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Educar desde la animación supone entender que el verdadero cambio brota del interior de la persona, según ella se oriente en libertad hacia un proyecto de vida. El educador puede incidir en el ambiente, proponer un modelo de vida y un cuadro de valores, pero es el joven, sujeto y protagonista de su desarrollo, quien ha de interiorizarlo. El estilo y el método de la animación lo hacen posible.
La opción por la animación
La animación, pues, no se reduce a una técnica, a una metodología, a una actividad o a un momento determinado, sino que es una mentalidad con la que actúa el educador (PASTORAL JUVENIL 1985,41).
Esa mentalidad se fundamenta en:
Una antropología , una manera de entender a la persona, sus dinamismos y procesos, en los que entra en juego su maduración. Gracias a sus recursos interiores, la persona es capaz de hacerse cargo de los procesos que la afectan.
Un método ,que sabe escoger los recursos y los momentos educativos, y que los organiza de modo que tiendan a liberar y promocionar, y no a restringir y controlar.
Un estilo de caminar con los jóvenes, de sugerir, de ayudar a crecer y de saber captar los estímulos que de ellos proceden, y descubrir sus posibilidades reales y sus aspiraciones.
Un objetivo y finalidad última de devolver a cada persona la alegría de vivir plenamente, y el valor de esperar y
proyectar con ilusión y creatividad.
Una función, que asume el rostro concreto de una persona, el animador, que acompaña y discierne la validez del proceso formativo.
Una estrategia educativa unitaria, que prefiere la calidad de las actuaciones educativas a la cantidad, y ordena, por tanto, los tiempos, lugares y agentes diversos, en torno a procesos convergentes y unificados.
Revientaglobos
Cada participante tendrá un globo atado a la cintura con un pedazo de hilo, de tal forma que cuelgue en la parte trasera del jugador. Cada jugador, a la vez, tendrá un reventador hecho de papel de diario enrollado pegado con cinta adhesiva.
El objetivo es reventar los globos de los otros jugadores, pegándoles con su reventador de globos mientras protege el suyo moviéndose lo más rápido posible. Una vez reventado el globo de un jugador, éste queda fuera del juego. El último jugador que queda en el juego, gana. Delimitar el terreno de juego.
Zoológico
Materiales: papel, cinta de tela
Objetivo: formación de grupos.
Entregue a cada participante un pedazo de papel con el nombre escrito de un animal (cerdo, pollo, caballo, pato, vaca, perro, etc.). Se sentará y mantendrá en secreto el sonido del animal que tendrá que realizar; con una cinta de tela se cubrirán los ojos, cuando el animador dé la señal, se pararán inmediatamente y harán el sonido de sus animales designados. Tan pronto como encuentren a alguien que esté haciendo el mismo sonido, se enganchan de brazos y tratan de hallar a los demás compañeros. El equipo más unido gana.
La opción por la animación
La animación, pues, no se reduce a una técnica, a una metodología, a una actividad o a un momento determinado, sino que es una mentalidad con la que actúa el educador (PASTORAL JUVENIL 1985,41).
Esa mentalidad se fundamenta en:
proyectar con ilusión y creatividad.
Revientaglobos
Cada participante tendrá un globo atado a la cintura con un pedazo de hilo, de tal forma que cuelgue en la parte trasera del jugador. Cada jugador, a la vez, tendrá un reventador hecho de papel de diario enrollado pegado con cinta adhesiva.
El objetivo es reventar los globos de los otros jugadores, pegándoles con su reventador de globos mientras protege el suyo moviéndose lo más rápido posible. Una vez reventado el globo de un jugador, éste queda fuera del juego. El último jugador que queda en el juego, gana. Delimitar el terreno de juego.
Zoológico
Materiales: papel, cinta de tela
Objetivo: formación de grupos.
Entregue a cada participante un pedazo de papel con el nombre escrito de un animal (cerdo, pollo, caballo, pato, vaca, perro, etc.). Se sentará y mantendrá en secreto el sonido del animal que tendrá que realizar; con una cinta de tela se cubrirán los ojos, cuando el animador dé la señal, se pararán inmediatamente y harán el sonido de sus animales designados. Tan pronto como encuentren a alguien que esté haciendo el mismo sonido, se enganchan de brazos y tratan de hallar a los demás compañeros. El equipo más unido gana.