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Una invitación del Colegio Iberoamericano de Dermatología alentó a la doctora Romina Carreras a presentar su trabajo al concurso del Tercer Encuentro Iberoamericano de Médicos Residentes. Hicieron lo mismo otros cien profesionales de América Latina, España y Portugal.
La competencia y la diversidad de trabajos hicieron que la tarea del jurado no fuera fácil. Primero, quedaron preseleccionados 60 trabajos, pero solo cuatro recibieron una mención especial.
"De Paraguay, fui yo la seleccionada y era la única participante local", comenta. Ser finalista de la competencia implicaba un viaje hasta Cádiz, España, donde debía defender su investigación científica: un raro caso médico que afectó a una paciente de la cátedra de Dermatología del hospital de Clínicas de Asunción. La mujer padecía el fenómeno de Lucio, una patología de carácter infeccioso relacionada con la lepra.
"Era una paciente que vivía en España y que consultó ahí primero pero no llegaron a resolver el caso. Acá, consultó en nuestro hospital y le dimos un diagnóstico final", acota la doctora de 32 años.
FENÓMENO DE LUCIO: ¿QUÉ ES Y CÓMO TRATAR?
Es uno de los episodios reaccionales de la lepra, enfermedad crónica que incluye cuadros agudos. Una de las características del Fenómeno de Lucio es la vasculitis, una inflamación de los vasos sanguíneos, según explica. Los pacientes presentan una infiltración difusa de la piel, un rostro pletórico o en luna llena, una disminución de la cola de las cejas, y la ausencia de las pestañas.
Para tratarlo, los profesionales recurren a la poliquimioterapia, según el esquema de la Organización Mundial de la Salud y al corticoide. Sin embargo, Contreras indica que el tratamiento depende de cada persona y de las lesiones que pueda tener en la piel. Puntualiza que son constantes las manchas de aspecto estrellado principalmente en los miembros. "De acuerdo a la extensión de esas lesiones, los pacientes evolucionan. En este caso era severo", menciona.
La medicación puede variar entre 12 a 24 meses. Dijo que la paciente en cuestión -de entre 30 a 32 años- siguió el tratamiento por dos meses, pero luego ya no concurrió al hospital de Clínicas y -según datos recabados- regresó a Europa.
MÁS ALLÁ DEL GALARDÓN
Con la mención, la doctora Contreras reconoce no haber recibido ningún incentivo económico. Asegura que es un aliciente para la realización de trabajos científicos y la participación activa en congresos internacionales. "Es una satisfacción personal, de la cátedra y de la Universidad Nacional, que demuestra que lo que se hace en el país tiene calidad científica importante", dice.
"Es sin dudas la prueba más palpable de que a pesar de las muchas limitaciones, se pueden realizar trabajos de investigación que tengan luego reconocimientos por los aportes que puedan hacer en el campo médico; porque hay que recalcar que los médicos que egresamos de la UNA; tenemos una buena base", explica. Sin embargo, se muestra realista y admite, que se debe superar el déficit de tecnología.
Nacida en Argentina, la doctora Contreras vive en nuestro país desde que tiene dos años. En casa es la única doctora, su padre es protesista, su madre se dedica al comercio en tanto que su única hermana optó por la Odontología.
Sus especialidades son Medicina Interna y Dermatología. "Estoy contenta con Dermatología. Todas las enfermedades se manifiestan a nivel de la piel", declara.
Optimista y sin renunciar a la ambición de aportar al futuro de la investigación científica en Paraguay, mantiene viva una aspiración profesional. "Me gustaría ir afuera y luego volver para dar mis conocimientos al Paraguay. (
) Quiero continuar formándome de manera permanente y actualizada para poder atender a los pacientes de la mejor manera posible", señala finalmente.