La concepción de Cardozo de la escuela activa

En la concepción de la escuela activa de Cardozo confluyen una filosofía acerca de la educación y del niño, conocimiento de la psicología evolutiva, y percepciones sociológicas de la educación.

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Desde el punto de vista filosófico, Cardozo postula una nueva pedagogía, a partir de una reelaboración del concepto del niño, objeto principal del interés pedagógico. Considera al niño como niño. Detrás de esta interpretación hay toda una toma de posición frente al problema del niño; lo considera en su dimensión evolutiva, en su proceso de formación y, en consecuencia, afirma que no puede tener las obligaciones del adulto.

Para Cardozo, el niño no será visto como un ser que en el acto educativo solamente esté destinado a cumplir deberes, sino será tratado como un ser que tiene derechos: el derecho de formarse, el derecho de ser orientado, el derecho de ser interpretado conforme con las peculiaridades psicológicas de la etapa evolutiva en que se encuentra el niño; es considerado como un ser extremadamente sensible, no endurecido aún por las difíciles experiencias de la vida.

Por otra parte, afirma que éste es una potencialidad activa, una posibilidad que precisa ser desarrollada conforme con las necesidades y los fines sociales. Así, Cardozo hacía esta doble pregunta: ¿Qué es el niño (esencia) y qué conviene que sea? (potencialidad que debe orientarse) El niño como ente biológico está provisto de “energías inmanentes” para su desenvolvimiento físico y mental, pero sujeto a la influencia de agentes externos. En consecuencia, no se trata solamente de una esencia pura, abstracta y absoluta, como lo interpretaba la pedagogía tradicional, sino como un sujeto personal capaz de ser formado, lo que debe ser tenido en cuenta por el maestro.

Como posibilidad, el niño es, entonces, un ser libre. Cardozo considera al proceso de formación como un proceso que solamente puede ocurrir y tener sentido en la libertad. “El niño necesita libertad para hacer su trayectoria con sus propias fuerzas y a la medida de ellas”. La libertad es en el niño la actividad espontánea, expresada en el juego y en la imaginación infantil. Las ansias de libertad del niño se manifiestan en sus “ansias de actividad”. “Sólo el niño enfermo se encuentra quieto”, decía Cardozo.

La significación que para Cardozo tiene el maestro. “El educador no es una persona solamente dotada de conocimientos que tiene la sola función de transmitir estos conocimientos y de imponer una disciplina. El maestro debe ser algo más que un comunicador, debe tener el poder de intuición y auscultación para penetrar el alma infantil”. Y añade: “Toda la actividad del educador debe estar concentrada en la comprensión del niño”. Sobre esta base, el educador debe ser formado, o sea, adiestrado para aprehender el psiquismo infantil y encontrar las vías del estímulo al desarrollo del niño y los modos de organización de la acción pedagógica; en este sentido, el maestro al conseguir la realización del niño, consigue la realización del ideal nacional y humano.

De este modo se obtendrá, decía Cardozo, “la clase de educadores que requiere la escuela activa”. Expresaba así su preocupación por la formación docente, entendiendo que solamente el maestro era el único agente capaz de producir las vastas innovaciones reclamadas por la escuela activa. “¿Qué valen los decretos de reforma, qué los planes, qué los programas, qué las instituciones sin el maestro?” Es inútil pretender innovar la escuela sin contar con el personal, sin renovar espiritualmente al maestro que debe realizarlo.

La escuela activa de Cardozo estaba pensada dentro de las características de nuestra sociedad y de las necesidades por ella planteadas. Así introdujo en la reforma educacional, la enseñanza de las actividades agrícolas y manuales, entendiendo que la agricultura era la base de la actividad económica nacional, y que la educación formal debía preparar al niño para integrarlo en las actividades fundamentales de la sociedad. La enseñanza de la agricultura tenía por objeto “explotar los intereses del niño en su propio provecho, haciendo que las actividades libres sean realizadas con alegría por estar de acuerdo con su naturaleza”. El mismo sentido de una sociología educacional tenía la enseñanza de manualidades, la educación alimentaria y la higiene. Estas innovaciones fueron las bases de las escuelas experimentales, que eran la proyección social de la nueva pedagogía, la interconexión de la escuela con su medio social, en función de sus necesidades.

Cardozo, parafraseando a Arquímedes, decía: ”Danos buenos maestros y con el apoyo del tiempo haremos milagros”.

Fuente de consulta: El pensamiento y la acción educativa de Ramón Indalecio Cardozo.
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