El único arado orgánico es aquel que no voltea el suelo para no romper el equilibrio de los microorganismos. Pero que sí rompe todo tipo de compactación de suelo que impide el buen drenaje de las aguas.

Presentamos a continuación, un arado de cuchilla, de fabricación nacional, de la Escuela Agromecánica de Caacupé (E.A.C.), que como pueden ver, es sumamente sencillo. Las cuchillas son intercambiables y regulables de acuerdo a las necesidades del terreno.

“Con el desarrollo del arado de cuchilla se espera cubrir, en lo posible, las desventajas que demuestran el uso del arado común. Para ello se está probando distintos aspectos: profundidad de penetración, forma y otros”. (E.A.C.)

También mencionan el bajo costo de fabricación, y que es para uso de tiro animal. Y dicen que para consolidar el sistema de cultivo, es importante combinar con otras técnicas como, por ejemplo, la cobertura del suelo, convivencia de las malezas con el cultivo, disminución de abonos químicos, pesticidas y herbicidas.

A continuación verán otros arados subsoladores que se usan normalmente en la agricultura, y que como se ve, sirven para romper la estructura del suelo, permitiendo la aireación de la tierra, así como facilitar la penetración de las raíces y del agua. Como la figura indica, se le puede acoplar un “torpedo”, que sirve para formar una especie de cañería por donde puede correr el agua de drenaje. Este tipo de máquina ya es estirada por tractores porque su profundidad de trabajo de los cinceles llega a los cincuenta centímetros.

Según las necesidades del suelo, se pueden poner los cinceles a distancias que varían de 50 cm a un metro, poniendo de tres a cinco cinceles en cada barra que estira el tractor. En una huerta escolar o familiar se puede usar uno con dos dientes, y a la falta de un tiro animal, se lo puede estirar entre varios compañeros fuertes.