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No hay duda de que, históricamente, hubo otros pueblos que con anterioridad al desarrollo de la civilización en la antigua Grecia, alcanzaron elevados niveles de perfeccionamiento en muchos aspectos de lo que puede considerarse parte de la civilización; sea en el dominio de ciertas técnicas de utilidad práctica, en el conocimiento del lenguaje escrito o de los conceptos astronómicos aplicables a la vida, en estructuras y dispositivos militares, en capacidades de construir ciudades y en los sistemas e instituciones políticas para regir la vida de su sociedades, en las manifestaciones del arte, en la estructuración de una concepción religiosa y en varios otros.
Sin embargo, pese a lo extenso del periodo histórico que precediera al auge de la civilización griega antigua, ninguna de esas civilizaciones produjo un fenómeno cultural e intelectual equiparable o similar al desarrollo del pensamiento filosófico que tuvo lugar en aquella.
UN ENFOQUE RACIONAL
La tesitura que algunos sustentan, de que la filosofía griega tenga en definitiva un origen oriental, no resulta convincente. No existen indicadores de que los griegos hayan utilizado, o siquiera conocido, escritos orientales antiguos o sus traducciones. Tampoco hay en la obra de los filósofos e historiadores griegos antiguos ninguna referencia a antecedentes orientales de su obra. Especialmente, las ideas y los temas tratados por la filosofía griega, en su enfoque racional, aun cuando pudieron estar presentes en otras culturas anteriores, estas los trataban en el plano puramente religioso y espiritual; mientras que los griegos los abordaron con un enfoque rigurosamente lógico.
UN CAMBIO CUALITATIVO
Las culturas fronterizas con los griegos clásicos fueron la persa y la egipcia, que ya se encontraban en sus periodos de decadencia o próximos a él. Los griegos utilizaron indudablemente algunos conocimientos científicos y matemáticos orientales, como la astronomía de los babilonios y la geometría de los egipcios.
Sin embargo, emplearon esos conocimientos, que tanto los babilonios como los egipcios habían desarrollado exclusivamente hasta el nivel necesario para su uso práctico, como base para un análisis racional que les permitió efectuar con ellos un cambio cualitativo. Encontraron en ellos relaciones obtenidas pura y exclusivamente por la vía del razonamiento, como los teoremas de Tales y de Pitágoras; pero lo más importante fue que lo hicieron movidos principalmente por el interés en el conocimiento por sí mismo, y por el gusto derivado del propio ejercicio de las capacidades del intelecto.
HACIA LA CIENCIA Y LA TÉCNICA
Cabe afirmar, por lo tanto, que el surgimiento y desarrollo de las especulaciones filosóficas a partir del siglo VI a.C. constituyó un verdadero punto de inflexión en el sendero del progreso del hombre, una innovación de carácter cualitativo en la evolución de la civilización y, sin duda, el punto de partida de un proceso de aplicación de las capacidades de la mente humana, que está en la base misma de todas las posteriores realizaciones de la civilización occidental en el terreno de la cultura, de la búsqueda constante de nuevos conocimientos, y del consiguiente desarrollo y aplicación de la ciencia y de la técnica.
Sin embargo, pese a lo extenso del periodo histórico que precediera al auge de la civilización griega antigua, ninguna de esas civilizaciones produjo un fenómeno cultural e intelectual equiparable o similar al desarrollo del pensamiento filosófico que tuvo lugar en aquella.
UN ENFOQUE RACIONAL
La tesitura que algunos sustentan, de que la filosofía griega tenga en definitiva un origen oriental, no resulta convincente. No existen indicadores de que los griegos hayan utilizado, o siquiera conocido, escritos orientales antiguos o sus traducciones. Tampoco hay en la obra de los filósofos e historiadores griegos antiguos ninguna referencia a antecedentes orientales de su obra. Especialmente, las ideas y los temas tratados por la filosofía griega, en su enfoque racional, aun cuando pudieron estar presentes en otras culturas anteriores, estas los trataban en el plano puramente religioso y espiritual; mientras que los griegos los abordaron con un enfoque rigurosamente lógico.
UN CAMBIO CUALITATIVO
Las culturas fronterizas con los griegos clásicos fueron la persa y la egipcia, que ya se encontraban en sus periodos de decadencia o próximos a él. Los griegos utilizaron indudablemente algunos conocimientos científicos y matemáticos orientales, como la astronomía de los babilonios y la geometría de los egipcios.
Sin embargo, emplearon esos conocimientos, que tanto los babilonios como los egipcios habían desarrollado exclusivamente hasta el nivel necesario para su uso práctico, como base para un análisis racional que les permitió efectuar con ellos un cambio cualitativo. Encontraron en ellos relaciones obtenidas pura y exclusivamente por la vía del razonamiento, como los teoremas de Tales y de Pitágoras; pero lo más importante fue que lo hicieron movidos principalmente por el interés en el conocimiento por sí mismo, y por el gusto derivado del propio ejercicio de las capacidades del intelecto.
HACIA LA CIENCIA Y LA TÉCNICA
Cabe afirmar, por lo tanto, que el surgimiento y desarrollo de las especulaciones filosóficas a partir del siglo VI a.C. constituyó un verdadero punto de inflexión en el sendero del progreso del hombre, una innovación de carácter cualitativo en la evolución de la civilización y, sin duda, el punto de partida de un proceso de aplicación de las capacidades de la mente humana, que está en la base misma de todas las posteriores realizaciones de la civilización occidental en el terreno de la cultura, de la búsqueda constante de nuevos conocimientos, y del consiguiente desarrollo y aplicación de la ciencia y de la técnica.