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Con la caída de la capital de la República en poder de las fuerzas aliadas se instaló un gobierno provisorio, que trabajó con gran diligencia en la adopción de las urgentes medidas que demandaban los males y las necesidades ocasionadas por la guerra, y requería la colosal empresa de la reconstrucción nacional.
Lo relativo a la educación pública mereció preferencial atención, ya que los hombres que asumieron el timón de la dirección política del país estaban persuadidos de la virtud regeneradora de la educación, a juzgar por las opiniones y los conceptos expresados en publicaciones periodísticas como en actos y documentos públicos de entonces.
Se crea el cargo de Inspector General de Escuelas en la persona de Jaime Sosa Escalada, y el 7 de noviembre de 1869, bajo la dirección de la ilustrada educacionista paraguaya Srta. Asunción Escalada se funda la Escuela Central de Niñas, cuya misión sería la de enseñar los rudimentos de las letras y de las ciencias, y la de promover la formación de la nueva mentalidad cívica del pueblo, con miras a convertirla en el protagonista de su propio gobierno.
Quedando reconocido de hecho el derecho de la mujer a la educación común. Conjuntamente y bajo la dirección de don Francisco Valetti, el gobierno provisorio funda la Escuela Municipal de ambos sexos de la 2ª Sección, en la calle Oliva y 14 de Mayo.
El plan de estudios de la nueva escuela comprendía, para varones: castellano, aritmética, lectura, lecciones elementales de historia natural, de geografía, de moral; para niñas: castellano, aritmética, lectura, escritura, moral, costura y labores.
Un plan de estudios en el que no se tuvieron en cuenta las condiciones socioculturales del medio y la edad mental del niño. Se fundaron escuelas de varones en las localidades de San Lorenzo, Carepeguá, Lambaré, San Pedro y Villeta.
Con fecha 7 de marzo de 1870, el gobierno provisorio bajo la firma del triunviro Cirilo Antonio Rivarola expidió el importante decreto de reorganización de las escuelas de instrucción primaria.
Con fecha 1° de abril de 1870, la Dirección General de Escuelas dio a publicidad un aviso invitando a los padres de familia a inscribir a sus hijos en el Colegio Municipal, situado en la calle 25 de Diciembre N° 5 y cuya dirección corre a cargo del profesor D. Alejandro Victenghoff.
Correspondió también al gobierno provisorio, y particularmente al señor Jaime Sosa, la fundación de la Biblioteca Municipal de la capital, contando al efecto, con la colaboración de los señores: Francisco Guanes, Segundo Decoud, Juan J. Decoud y Adolfo Decoud.
Con la creación del cargo de Inspector General de Escuelas, el establecimiento de las primeras escuelas municipales de la capital y de algunos pueblos, la promulgación del decreto de la reorganización del régimen de la instrucción primaria de toda la república, se cerró la actuación del gobierno provisorio, en materia de educación.
El 25 de noviembre de 1870 se procedió al solemne juramento de la nueva Constitución Nacional, sancionada por la Convención Nacional Constituyente. La cual tuvo el efecto de una alteración radical del ordenamiento jurídico-político de la nación.
La política educacional instituida en su virtud varió, asimismo, en forma radical el principio, la orientación y los fines de la educación pública.
Lo relativo a la educación pública mereció preferencial atención, ya que los hombres que asumieron el timón de la dirección política del país estaban persuadidos de la virtud regeneradora de la educación, a juzgar por las opiniones y los conceptos expresados en publicaciones periodísticas como en actos y documentos públicos de entonces.
Se crea el cargo de Inspector General de Escuelas en la persona de Jaime Sosa Escalada, y el 7 de noviembre de 1869, bajo la dirección de la ilustrada educacionista paraguaya Srta. Asunción Escalada se funda la Escuela Central de Niñas, cuya misión sería la de enseñar los rudimentos de las letras y de las ciencias, y la de promover la formación de la nueva mentalidad cívica del pueblo, con miras a convertirla en el protagonista de su propio gobierno.
Quedando reconocido de hecho el derecho de la mujer a la educación común. Conjuntamente y bajo la dirección de don Francisco Valetti, el gobierno provisorio funda la Escuela Municipal de ambos sexos de la 2ª Sección, en la calle Oliva y 14 de Mayo.
El plan de estudios de la nueva escuela comprendía, para varones: castellano, aritmética, lectura, lecciones elementales de historia natural, de geografía, de moral; para niñas: castellano, aritmética, lectura, escritura, moral, costura y labores.
Un plan de estudios en el que no se tuvieron en cuenta las condiciones socioculturales del medio y la edad mental del niño. Se fundaron escuelas de varones en las localidades de San Lorenzo, Carepeguá, Lambaré, San Pedro y Villeta.
Con fecha 7 de marzo de 1870, el gobierno provisorio bajo la firma del triunviro Cirilo Antonio Rivarola expidió el importante decreto de reorganización de las escuelas de instrucción primaria.
Con fecha 1° de abril de 1870, la Dirección General de Escuelas dio a publicidad un aviso invitando a los padres de familia a inscribir a sus hijos en el Colegio Municipal, situado en la calle 25 de Diciembre N° 5 y cuya dirección corre a cargo del profesor D. Alejandro Victenghoff.
Correspondió también al gobierno provisorio, y particularmente al señor Jaime Sosa, la fundación de la Biblioteca Municipal de la capital, contando al efecto, con la colaboración de los señores: Francisco Guanes, Segundo Decoud, Juan J. Decoud y Adolfo Decoud.
Con la creación del cargo de Inspector General de Escuelas, el establecimiento de las primeras escuelas municipales de la capital y de algunos pueblos, la promulgación del decreto de la reorganización del régimen de la instrucción primaria de toda la república, se cerró la actuación del gobierno provisorio, en materia de educación.
El 25 de noviembre de 1870 se procedió al solemne juramento de la nueva Constitución Nacional, sancionada por la Convención Nacional Constituyente. La cual tuvo el efecto de una alteración radical del ordenamiento jurídico-político de la nación.
La política educacional instituida en su virtud varió, asimismo, en forma radical el principio, la orientación y los fines de la educación pública.