Lenguaje y estilo no son sinónimos. El lenguaje cuida la corrección y la pureza de las oraciones y de las palabras; procede de la gramática. El estilo, en cambio, comprende las cualidades que hermosean y perfeccionan el lenguaje. El estilo es el ropaje y decorado que embellecen al lenguaje; es hijo de la fantasía y de la belleza favorecida por la retórica.
Es por eso que, un lenguaje lleno de incorrecciones gramaticales, puede ser valioso artísticamente por el estilo. Por el contrario, un lenguaje impecable por su corrección, puede carecer de estilo atrayente y embellecedor; puede resultar un lenguaje sin valor artístico.
ELEMENTOS DEL ESTILO
Espirituales: Surgen del estado anímico del escritor. Cada escritor tiene un modo personal de sentir, de comprender y de obrar, que refleja en su obra como elemento constitutivo de su personalidad. Pueden ser: Tristeza, soledad, alegría, satisfacción, etc.
Materiales: Integrados por el lenguaje, la técnica literaria y por los recursos de que se vale el escritor para realizar la obra literaria. Se refieren al aspecto externo de la palabra, de la locución y del modo de estructurarlos entre sí, lo cual exige equilibrio entre lo que representan y el modo como lo representan.
CUALIDADES DEL ESTILO
Sinceridad: Cualidad muy relacionada con la espontaneidad. Contribuye a revelar la intención del autor.
Claridad: Se logra con la sobriedad, la selección de lo elemental y de lo necesario.
Precisión: Fruto de la claridad. Consiste en no decir más ni menos de lo que se intenta en cada caso.
Originalidad: Es el procedimiento exclusivo de cada escritor para expresar su obra.
Naturalidad: Rechazo de todos los elementos exageradamente artificiosos.
Unidad: Compenetración de toda la obra consigo misma.
RECURSOS ESTILÍSTICOS
Sinonimia: Acumulación de sinónimos para insistir en un concepto. Ej.: La independencia era deseada, esperada, invocada, reclamada.
Epíteto: Adjetivos y frases adjetivas innecesarios que dan esplendor a la creación. Ej.: Verde prado de fresca sombra lleno. Otros ejemplos: Blanca nieve, frío invierno, dura roca, etc.
Paradiástole: Unión de palabras de significados semejantes, pero oponiéndolas. Ej.: ¡Oh mundo perverso, prometedor falso, engañador cierto, amigo fingido, enemigo verdadero, traidor secreto!
Pleonasmo: Insistencia o redundancia con una palabra o varias. Ej.: Hablo con mi propia boca.
Anáfora: Repetición de palabras al principio de frases o versos. Ej.: No soy, no sirvo, no conozco a nadie, / No tengo armas de mar ni de madera, / No vivo en esta casa.
Conversión o epífora: Repetición al final de frases o versos seguidos. Ej.: Siempre esta nostalgia, esta inseparable / nostalgia que todo lo aleja y todo lo cambia. / Dímelo tú, árbol. / Te miro, me miras. Y no eres ya el mismo./ Ni es el mismo viento quien te está azotando. / Dímelo tú, agua.
Complexión: Anáfora y epífora a la vez, repite al principio y al final. Ej.: Mono vestido de seda nunca deja de ser mono.
Concatenación: Comenzar con la última palabra de la frase anterior. Ej.: No hay criatura sin amor, amor sin celos, celos sin engaños, ni engaños sin fundamentos
Polisíndeton o conjunción: Usar muchas veces conjunciones copulativas seguidas. Ej.: Y eran una / y eran una / y eran una sola sombra larga.
Derivación: Combinar en una frase palabras que proceden de una misma raíz. Ej.: Mientras viva el vencido, venciendo está el vencedor.
Adjunción o zeugma: Suprimir el verbo de las frases porque ya se expresa en la primera. Ej.: Sabía cuándo traían agua, cuándo nieve, cuándo rayo y cuándo trueno (traían).
Aliteración: Reunir palabras en que aparezcan las mismas letras. Ej.: Tantas idas y venidas / tantas vueltas y revueltas / quiero amiga que me diga...
Calambur: Unir o desunir sílabas de diversa forma en adivinanzas. Ej.: Oro parece plata no es (plátano).
Onomatopeya: Imitar con palabras sonidos y ruidos. Ej.: El trueno horrendo que, en fragor revienta, y sordo, retumbando, se dilata. Hipérbaton: Invertir el orden gramatical y lógico de las palabras para resaltar algo. Ej.: Azul era la altura y era esmeralda el suelo. (La altura era azul y el suelo era esmeralda).
Hipérbole: Es una exageración creciente, con la intención de trascender la verosimilitud. Ej.: Voluntad de hierro (Persona muy enérgica e inflexible).
Prosopopeya o personificación: Atribuir cualidades propias de seres animados y corpóreos a seres inanimados o abstractos. Ej.: Sólo se oirá la risa blanca de las estrellas persiguiendo a las sombras por todos los caminos.
Símil o comparación: Presenta la relación de semejanza entre dos ideas, para que resulte más comprensible. Ej.: Y todo en la memoria se rompía, tal una pompa de jabón al viento.
Metáfora: Compara dos realidades, sin utilizar nexos, y establece relaciones de semejanza. Ej.: Peinando sus cabellos de oro fino (Cabellos rubios comparados con el color del oro).
Antítesis: Contrapone dos ideas o pensamientos. Ej.: Fue la noche de Santiago / Y casi por compromiso. / Se apagaron los faroles / Y se encendieron los grillos.
Paradoja: Armoniza ideas contrarias en un solo pensamiento. Ej.: A la inmensa minoría.
