mismos.

De la LIBERTAD gozaba solamente el corsario combatiente, los ancianos, mujeres, niños, esclavos y no combatientes se dedicaban a ocupaciones “viles" simplemente eran sirvientes silenciosos. Hablar contra el jefe o murmurar contra sus “amigos" era el mayor crimen conocido.

En resumen, la TORTUGA era una comunidad modelo, un ideal o utopía para muchos de nuestros “amigos políticos y goberntantes". La impunidad de los “amigos" traía como consecuencia la solidaridad en el delito, religión oficial en la isla.

El Poder Judicial no existía, la voluntad de los jefes era la sentencia que solucionaba cualquier pleito entre los habitantes.

Existía sí una ASAMBLEA O CONGRESO para pertenecer a la cual como requisito indispensable se debía ser “bandido reconocido y reputado como tal". Los “votos" se vendían y compraban libremente al mejor postor según su conveniencia personal, puesto que “el bien común", “la patria", etc. no eran conceptos ni palabras conocidas. Las decisiones asamblearias estaban sujetas rigurosamente a los consentimientos de los jefes, de ahí en más debían ser cumplidas obligadamente.

Claro que esto es lo novelesco que nos cuentan de esa lejana isla de la TORTUGA.

En el Paraguay de hoy sin embargo, algunos “novedosos" pretenden convertir la patria en la TORTUGA de trescientos años antes.

El empeño de los patriotas de nuestra independencia en 1811 y aún después de crear un Estado-Nación; sin embargo, en el devenir de los días, de los cambios y recambios políticos, el Estado-Nación se convirtió en un conjunto de unidades técnico-administrativas, sin relación estructural ni coherencia entre sí por falta de idea, proyectos y planes. Estas unidades técnicos-administrativas son llamadas PODERES U ORGANISMOS DEL ESTADO, sin independencia de criterio o decisiones, pero con derecho a asados, cervecitas, discursos vacíos, aplausos y hurras como manifestaciones sinceras y elogiosas de algún UKACE del jefe, o alguna propuesta para un cargo de gobierno con sueldo y sin obligaciones, por ejemplo.

La CONSTITUCIÓN NACIONAL que debe ser la consumación de un ideal común consensuado del pueblo o comunidad en un ESTADO que lo represente en un acto de “autoinvestidura", es la condición natural de su existencia y su coronación soberana como manifestación jurídica y política de la nación.

Sin embargo, en nuestro país el acuerdo de cúpulas tienen valor y jerarquía constitucional, el último ejemplo de ello es el nombramiento de Wildo Rienzi, por eso lo escrito en la CONSTITUCION tiene el valor “de una hoja en la tormenta" como diría LIN YUTANG.

La sustancia del Estado ya no es el dogma en función del cual se establecen las declaraciones, derechos y garantías de los habitantes, y su soporte subjetivo ya no es el ciudadano que dejó de existir al renunciar a sus propios derechos, ya no es un “polytés" como quería Aristóteles; entonces, la conciencia política, la conciencia moral que instituyen las prácticas propias del estado nacional pierde legitimación desde que no funciona dentro de su marco natural y apropiado que es el acatamiento a la ley.

Desde esta manera la comunidad pierde LA ESTABILIDAD que es la consigna absoluta del Estado.

La crisis actual paraguaya consiste en la destitución del Estado-Nación como práctica dominante, esta destitución no describe un mal funcionamiento, sino la propia descomposición del Estado como ordenador de todas y cada una de las situaciones comunitarias y su relacionamiento.

En tales circunstancias la ruina del Estado de Derecho como práctica dominante induce a la ruina general de la propia comunidad, al quedar vacante el poder de la ley por la renuncia ciudadana, se desvanece y lo que es peor, desaparece la autoconciencia crítica y la propia dignidad de la comunidad paraguaya.

Al no ser capaz el Estado de producir una articulación simbólica tampoco opera como condición simbólica del pensamiento y así se produce desgraciadamente la ruina moral de los otrora dirigentes opositores.

La actualidad paraguaya es comprensible, pues, toda actividad humana está sujeta al hábito. Todo acto que se repite con frecuencia crea una “pauta" que luego de reproducirse es aprehendida por los demás que también la ejecutan porque la ven permisiva por la sociedad paraguaya; entonces, ser contrabandista, ladrón del erario público o prevaricador es válido y consentido como actividad socialmente lícita. Es el sentido de la letra del conocido tango “cambalache".

Es importante comprender que las instituciones de las que hablamos (las delictuales) implican una historicidad: las tipificaciones recíprocas de acciones SE CONSTRUYEN EN EL CURSO DE UNA HISTORIA COMPARTIDA de la cual son productos, y, de la cual todos nosotros participamos por apatía, miedo, o simple cobardía.

Importa destacar que la institucionalización de las pautas delictuales poseen contralor del mecanismo que aplican una sanción social y política como significaría la expulsión del círculo del poder delictual, la persona se vuelve leprosa. Este mecanismo que muchos miembros de la “inteligentzia paraguaya" comprenden (y la transgreden sin ningún rubor vendiéndose por treinta monedas, pero sin la decisión moral última de Judas Iscariote) como recientemente ocurrió en el anecdótico nombramiento contra legem de Rienzi.

Este mecanismo se llama “CONTROL SOCIAL", en este caso fue ejercido por muchos conocidos que así estrenaron patente de CORSARIOS.

Vivimos en una comunidad de un espacio geográfico entre las repúblicas de Brasil, Argentina y Bolivia, territorio que fue en algún momento de la historia independiente y orgulloso, por eso hoy, porque no existimos como Estado, nuestra imagen se va desdibujando en el concierto internacional, y poco a poco se van retirando las embajadas de los países civilizados y democráticos.

Charlatanes de feria de palabras huecas y polivalentes con fiebre de poder dominan la sin razón, y nosotros los paraguayos como el avestruz escondemos la cabeza.

Estado nacional y dignidad ciudadana: REQUIESCAT IN PACE (descansen en paz) (ndr).


(*) Abogado
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