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y Europa, solamente pueden diagnosticarse del 30 % al 60 % las causas de abortos, quedando el resto sin diagnóstico. En nuestro país fueron estudiados 145 rodeos con problemas de abortos y se reconoció que solamente el 40 % tenía como causas enfermedades infecciosas, mientras que el 60 % ha quedado sin explicación.
En una publicación realizada por la revista Veterinary Medicine, en mayo de 1996, el Dr. B. Larson estableció que la mayoría de los problemas abortivos en el ganado y muerte de los animales recién nacidos se deben a problemas no infecciosos, que normalmente no se toman en cuenta, como por ejemplo: desbalances nutricionales, problemas genéticos, agentes transgénicos, plantas tóxicas, factores traumáticos, problemas hormonales, administración de medicamentos, micotoxinas y endotoxinas.
Existe una tabla de causas de aborto bovino de acuerdo a la etapa de gestación:
Abortos tempranos (0 a 3 meses): lengua azul, diarrea viral bovina, Trichomoniasis.
Abortos en periodo intermedio (4 a 6 meses): Actinomyces pyogenes, diarrea viral bovina,
Brucelosis, Campylobacteriors, IBR, Trichomoniasis hasta el quinto mes, levaduras.
Abortos a término (7 a 9 meses): Actinomyces pyogenes, Anaplasmosis, Bacillues
spp, diarrea viral bovina, Brucelosis, aborto epizoótico bovino, hongos, IBR,
Leptospirosis, Listeriosis, Neosporosis, Ureaplasmosis.
QUÉ HACER
En caso de observar abortos en un establecimiento, se recomienda primeramente obtener la mayor cantidad de información sistematizada, como por ejemplo: incidencia de abortos 5 % menos de lo normal, etapa de gestación en la que ocurrieron, semen utilizado o toro, número de vaca y si tuvo abortos previos, calendario de vacunación.
También se recomienda realizar necropsias, tantas como sea posible, en los fetos abortados y en los recién nacidos; esto debe hacerse durante meses e inclusive años. Finalmente, enviar las muestras al laboratorio, de preferencia enviar el feto fresco, el becerro moribundo o recién muerto; si se toman muestras a la necropsia.
(*) Técnico especialista de Cedivep.
En una publicación realizada por la revista Veterinary Medicine, en mayo de 1996, el Dr. B. Larson estableció que la mayoría de los problemas abortivos en el ganado y muerte de los animales recién nacidos se deben a problemas no infecciosos, que normalmente no se toman en cuenta, como por ejemplo: desbalances nutricionales, problemas genéticos, agentes transgénicos, plantas tóxicas, factores traumáticos, problemas hormonales, administración de medicamentos, micotoxinas y endotoxinas.
Existe una tabla de causas de aborto bovino de acuerdo a la etapa de gestación:
Abortos tempranos (0 a 3 meses): lengua azul, diarrea viral bovina, Trichomoniasis.
Abortos en periodo intermedio (4 a 6 meses): Actinomyces pyogenes, diarrea viral bovina,
Brucelosis, Campylobacteriors, IBR, Trichomoniasis hasta el quinto mes, levaduras.
Abortos a término (7 a 9 meses): Actinomyces pyogenes, Anaplasmosis, Bacillues
spp, diarrea viral bovina, Brucelosis, aborto epizoótico bovino, hongos, IBR,
Leptospirosis, Listeriosis, Neosporosis, Ureaplasmosis.
QUÉ HACER
En caso de observar abortos en un establecimiento, se recomienda primeramente obtener la mayor cantidad de información sistematizada, como por ejemplo: incidencia de abortos 5 % menos de lo normal, etapa de gestación en la que ocurrieron, semen utilizado o toro, número de vaca y si tuvo abortos previos, calendario de vacunación.
También se recomienda realizar necropsias, tantas como sea posible, en los fetos abortados y en los recién nacidos; esto debe hacerse durante meses e inclusive años. Finalmente, enviar las muestras al laboratorio, de preferencia enviar el feto fresco, el becerro moribundo o recién muerto; si se toman muestras a la necropsia.
(*) Técnico especialista de Cedivep.