Etnocentrismo y relativismo cultural

Últimamente vemos un acelerado aumento migratorio; sobre todo de compatriotas que emigran en busca de una oportunidad laboral. Partamos de este caso para pensar en las situaciones que experimentan los extranjeros en diversas partes del mundo. Algunos países demuestran una actitud etnocentrista con ellos, y otros los tratan con relativismo cultural.

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ETNOCENTRISMO

El etnocentrismo es el acto de entender y evaluar las otras culturas, según los parámetros de nuestra propia cultura. Consiste en considerar la cultura propia mucho más importante, excitante, interesante, variada y superior a las demás.

Existen sociedades intolerantes que exigen la adaptación cultural del inmigrante a la cultura del país anfitrión. Nada más difícil, porque la adaptación cultural, en el sentido estricto, requiere de quien debe adaptarse el desprendimiento de su identidad cultural originaria. Por ejemplo, renunciar o ceder la poligamia; abolir o practicar la ablación (mutilación) del clítoris; abandonar o realizar la circuncisión, etc.

Esta actitud etnocentrista, manifestada en la presión social intolerante, rígida, intransigente y violadora de los derechos humanos, ejercida sobre el inmigrante, es fruto de la ignorancia de la antropología social y cultural que postula una sociedad moderna desde la perspectiva del relativismo cultural.

Existen varios casos históricos de etnocentrismo. Para Pericles y Platón, los valores de la cultura griega eran los únicos válidos frente a los de los pueblos bárbaros. Los occidentales también consideraban sus valores científicos y democráticos como los únicos que podían ser aceptados y ofrecidos a los demás pueblos.

Durante la colonización, el etnocentrismo europeo imperaba en todas las colonias americanas, puesto que la supuesta civilización era concebida a imagen y semejanza de la cultura europea. La justificación del colonialismo por parte de los conquistadores era que únicamente de ese modo las culturas del presente, situadas en la época del salvajismo o de la barbarie, podrían alcanzar, sin necesidad de que transcurrieran siglos o milenios, el estadio superior de la civilización, que era desde esta perspectiva etnocentrista la civilización europea.

Hasta hoy el etnocentrismo tiene gran arraigo en muchos lugares del planeta. Una visión realista de la sociedad mundial nos permite ver que el etnocentrismo está presente en todas las sociedades humanas, en mayor o menor grado. Inclusive las denominadas sociedades cosmopolitas lo practican, enalteciendo una supuesta cultura universal.

Según el elemento predominante de la cultura que se utiliza como parámetro, se distinguen los siguientes tipos de etnocentrismo: educacional, medicinal, agrario, tecnológico, lingüístico y religioso, etc.

RELATIVISMO CULTURAL

Es la postura contraria al etnocentrismo. El relativismo cultural concibe la cultura de cada grupo social como un sistema cerrado sobre sí mismo, equiparable moral y funcionalmente a cualquier otro. Por eso, otorga los mismos valores, igual grado de complejidad y de racionalidad a todas las culturas. Consiste en entender y juzgar una cultura según los criterios y las normas propias de la cultura evaluada.

Para el relativismo cultural, toda cultura se explica a sí misma y constituye un conjunto de valores estables y reproducibles indeterminadamente en el tiempo. La cultura de cada sociedad es tan útil hasta el punto de ser inmortal. Además, puede adaptarse a las culturas de cualquier otro grupo social.

Si volvemos al caso de la colonización europea, como único método para civilizar a los bárbaros y salvajes, cabales serían las palabras de Levi-Strauss: “Salvaje es quien llama a otro salvaje”. El relativismo cultural se opone totalmente al etnocentrismo, porque no admite la denigración de ninguna cultura, por muy primitiva que sea. Por el contrario, el relativismo apunta a un espíritu de comprensión, de tolerancia, de respeto por el otro y por su sensibilidad.

Ya vimos que según el relativismo cultural, el comportamiento particular de una cultura no debe ser juzgado con los patrones de otra. Pero esto no significa que debemos llevar el relativismo cultural al extremo: debemos considerarla una herramienta antropológica, y no una filosofía de vida.

No es necesario aprobar el infanticidio, el canibalismo o la tortura sólo porque son características de una cultura. Siempre debemos tener presente la sensibilidad y los valores internacionalmente reconocidos de justicia y moralidad.

ACTIVIDADES

I. Escribe E (etnocentrismo) o R. C. (relativismo cultural) según lo enunciado en cada caso:

_____ “Mi pueblo, con razón o sin ella, es universal y eterna”.

_____ Sólo una cultura puede considerarse como soporte de valores auténticos; solamente existe una cultura que merece ser considerada como auténtica o verdadera.

_____ Todas las culturas son iguales, tienen el mismo valor.

_____ Las culturas ajenas son reflejos, degeneraciones o meras apariencias de la cultura verdadera.

II. Caracteriza al etnocentrismo y al relativismo cultural.

III. En nuestro país, ¿se dan casos de etnocentrismo o de relativismo cultural? ¿Por qué?
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