Una cajita de pana fucsia con bombones de chocolate, traídos desde Buenos Aires, fue el souvenir que se entregaba a cada uno de los invitados, que incluía 360 mensajes bíblicos seleccionados para cada día, de la Iglesia Raíces de los Hermanos Menonitas.
La decoración fue una creación de Carlos González, dispuesto como un lounge moderno con puffs, livings y mesas cuadradas en tonos violeta obispo, fucsia y rosado. El menú para mayores fue bufé de pastas con camarones, carnes, arroz a la griega y pato a la naranja. Los más jóvenes degustaron pizzetas, papas fritas, lomitos, cócteles de frutas y helados Nestlé. Nuria DOliveira preparó el postre, canastilla de hojaldre con helados y coulis de naranja y chocolate de vainilla, y la torta de cumpleaños. Una inmensa mesa de chocolates de la cual se desprendía una estructura de metal, cubierta de piedras, mostacillas, canutillos y rosas, formó parte del evento. Según trascendió, la fiesta costó más de 50 millones de guaraníes.