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La introducción de máquinas agrícolas ha sustituido con ventajas la fuerza humana, permitiendo así reducir los tiempos y la mano de obra necesaria. Según la función que realizan las máquinas agrícolas se dividen en cuatro tipos: unidades motrices, maquinaria para preparar el terreno, sembradoras y cosechadoras.
Las unidades motrices arrastran otras máquinas y les suministran energía. Son los tractores agrícolas.
La maquinaria para preparar el terreno abre la tierra y la allana. Es el caso del arado múltiple.
Las sembradoras esparcen semillas y las recubren de tierra. Van provistas de unos depósitos contenedores de las semillas.
Las cosechadoras siegan, trillan y recolectan.
Taller
- Elegimos la fuente de información donde podamos hallar los datos.
- Localizamos la parte de la fuente en que podamos encontrarlos.
- Seleccionamos la información específica.
Buscamos dibujos y fotografías que figuran a continuación, luego pegamos los dibujos o fotografías en cuadros prediseñados.
- Arado romano del cincel
- Azada
- Hoz
- Guadaña
- Horca
- Trilladora
- Tractor
Para arar una hectárea, un arado de una sola reja, tirado por un caballo, emplea 13 horas 45 minutos. Ese mismo trabajo lo realiza un arado múltiple de ocho rejas, tirado por un potente tractor, en solo 45 minutos.
Selección y protección de los cultivos
De las numerosas especies vegetales conocidas, sólo unas cuantas se utilizan en agricultura. Esta selección de plantas útiles se ha dado gracias a la experiencia práctica de los agricultores en busca de aquellas especies que destacaban por su mayor vigor, producción, resistencia a las enfermedades y adaptación al entorno. La mejora de las cosechas puede conseguirse utilizando diversas técnicas. Tradicionalmente se ha empleado el cruzamiento de distintas variedades mediante injerto o polinización artificial. En la actualidad se utilizan las técnicas que facilitan la ingeniería genética.
En zonas donde se cultivan superficies extensas con una sola especie vegetal, se rompe el equilibrio que existe en todo el sistema natural. Así, los cultivos son atacados por otras especies vegetales y animales: las malas hierbas y los parásitos.
Para evitar que se arruinen las cosechas, se utilizan herbicidas e insecticidas que combatan las malas hierbas y los parásitos. Estos productos químicos son nocivos para los animales y las personas.