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El señor Nelson Viera, importante apicultor de la colonia Hohenau, nos confirmó la pérdida de unas 300 colmenas suyas y las de otros apicultores de la zona.La causa de este verdadero desastre ecológico sería la aplicación indiscriminada de poderosos venenos de acción sistémica usados como herbicidas o insecticidas con gran poder residual en la agricultura y sin ningún control de parte de los técnicos que debieran de cuidar de nuestro ya muy maltratado ambiente.
La pérdida de nuestra entomofauna es algo criminal por la pérdida de los polinizadores de diversos cultivos productores de alimentos naturales (ecológicos). He leído en Internet, sobre la pérdida de colonias de abejas en una región de China cuyo principal rubro es la producción de manzanas, ante lo cual ahora deben polinizar manualmente las flores, ya que no cuentan con las abejas que realizaban el trabajo gratuitamente.
El uso de agroquímicos, sin respetar las reglamentaciones vigentes respecto a su aplicación, en muchas partes del mundo está causando un mal llamado "colapso de colonias de abejas", que consiste en la desaparición de miles de colonias con la consecuente pérdida de la producción fruti-hortícola. Hoy a los infractores se les castiga con hasta diez años de cárcel.
En nuestro país, aún no escuché de alguien que fuera preso, o multado por distribuir venenos. Tengamos en cuenta que el daño no concluiría ni aun así, pero sí podemos afirmar que allí comienza el desastre.
Los insectos envenenados son comidos por aves insectívoras; éstas luego mueren y son comidas por otros animales, y así como en un terrible círculo de muerte van desapareciendo aves, animales carroñeros, peces de los arroyos cercanos por la contaminación de sus aguas, como el arroyo Capiibary en el sector de Hohenau 3 y Jesús.
Además del enorme perjuicio económico causado a los apicultores, existe la real posibilidad de que la miel cosechada en la zona se encuentre contaminada con vestigios de agrotóxicos, cuya consecuencia sería irreparable para la salud de quienes consuman esa miel.
Esperamos que los Ministerios de Agricultura y Ganadería, Secretaria del Ambiente y otras entidades encargadas del cuidado y respeto a nuestro ecosistema tomen debida nota sobre este problema y castiguen ejemplarmente a los responsables de estos verdaderos delitos ambientales.
(*) Especialista en
producción apícola.
La pérdida de nuestra entomofauna es algo criminal por la pérdida de los polinizadores de diversos cultivos productores de alimentos naturales (ecológicos). He leído en Internet, sobre la pérdida de colonias de abejas en una región de China cuyo principal rubro es la producción de manzanas, ante lo cual ahora deben polinizar manualmente las flores, ya que no cuentan con las abejas que realizaban el trabajo gratuitamente.
El uso de agroquímicos, sin respetar las reglamentaciones vigentes respecto a su aplicación, en muchas partes del mundo está causando un mal llamado "colapso de colonias de abejas", que consiste en la desaparición de miles de colonias con la consecuente pérdida de la producción fruti-hortícola. Hoy a los infractores se les castiga con hasta diez años de cárcel.
En nuestro país, aún no escuché de alguien que fuera preso, o multado por distribuir venenos. Tengamos en cuenta que el daño no concluiría ni aun así, pero sí podemos afirmar que allí comienza el desastre.
Los insectos envenenados son comidos por aves insectívoras; éstas luego mueren y son comidas por otros animales, y así como en un terrible círculo de muerte van desapareciendo aves, animales carroñeros, peces de los arroyos cercanos por la contaminación de sus aguas, como el arroyo Capiibary en el sector de Hohenau 3 y Jesús.
Además del enorme perjuicio económico causado a los apicultores, existe la real posibilidad de que la miel cosechada en la zona se encuentre contaminada con vestigios de agrotóxicos, cuya consecuencia sería irreparable para la salud de quienes consuman esa miel.
Esperamos que los Ministerios de Agricultura y Ganadería, Secretaria del Ambiente y otras entidades encargadas del cuidado y respeto a nuestro ecosistema tomen debida nota sobre este problema y castiguen ejemplarmente a los responsables de estos verdaderos delitos ambientales.
(*) Especialista en
producción apícola.