La evolución del hombre (I)

¿Cuándo aparecieron los seres humanos sobre la Tierra? Dejando de lado la teoría creacionista basada en Dios como creador de todas las criaturas en la Tierra, los científicos se basan en la evidencia fósil encontrada hasta ahora, y esta demuestra que el homo sapiens, la especie a la cual pertenecemos, existe en la misma forma que la actual sólo desde hace 50.000 años.

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También demuestra que en tiempos primitivos vivieron especies casi humanas del género homo -los homínidos- similares al homo sapiens en muchos aspectos. Sin embargo, el registro fósil no ha demostrado hasta ahora exactamente cómo y cuando evolucionó el homo sapiens actual.


Para comprender mejor la evolución biológica del hombre, es necesario conocer primero que el hombre pertenece al orden de los primates, por lo tanto, junto con el chimpancé, el gorila y el orangután. Las características resaltantes de este orden son las extremidades con gran movilidad, la mano prensil (que puede presionar), con cinco dedos y el pulgar oponible, uñas en lugar de garras, con yemas pulposas sensibles, los ojos en posición frontal y visión estereoscópica.

Presionado por los factores de la selección natural, una especie de primates arborícolas se vio obligada a abandonar los árboles en busca de alimentos, por lo tanto, fue necesaria la adaptación a la carrera y a la posición erecta, sobre todo para escapar de los felinos carnívoros; a consecuencia de esto se dan modificaciones tanto en las extremidades anteriores (brazos y manos) como posteriores (piernas y pies).

1.Los pies pierden su capacidad prensil, pues ya no necesita agarrarse de ramas.

2.Se alargan y fortalecen las extremidades inferiores, asumiendo en exclusiva la función de sostén y desplazamiento.

3.Se alinean los cinco dedos del pie, adaptándose a la carrera.

4.Se forma el arco del pie, fundamental para mantener la posición erguida.

En la pelvis

La marcha bípeda (en dos extremidades) también precisa modificaciones en la zona de inserción del fémur con la cadera. La pelvis sufre un acortamiento y se reduce el ángulo de inserción del fémur en la pelvis. Esto permite al hombre lograr una mejor postura erecta y liberar los brazos (Recordemos que los monos utilizan un brazo para desplazarse).

Mandíbula y dentición

La mandíbula y la dentición presentan grandes diferencias entre los antropomorfos y el hombre. El maxilar inferior no tiene mentón (rasgo exclusivamente humano) y la dentición presenta una mezcla de características simiescas y humanas, con 44 piezas en los primeros y solo 32 en el hombre. El paladar de los antropomorfos es alargado, en el hombre más corto; dientes caninos e incisivos grandes, pero reducidos en el hombre; premolar anterior fuerte y puntiagudo en los monos, pequeño y bicúspide en el hombre.


Cráneo y encéfalo

La forma del cráneo de los primates antropomorfos (monos) y la de los primeros homínidos presenta evidentes diferencias. En los primeros, la bóveda craneal es alargada y plana, el hueso frontal forma una saliente sobre los ojos. Tal vez el más importante cambio sea la migración hacia adelante del foramen mágnum (abertura donde se inserta la columna vertebral en el cráneo). La posición más adelantada de este posibilita que la columna se inserte en un ángulo más recto con respecto al cráneo y la pelvis; gracias a esto el hombre logra una postura erecta perfecta.

La parte anterior del cráneo (hueso frontal) se ubica en una posición más adelantada, esto hace que aumente el encéfalo (cavidad donde se aloja el cerebro), y conduce también a un aumento considerable del ángulo facial, lo cual dará al rostro su configuración actual.

Las modificaciones craneanas que se van dando posibilitan un aumento del volumen del encéfalo, y con esto el aumento de la masa del cerebro. Aunque la capacidad mental de los hombres actuales no puede medirse por el tamaño del cráneo; sin embargo, en ese proceso evolutivo de animal no racional a racional, el aumento del cerebro es fundamental. Esto es debido a que la mayor parte del desarrollo del cerebro se da en el proencéfalo, que en los mamíferos corresponde a la mayor parte del cerebro. Esto permitió, sobre todo, el aumento de las células nerviosas y no solo eso, sino un incremento de las conexiones nerviosas cerebrales, aspecto fundamental en el logro de la inteligencia humana.

Hominización

Se conoce con este nombre al conjunto de cambios biológicos, anatómicos y fisiológicos que, durante millones de años, fueron haciendo evolucionar a los antropomorfos hasta diferenciarse sustancialmente y constituir una especie nueva el hombre. Desde al abandono de la vida arborícola, el bipedismo, el logro de la posición erecta, el aumento del encéfalo, hasta el logro del sostén de armas y utensilios.

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