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Algunos grandes, otros pequeños. Sin embargo, esta época del año suele ser propicia para la aparición de diversos tipos de problemas. Los estudiantes con sus exámenes; en las oficinas, a punto de cerrar un año. Los problemas están para ser resueltos. Solo que muchas veces nos ahogamos en un vaso de agua porque nos vamos por las ramas o nos volvemos históricos, no nos detenemos a delimitar, e interpretar la problemática que se nos plantea. Aquí se plantea una adaptación de lo que se plantea en el libro de Psicología de Morris y Maisto.
El primer paso para la solución de un problema es:
La representación del problema: consiste en interpretar o definir el problema. Muchas veces nos podemos sentir tentados a omitir el verdadero problema y de inmediato tratamos de resolverlo en forma impulsiva, sólo que este impulso a menudo nos lleva a respuestas incorrectas.
Por ejemplo, si en el negocio se está perdiendo dinero, se tendría que reflexionar sobre la manera de disminuir los costos. Pero si solo consideramos la reducción de costos, no vemos la posibilidad averiguar cómo aumentar los ingresos en vez de disminuir los gastos. Una representación más adecuada del problema sería descubrir estrategias para reducir los costos, para aumentar los ingresos o para ambos.
La heurística. Una manera de resolver los problemas. Para muchos problemas de la vida cotidiana, frecuentemente se recurre a la heurística, que es un conjunto de reglas prácticas que nos ayudan a simplificar los problemas. No garantiza una solución, pero la pone a nuestro alcance.
Algunos métodos heurísticos dan mejores resultados en ciertas situaciones. Otros se aplican exclusivamente a determinadas condiciones, como las relativas al ajedrez o a los rompecabezas. Sin embargo, otros métodos heurísticos generales pueden aplicarse en una extensa gama de problemas. En parte, la solución consiste en decidir qué regla heurística es la idónea en el caso concreto (Bourne y otros 1986).
Un método heurístico muy simple es:
El escalamiento. En él tratamos de acercarnos cada vez más a la meta final. A cada paso, se evalúa hasta dónde se ha llegado, qué pasos dimos y cuál es el siguiente paso por dar. Así, en un examen de opción múltiple, una estrategia útil para contestar cada pregunta consiste en eliminar las alternativas evidentemente erróneas.
Aunque esto no nos dé la respuesta correcta, nos acerca más a una solución.
Sin embargo, el método heurístico de escalamiento no es bueno en otra clase de problemas.
Fijarse submetas: Es otro método heurístico. Se puede dividir un problema en partes más pequeñas y manejables, que son más fáciles de resolver que el problema global. Cuando un problema es muy complejo, afecta a muchas personas o situaciones, es bueno tratar de ir viendo qué aspectos tienen rápida solución.
El planteamiento de estas formas de resolver problemas es más bien un llamado a la reflexión para considerar que tenemos otras alternativas de solución, más allá del simple plagueo o lamentación.
Otros factores para la solución de problemas
Muchos factores, aparte de los que ya mencionamos, influyen en el éxito con que se soluciona un problema:
Motivación o activación emocional
Cuanto más compleja sea la tarea, más bajo será el nivel de emoción que puede tolerarse sin que entorpezca el desempeño. En términos generales, es preciso generar cierto grado de emoción para sentirnos lo suficientemente motivados, a fin de que resolvamos un problema; pero una activación excesiva puede deteriorar la capacidad de encontrar una solución.
La disposición, o sea la tendencia a percibir el problema o abordarlo de ciertas formas, puede facilitar o dificultar la solución del problema.
La disposición determina cuál información podremos recuperar de la memoria en una situación dada.
Por ejemplo, tendemos a tener un mejor desempeño cuando resolvemos un problema por segunda o tercera vez, porque hemos aprendido estrategias más eficaces para escoger las tácticas y porque entendemos mejor.
El primer paso para la solución de un problema es:
La representación del problema: consiste en interpretar o definir el problema. Muchas veces nos podemos sentir tentados a omitir el verdadero problema y de inmediato tratamos de resolverlo en forma impulsiva, sólo que este impulso a menudo nos lleva a respuestas incorrectas.
Por ejemplo, si en el negocio se está perdiendo dinero, se tendría que reflexionar sobre la manera de disminuir los costos. Pero si solo consideramos la reducción de costos, no vemos la posibilidad averiguar cómo aumentar los ingresos en vez de disminuir los gastos. Una representación más adecuada del problema sería descubrir estrategias para reducir los costos, para aumentar los ingresos o para ambos.
La heurística. Una manera de resolver los problemas. Para muchos problemas de la vida cotidiana, frecuentemente se recurre a la heurística, que es un conjunto de reglas prácticas que nos ayudan a simplificar los problemas. No garantiza una solución, pero la pone a nuestro alcance.
Algunos métodos heurísticos dan mejores resultados en ciertas situaciones. Otros se aplican exclusivamente a determinadas condiciones, como las relativas al ajedrez o a los rompecabezas. Sin embargo, otros métodos heurísticos generales pueden aplicarse en una extensa gama de problemas. En parte, la solución consiste en decidir qué regla heurística es la idónea en el caso concreto (Bourne y otros 1986).
Un método heurístico muy simple es:
El escalamiento. En él tratamos de acercarnos cada vez más a la meta final. A cada paso, se evalúa hasta dónde se ha llegado, qué pasos dimos y cuál es el siguiente paso por dar. Así, en un examen de opción múltiple, una estrategia útil para contestar cada pregunta consiste en eliminar las alternativas evidentemente erróneas.
Aunque esto no nos dé la respuesta correcta, nos acerca más a una solución.
Sin embargo, el método heurístico de escalamiento no es bueno en otra clase de problemas.
Fijarse submetas: Es otro método heurístico. Se puede dividir un problema en partes más pequeñas y manejables, que son más fáciles de resolver que el problema global. Cuando un problema es muy complejo, afecta a muchas personas o situaciones, es bueno tratar de ir viendo qué aspectos tienen rápida solución.
El planteamiento de estas formas de resolver problemas es más bien un llamado a la reflexión para considerar que tenemos otras alternativas de solución, más allá del simple plagueo o lamentación.
Otros factores para la solución de problemas
Muchos factores, aparte de los que ya mencionamos, influyen en el éxito con que se soluciona un problema:
Motivación o activación emocional
Cuanto más compleja sea la tarea, más bajo será el nivel de emoción que puede tolerarse sin que entorpezca el desempeño. En términos generales, es preciso generar cierto grado de emoción para sentirnos lo suficientemente motivados, a fin de que resolvamos un problema; pero una activación excesiva puede deteriorar la capacidad de encontrar una solución.
La disposición, o sea la tendencia a percibir el problema o abordarlo de ciertas formas, puede facilitar o dificultar la solución del problema.
La disposición determina cuál información podremos recuperar de la memoria en una situación dada.
Por ejemplo, tendemos a tener un mejor desempeño cuando resolvemos un problema por segunda o tercera vez, porque hemos aprendido estrategias más eficaces para escoger las tácticas y porque entendemos mejor.