La sentencia reconoció a Christine Timbrell -nacida Christopher- el derecho a ser legalmente considerada como mujer y por lo tanto recibir su jubilación a partir de los 60 años, en lugar de los 65, como debería hacer si fuera un hombre.

   Christine, de 68 años, era en su vida anterior Christopher Timbrell, casado y con dos hijos. A los 59 años, tras sentirse mujer toda la vida, decidió operarse para cambiar de sexo.

   Sin embargo, no se divorció de Joy, su esposa, que al parecer acepta sin problemas la nueva condición de su marido. Los dos son muy religiosos y decidieron permanecer juntos por el afecto que sienten uno por otro.

    "Hablamos la cuestión con nuestro párroco -dijo Christine al Times-, sería hipócrita anular un matrimonio que no queremos que termine".

    Precisamente era el matrimonio el obstáculo para el reconocimiento oficial de Christopher como Christine: estando casado, el hombre no podía ser reconocido legalmente como mujer, según una precedente decisión de la Corte ahora modificada en la instancia de apelación.