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El sentido de pertenencia es un sentimiento de vinculación. Se manifiesta por una simpatía y una inclinación recíproca entre los individuos que integran una comunidad. Este sentido de pertenencia se basa en la necesidad social. El ser humano necesita sentir que pertenece a un grupo, sentirse parte de ese grupo: su país, su familia, grupo de trabajo, partido político o club.
Al pertenecer a ese grupo, siente por sus miembros simpatía (u otro sentimiento más fuerte) así, no sólo se desea participar, sino que se compromete a hacerlo, para mejorar el grupo al que pertenece.
Es bueno recordar que el ambiente que rodea a una persona influye en su forma de pensar, sentir y actuar.
Muchas personas no se sienten felices de pertenecer a una sociedad determinada, y por ello no se sienten comprometidas a participar, olvidan que su inacción es un elemento importante que impide el cambio, el progreso en su comunidad.
Participar es: Ser, tener, estar y tomar parte, en todas las cuestiones relevantes que tiene que ver con el bienestar del grupo y la comunidad.
¿Cuál es la importancia de la participación?
Para la comunidad:
» Contribuye a elaborar proyectos desde la perspectiva de los propios jóvenes.
» Implica que los jóvenes participen en forma efectiva con los otros actores en el desarrollo de la comunidad.
» Genera espacios donde los jóvenes y adultos convergen, discuten, negocian, deciden y ejecutan sus estrategias de cambio.
» Estimula la consolidación de grupos que se comprometen con su comunidad y con las necesidades de su gente.
» Promueve la solidaridad y ayuda mutua.
Para los jóvenes:
» Adquiere habilidades para la vida. Desarrolla posturas críticas y éticas frente al mundo y al grupo, a partir de habilidades del pensamiento que permiten aprender e interpretar la realidad.
» Fomenta estilos de vida que permiten el desarrollo saludable de los jóvenes y la satisfacción de sus necesidades.
» Asume un protagonismo en el desarrollo de la comunidad, constituyéndose en agente de cambio.
» Construye una nueva forma de democracia, al crear capacidades para convivir con las otras personas que piensan y sienten diferente.
Cuando un joven se siente parte de una sociedad, se involucra, desea participar. Esto genera proyectos donde lo más importante es la participación social y comunitaria para lograr objetivos comunes, vivenciando valores.
La participación de los jóvenes en el desarrollo de su comunidad, que se basa en el desarrollo de valores, actitudes y práctica que se comparten, puede lograr una mejor calidad de vida, con justicia, equidad. Es decir, un nuevo y mejor país.