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En la búsqueda de alimentos económicos, ricos en proteínas y bajos en grasa, sin duda el pollo ocupa un lugar destacado. Además de ser saludable, el pollo es altamente nutritivo: una porción de 100 g de pechuga sin piel contiene apenas 110 kcal y 23 g de proteínas, con lo que
se satisface el 46% de las diarias de ese nutriente. A diferencia de otras carnes, la de pollo posee muy poca grasa intramuscular, en
su mayor parte localizada debajo de la piel. Por eso, la mayoría aprendió a retirar la piel del pollo, generalmente después de prepararlo, ya
que la carne queda más tierna y sabrosa si se asa o fríe junto con la piel. Los principales componentes de la carne de pollo son agua (70-75%), proteínas (20-22%) y grasas (3-10%), cuyas proporciones pueden variar dependiendo de la zona anatómica analizada.
No todas las partes del pollo tienen la misma proporción de grasa saturada, señalada como la gran causante de los problemas cardíacos. El menor contenido corresponde a las pechugas (sin piel), con menos del 1% en peso, mientras que en las patas la cantidad es una vez y media, en las alas el doble, en los muslos el triple, y en el hígado y el riñón llega a quintuplicar el contenido en grasas. Respecto al colesterol, también el menor contenido corresponde a la pechuga, seguido del muslo, pudiendo alcanzar el hígado hasta 9 veces más contenido de colesterol que la pechuga. El pollo aporta menos grasas que la carne vacuna, pero contiene casi la misma proporción de hierro, zinc y vitaminas del grupo B.
1 porción promedio de 100 g de carne de pollo aporta 125 kcal, 65 mg de colesterol y 5 g totales de grasa. Además de 20 g de proteínas, 1,5 mg de hierro, y 3 mg de zinc. La parte más magra del pollo es la pechuga, pero siempre se recomienda consumir todos los cortes sin piel, ya
que esta aporta 90 calorías de más.
Algunos consejos:
No comprar pollos enteros mayores a 2 kilos, ya que a mayor peso, más contenido graso del animal, lo que puede significar que
el crecimiento ha sido intensivo y desarrollado con excesos de hormonas y no sólo cereales en su alimentación.
Conserve el pollo congelado a -18 ªC, en el freezer, hasta 6 meses. O en el congelador entre -4 y -6 ªC, por una semana como máximo.
Descongele el pollo congelado en la heladera, sobre una rejilla dentro de una bandeja que reciba los jugos que desprenda. Colóquelo en el estante más bajo, lejos de otros alimentos. El pollo demorará 24 horas para descongelarse.
Por motivos de sanidad, NO descongele el pollo a temperatura ambiente ni en agua. NO VUELVA A CONGELARLO. Cocínelo dentro de las
24 horas de haberlo descongelado.
Después de descongelarlo, enjuáguelo bien en agua fría. Déjelo escurrir.
Si se descongela por casualidad, cocínelo de inmediato.
Cocine por completo el pollo; no lo cocine parcialmente un día y termine de cocinarlo al día siguiente.
Después de cocinarlo, retire la carne de los huesos y guarde el pollo que sobre en un recipiente con tapa en la heladera. Úselo en 2 días como máximo. Todo se aprovecha El cuello sin piel se utiliza para hacer caldos. La carcasa del pollo, que son los huesos, costillas y columna,
también para caldos. Los cuartos delanteros son las pechugas y las alitas. Podemos sacar las medias pechugas, también llamadas supremas, y destinarlas para hacer filetes, trocearlas o picarlas. Las alitas separadas se pueden freír o usar en arroces, asadas, etcétera. De los cuartos traseros obtenemos los muslos y contramuslos. Se utilizan para asar, freír, salteados, en arroces, etcétera.
se satisface el 46% de las diarias de ese nutriente. A diferencia de otras carnes, la de pollo posee muy poca grasa intramuscular, en
su mayor parte localizada debajo de la piel. Por eso, la mayoría aprendió a retirar la piel del pollo, generalmente después de prepararlo, ya
que la carne queda más tierna y sabrosa si se asa o fríe junto con la piel. Los principales componentes de la carne de pollo son agua (70-75%), proteínas (20-22%) y grasas (3-10%), cuyas proporciones pueden variar dependiendo de la zona anatómica analizada.
No todas las partes del pollo tienen la misma proporción de grasa saturada, señalada como la gran causante de los problemas cardíacos. El menor contenido corresponde a las pechugas (sin piel), con menos del 1% en peso, mientras que en las patas la cantidad es una vez y media, en las alas el doble, en los muslos el triple, y en el hígado y el riñón llega a quintuplicar el contenido en grasas. Respecto al colesterol, también el menor contenido corresponde a la pechuga, seguido del muslo, pudiendo alcanzar el hígado hasta 9 veces más contenido de colesterol que la pechuga. El pollo aporta menos grasas que la carne vacuna, pero contiene casi la misma proporción de hierro, zinc y vitaminas del grupo B.
1 porción promedio de 100 g de carne de pollo aporta 125 kcal, 65 mg de colesterol y 5 g totales de grasa. Además de 20 g de proteínas, 1,5 mg de hierro, y 3 mg de zinc. La parte más magra del pollo es la pechuga, pero siempre se recomienda consumir todos los cortes sin piel, ya
que esta aporta 90 calorías de más.
Algunos consejos:
No comprar pollos enteros mayores a 2 kilos, ya que a mayor peso, más contenido graso del animal, lo que puede significar que
el crecimiento ha sido intensivo y desarrollado con excesos de hormonas y no sólo cereales en su alimentación.
Conserve el pollo congelado a -18 ªC, en el freezer, hasta 6 meses. O en el congelador entre -4 y -6 ªC, por una semana como máximo.
Descongele el pollo congelado en la heladera, sobre una rejilla dentro de una bandeja que reciba los jugos que desprenda. Colóquelo en el estante más bajo, lejos de otros alimentos. El pollo demorará 24 horas para descongelarse.
Por motivos de sanidad, NO descongele el pollo a temperatura ambiente ni en agua. NO VUELVA A CONGELARLO. Cocínelo dentro de las
24 horas de haberlo descongelado.
Después de descongelarlo, enjuáguelo bien en agua fría. Déjelo escurrir.
Si se descongela por casualidad, cocínelo de inmediato.
Cocine por completo el pollo; no lo cocine parcialmente un día y termine de cocinarlo al día siguiente.
Después de cocinarlo, retire la carne de los huesos y guarde el pollo que sobre en un recipiente con tapa en la heladera. Úselo en 2 días como máximo. Todo se aprovecha El cuello sin piel se utiliza para hacer caldos. La carcasa del pollo, que son los huesos, costillas y columna,
también para caldos. Los cuartos delanteros son las pechugas y las alitas. Podemos sacar las medias pechugas, también llamadas supremas, y destinarlas para hacer filetes, trocearlas o picarlas. Las alitas separadas se pueden freír o usar en arroces, asadas, etcétera. De los cuartos traseros obtenemos los muslos y contramuslos. Se utilizan para asar, freír, salteados, en arroces, etcétera.