LA INTEGRACIÓN DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA EDUCACIÓN

El video está umbilicalmente ligado a la televisión y a un contexto de entretenimiento que traslada de forma imperceptible al aula de clase. Video, en la cabeza de los alumnos, significa descanso, y no “clase”, lo que modifica la postura y las expectativas con relación a su uso.

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Necesitamos aprovechar esa expectativa positiva para lograr atraer al alumno para discutir los asuntos que serán tratados dentro de nuestra planificación pedagógica, pero, al mismo tiempo, saber que necesitamos prestar atención para tender nuevos puentes entre el video y las otras dinámicas de clase.

Aun durante el período escolar, los medios de comunicación muestran el mundo de otra forma, más fácil, agradable y compacta, sin precisar hacer esfuerzo. Ellos nos informan sobre el quehacer cotidiano, los sentimientos y novedades. Los medios de comunicación continúan educando como contrapunto a la educación convencional. Educan en cuanto estamos entretenidos.

La educación precisa comprender e incorporar los nuevos tipos de lenguaje, descubrir sus códigos, dominar las posibilidades de expresión y las posibles manipulaciones. Es importante educar para usos democráticos, más progresistas y participativos de las tecnologías, que faciliten la evolución de los individuos. El poder público puede propiciar el acceso de todos los alumnos a las tecnologías de comunicación como una forma paliativa, pero necesaria, de ofrecer mejores oportunidades a la población, y también para contrarrestar el poder de los grupos empresariales y neutralizar las tentativas o proyectos autoritarios.

Si la educación fundamental está a cargo de los padres y de los medios, urgen acciones de apoyo a los padres para que incentiven el aprendizaje de sus hijos desde el comienzo de la vida, a través del estímulo, de las interacciones y del afecto. Cuando el niño llega a la escuela, los procesos fundamentales de aprendizaje ya están desarrollados de forma significativa. Urge también una educación de los medios de comunicación para comprenderlos, criticarlos y utilizarlos de la forma más abarcadora posible.

Antes de pensar en producir programas específicos para los alumnos, conviene retomar, establecer puntos de contacto con los productos culturales que les son familiares. Hacer relectura de los programas, recrear esos mismos programas, reelaborar nuevos contenidos a partir de productos conocidos. Partir de lo que la radio, los periódicos, revistas y televisión muestran a fin de construir nuevos conocimientos y desarrollar habilidades. No perder la dimensión lúdica de la televisión y de los ordenadores.

Primero, se debe valorar lo que es valorado por los jóvenes, posibilitando la construcción del sujeto-aprendiz; después procurar entenderlo desde su punto de vista, creando una identidad esencial para la interacción y la cooperación, de forma que la relación entre educadores y educandos no quede solamente al nivel de papeles, sino que llegue a ser una relación individuo-individuo.

El desarrollo del conocimiento es uno de los aspectos fundamentales de la educación, que debe ser acompañado del desarrollo de habilidades y de actitudes. Habilidades para poder caminar sólo, interpretar los fenómenos, saber expresarse mejor, comunicarse con facilidad, dominar actitudes que ayuden al individuo a tener autoestima e impulso para avanzar, a querer aprender siempre, no aislándose, sino colaborando para llegar a una sociedad más justa.
FUENTE: Diplomado: Aprendizaje Cooperativo en Estilo Salesiano y Nuevas Tecnologías en Educación. Universidad Católica Silva Henríquez – Chile.
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