Estas son los principales recursos de que se vale la estilística, pero existen muchos otros que dejan el sello personal del escritor en sus creaciones. Todos los recursos tienen su valor, depende del modo ingenioso de emplearlos.
Es por eso que, un lenguaje lleno de incorrecciones gramaticales, puede ser valioso artísticamente por el estilo. Por el contrario, un lenguaje impecable por su corrección, puede carecer de estilo atrayente y embellecedor; puede resultar un lenguaje sin valor artístico.
ELEMENTOS DEL ESTILO
Espirituales: Surgen del estado anímico del escritor. Cada escritor tiene un modo personal de sentir, de comprender y de obrar, que refleja en su obra como elemento constitutivo de su personalidad. Pueden ser: Tristeza, soledad, alegría, satisfacción, etc.
Materiales: Integrados por el lenguaje, la técnica literaria y por los recursos de que se vale el escritor para realizar la obra literaria. Se refieren al aspecto externo de la palabra, de la locución y del modo de estructurarlos entre sí, lo cual exige equilibrio entre lo que representan y el modo como lo representan.
CUALIDADES DEL ESTILO
Sinceridad: Cualidad muy relacionada con la espontaneidad. Contribuye a revelar la intención del autor.
Claridad: Se logra con la sobriedad, la selección de lo elemental y de lo necesario.
Precisión: Fruto de la claridad. Consiste en no decir más ni menos de lo que se intenta en cada caso.
Originalidad: Es el procedimiento exclusivo de cada escritor para expresar su obra.
Naturalidad: Rechazo de todos los elementos exageradamente artificiosos.
Unidad: Compenetración de toda la obra consigo misma.
RECURSOS ESTILÍSTICOS
Sinonimia: Acumulación de sinónimos para insistir en un concepto. Ej.: La independencia era deseada, esperada, invocada, reclamada.
Epíteto: Adjetivos y frases adjetivas innecesarios que dan esplendor a la creación. Ej.: Verde prado de fresca sombra lleno. Otros ejemplos: Blanca nieve, frío invierno, dura roca, etc.
Paradiástole: Unión de palabras de significados semejantes, pero oponiéndolas. Ej.: ¡Oh mundo perverso, prometedor falso, engañador cierto, amigo fingido, enemigo verdadero, traidor secreto!
Pleonasmo: Insistencia o redundancia con una palabra o varias. Ej.: Hablo con mi propia boca.
Anáfora: Repetición de palabras al principio de frases o versos. Ej.: No soy, no sirvo, no conozco a nadie, / No tengo armas de mar ni de madera, / No vivo en esta casa.
Conversión o epífora: Repetición al final de frases o versos seguidos. Ej.: Siempre esta nostalgia, esta inseparable / nostalgia que todo lo aleja y todo lo cambia. / Dímelo tú, árbol. / Te miro, me miras. Y no eres ya el mismo./ Ni es el mismo viento quien te está azotando. / Dímelo tú, agua.
Complexión: Anáfora y epífora a la vez, repite al principio y al final. Ej.: Mono vestido de seda nunca deja de ser mono.
Concatenación: Comenzar con la última palabra de la frase anterior. Ej.: No hay criatura sin amor, amor sin celos, celos sin engaños, ni engaños sin fundamentos
Polisíndeton o conjunción: Usar muchas veces conjunciones copulativas seguidas. Ej.: Y eran una / y eran una / y eran una sola sombra larga.
Derivación: Combinar en una frase palabras que proceden de una misma raíz. Ej.: Mientras viva el vencido, venciendo está el vencedor.
Adjunción o zeugma: Suprimir el verbo de las frases porque ya se expresa en la primera. Ej.: Sabía cuándo traían agua, cuándo nieve, cuándo rayo y cuándo trueno (traían).
Aliteración: Reunir palabras en que aparezcan las mismas letras. Ej.: Tantas idas y venidas / tantas vueltas y revueltas / quiero amiga que me diga...
Calambur: Unir o desunir sílabas de diversa forma en adivinanzas. Ej.: Oro parece plata no es (plátano).
Onomatopeya: Imitar con palabras sonidos y ruidos. Ej.: El trueno horrendo que, en fragor revienta, y sordo, retumbando, se dilata. Hipérbaton: Invertir el orden gramatical y lógico de las palabras para resaltar algo. Ej.: Azul era la altura y era esmeralda el suelo. (La altura era azul y el suelo era esmeralda).
Hipérbole: Es una exageración creciente, con la intención de trascender la verosimilitud. Ej.: Voluntad de hierro (Persona muy enérgica e inflexible).
Prosopopeya o personificación: Atribuir cualidades propias de seres animados y corpóreos a seres inanimados o abstractos. Ej.: Sólo se oirá la risa blanca de las estrellas persiguiendo a las sombras por todos los caminos.
Símil o comparación: Presenta la relación de semejanza entre dos ideas, para que resulte más comprensible. Ej.: Y todo en la memoria se rompía, tal una pompa de jabón al viento.
Metáfora: Compara dos realidades, sin utilizar nexos, y establece relaciones de semejanza. Ej.: Peinando sus cabellos de oro fino (Cabellos rubios comparados con el color del oro).
Antítesis: Contrapone dos ideas o pensamientos. Ej.: Fue la noche de Santiago / Y casi por compromiso. / Se apagaron los faroles / Y se encendieron los grillos.
Paradoja: Armoniza ideas contrarias en un solo pensamiento. Ej.: A la inmensa minoría.
Estas son los principales recursos de que se vale la estilística, pero existen muchos otros que dejan el sello personal del escritor en sus creaciones. Todos los recursos tienen su valor, depende del modo ingenioso de emplearlos.