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¿Cuál es o debe ser la problemática central de esta filosofía en América? No puede ser la que originó la conquista y colonización que puso en duda o negó la capacidad de los nacidos en esta región para razonar y con ello su humanidad.
Sigue Alberdi: La filosofía americana debe ser esencialmente política y social en su objeto, ardiente y profética en sus instintos; sintética y orgánica en su método; positivista y realista en sus procederes, republicana en su espíritu y destinos.
Esto es, debe afirmar la capacidad propia de lo humano para la libertad como persona y la soberanía como pueblo, que se quiere negar al latinoamericano como tal.
FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA
Y continúa Alberdi: Una filosofía completa es la que resuelve los problemas que interesan a la humanidad. Una filosofía contemporánea es la que resuelve los problemas que interesan por el momento. Americana será la que resuelva el problema de los destinos americanos.
La filosofía, pues, es una en sus elementos fundamentales como la humanidad es variada en sus aplicaciones nacionales y temporales. Y es bajo esta forma que interesa más especialmente a los pueblos. Lo que interesa a cada pueblo es conocer su razón de ser, su razón de progreso, y esto porque su felicidad individual se encuentra ligada a la felicidad del género humano.
De esta forma, Juan Bautista Alberdi se anticipa a nuestro tiempo, a la problemática filosófica del milenio que pasó y el presente, en donde existen otras expresiones de universalidad que no son ya las impuestas para justificar dominios y la resistencia a compartir lo que debe ser compartido. Universalización, mundialización, globalización, que surgen del empeño de la gente por participar en un mundo responsable y solidario, para el logro de un destino común, sin renunciar a la propia y concreta expresión de humanidad.
REVISIÓN ONTOLÓGICA
Nuestra filosofía será una serie de soluciones dadas a los problemas que interesan a los destinos nacionales, o bien, la razón general de nuestros progresos y mejoras, la razón de nuestra civilización, porque la civilización no es sino el desarrollo de nuestra naturaleza, es decir, el cumplimiento de nuestro fin. Civilizarnos, mejorarnos, perfeccionarnos, según nuestras necesidades y nuestros medios: he aquí nuestros destinos nacionales que se resumen en la fórmula del progreso.
Es la misma conclusión -dice Alberdi- que se da en España y que en Hispanoamérica conducirá a la revisión ontológica del nacido en esta región. Interrogante por lo que se ha sido, se es, y el porqué no se es, como la gente y pueblos que han arribado al progreso, a la modernidad. ¿Por qué no somos como Europa? ¿Por qué no somos como los Estados Unidos en América? Esta interrogante es filosófica y debe responder por qué en el continente europeo, la Europa al otro lado de los Pirineos, ha mostrado su superioridad científica y técnica sobre los pueblos de la Península Ibérica, como en América lo ha hecho Estados Unidos sobre la América Ibérica.